Esto que usted lee en el título es lo que dice una vieja canción de las tantas que cantamos enfervorizados en los cultos de alabanza. Y concluye señalando que vamos a poseer la tierra que Dios nos ha dado pese a que esos gigantes perturban, traban, obstaculizan y estorban nuestro trabajo.
La misma letra de la misma canción sostiene que, por más que esos gigantes sean de temer, poderosos y signifiquen un verdadero peligro, no temeremos a ellos y resultaremos vencedores en Cristo Jesús.
Lo que la canción no especifica, ya que no es el tema del que trata, es la identidad de esos gigantes. Sus nombres y apellidos. Son gigantes, esto significa que hay que respetarlos. Se pueden vencer, pero para lograrlo, será menester conocerlos a fondo. A cada uno.
¿A cada uno? Eso nos hace recapacitar en un asunto que no habíamos observado con detenimiento. Que son gigantes. No UN gigante. Que son varios. Entonces la pregunta surge inmediata: ¿Cuántos son? Incontables. Podemos encontrar uno nuevo a cada minuto. Sin embargo, y dejándome llevar por la chispa creativa de un predicador, hablaré de los más peligrosos.
¿Y cuantos son los más peligrosos? Siete. ¿Siete? ¡Pero siete es el número de Dios! No se equivoque. Nadie ha dicho que siete sea "el número de Dios". Es, en todo caso, el número de lo completo, y como Dios es lo completo, se lo ha identificado.
Pero decir siete, es decir "lo completo", que es lo mismo que si estuviéramos diciendo: "todo lo que sea necesario". Ese es el principio que se desprende de ese perdonar "setenta veces siete". Ese es el mismo principio que Satanás tiene muy en cuenta para perturbarnos, molestarnos, acosarnos, atormentarnos y, si lo dejamos: anularnos.
Es notorio que, para tener conocimiento de Dios, hay que conocer y vencer a los siete gigantes de este modelo. ¿Para tener conocimiento? Sí, porque "conocimiento", en términos bíblicos, significa Intimidad. Y nadie podrá tener intimidad con el Padre si no descubre y resuelve el dilema de los siete gigantes en su vida.
Esos siete gigantes no quieren de ninguna manera que entremos en la tierra prometida. Igual que cuando Dios sacó a Israel de Egipto y luego estuvieron deambulando por cuarenta años en el desierto y aún conociendo los milagros de Dios, volvieron a idolatrar y vivir en pecado.
Estos gigantes, interfieren en nuestra relación con Dios. Interfieren a veces hasta violentamente con nuestro matrimonio, con nuestros amigos y con las personas en general. Si no entendemos bien como operan estos gigantes vamos a quedarnos en el límite del conflicto como Moisés y no entrar en la tierra prometida.
Primer Gigante: ".Está todo bien."
En un clima que pueda favorecerlos, estos gigantes operan sin ser descubiertos, pero cuando deben manifestarse, lo hacen con una autoridad tal que descolocan a quien utilizan. La única manera de enfrentarlos con posibilidades de victoria, es exponiéndolos y desarticulándolos, trayéndolos a la muerte espiritual.
(Mateo 6: 1)= Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser visto de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Muy bravo el gigante de la apariencia. Porque se las compone para crear una imagen irresuelta opuesta a la realidad. Es una conducta muy singular que suele buscar, preferentemente, alguna posición importante tal como: Doctor, Reverendo, Obispo, etc., que tiende a perseguir la fama...
Es la permanente intención de ser reconocido y la eterna preocupación por nuestra propia reputación e imagen, y se paraliza cuando se le pide ir en contra de la opinión pública. Este gigante ha sido y sigue siendo, el mayor enemigo de cualquier clase de renovación, ya que a favor de la oposición a todo cambio que tiene siempre una mayoría, no permite que Dios sea oído.
Hay un ejemplo que este predicador daba, con relación a un hombre que se cae de una escalera en un lujoso hotel. Pese al tremendo golpe se levanta del suelo, hace una reverencia, pide disculpas, entra al lobby y allí fallece.
¿Qué es lo que pudo haberle ocurrido a esta persona para que tomara una actitud tan singular y hasta incoherente? Tenía vergüenza, y por simple vergüenza como producto de esa caída en público, fue impotente para humillarse y solicitar la ayuda que necesitaba. ¿Sabe cuantos cristianos que poseen este gigante mueren espiritual y hasta físicamente por lo mismo?
Aparentar estar bien involucra una búsqueda ilegal por la originalidad en la vestimenta, lenguaje, automóvil, etc. Esto, a veces, es llamado "moda", con famosos nombres de diseñadores de ropa o zapatos. ¿Saben ustedes la calidad de los responsables de la moda internacional mayoritariamente? Homosexualidad. Gigante.
Y mucho cuidado: no debemos subestimar a este gigante, suponiendo que lo podemos derrotar con muy poco. Él pagará cualquier precio y hará cualquier esfuerzo con tal de preservar su imagen que - obvio - contrasta con la realidad bíblica de cómo vivir.
¿Qué tal, hermano? ¿Cómo está usted? ¡¡Bendecido pastor, bendecido!! ¡Qué bueno, cuanto me alegro! ¡Entonces usted es la persona indicada para que vaya a ministrar a una hermanita anciana que está deprimida! ¿Yo? ¡Eh.no..pastor.¿Sabe? Tengo algunos problemas. Y allí suelta una historia que, en suma, deja en evidencia que no estaba para nada "bendecido".
Este gigante tan particular es una maldición sobre toda una generación, porque las personas están más preocupadas en como se ven en lugar de quienes son. Importa mucho más el parecer que el ser. Olvidan que Dios mira el SER, y deja de lado absolutamente, tanto el Parecer como el Hacer.
Los pastores y alguna otra clase de líderes cristianos no son inmunes al gigante de la Apariencia. Es más, le diría que son más proclives a cultivarlo y alimentarlo que el resto de la congregación.
El orgullo y la dignidad personal pueden más, como hemos visto en 1 Samuel 15:30: Y él dijo: yo he pecado; pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel, y vuelvas conmigo para que adore a Jehová tu Dios.
ES mucho más importante ese orgullo y esa dignidad que liberarnos de lo que nos ha capturado. El orgullo es todo. Por eso Mateo 10:33, dice: Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
Este texto ha hecho exclamar a muchos sinceros cristianos: ¡Ah, no! Esto le sucedía a ellos, a mí jamás podría ocurrirme. ¿Ah, no? ¿Y si le digo que una de las grandes razones que fundamentan esta expresión es la de quedar bien frente a los muchachos de la oficina o del club?
Lo que muchos ignoran que, aparentar estar bien es una de las causas de ansiedad. Se revela con el temor del hombre y la desesperación de buscar aprobación. Aparentar estar bien es un motivo para ser aceptados por los demás.
Las escrituras dicen con mucha claridad que es un lazo o una atadura sobre nuestras vidas temer al hombre más que a Dios. Proverbios 29:25 es una prueba: El temor del hombre pondrá lazo; más el que confía en Jehová será exaltado.
Estas personas que temen más al hombre que a Dios, tienen grandes dificultades para arrepentirse, que a su vez les traerían humildad y un corazón sensible. Es difícil conservar nuestras apariencias y pedir perdón.
Ahora bien: si usted me pregunta en qué sitio de nuestra sociedad se ha difundido más el temor al hombre por sobre la reverencia a Dios, luego de observar cuidadosamente el mundo secular, tendría que responderle que eso se da en mayor medida dentro de la iglesia. Hay gente que teme tanto a su pastor que, si éste se aparta de la Palabra, lo siguen aún sabiendo que se pierden.
Una pregunta que ayudaría a discernir la presencia y fuerza de este gigante, sería: ¿Usted, prefiere ser un cobarde con reputación correcta, o una persona con coraje y auténticamente valiente pero vista como un cobarde por la mayoría?
Toda nuestra sociedad se está moviendo alejándose de los verdaderos héroes quienes viven libres de las opiniones hacia celebridades que existen sobre las opiniones de las personas. Este vuelco, algunos lo llaman "rebelión", otros "herejía", otros "conflictivos". Lo cierto es que se parecen mucho más a Jesús que los religiosos de guante blanco.
Segundo Gigante: "¡.Nunca me sentí mejor.!"
(Santiago 4: 3)= Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
El gigante de sentirse bien quiere controlar nuestras emociones, nuestra mente y todo nuestro corazón, lo que equivale a decir que intenta tomar control de nuestra alma. Este gigante, aunque no lo crea, ha mantenido cautivas a más personas de lo que imaginamos.
Sentirnos bien, involucra mantenernos libres de dolores e incomodidades, y lograr placer o ventaja personal en los sentidos. Este gigante toma control de tal manera que sería nuestra fuerza gobernante, con tal de sentir gratificación en lo que sentimos.
Sentirme bien, es una potestad que trabaja totalmente con el principio básico del placer, normalmente muy mimetizado y confundido con ciertos derechos a "la felicidad" que el hombre supuestamente tiene que tener. No es bíblico, pero es muy agradable a la carne, entonces.
También es la causa de todo comportamiento de adicción compulsiva. Aunque no lo notemos, toda nuestra sociedad se está moviendo rápidamente a comportamientos adictivos compulsivos, que tarde o temprano, indefectiblemente, nos afectará a todos de una u otra manera.
El individuo se ha entrenado para responder a cualquier cosa que trae placer. Cualquiera que esté bajo el control de abusos de sustancias, va a interpretar mejor que nadie la poderosa influencia que ejerce este gigante que hemos denominado el de "sentirse bien".
La televisión, por ejemplo, es un escape de la realidad que busca sentirse bien. Este gigante debe ser protegido y no ser afectado. Por eso es que a veces no queremos oír lo que Dios nos dice porque eso nos podría afectar y, obviamente, dejar de sentirnos bien.
Gran número de iglesias pretendidamente "cristianas" están con doctrinas que hacen énfasis en sentirse bien. Cuando nos sentimos mal no podemos entender la existencia de este gigante. Incluso hasta suponemos que no está del todo mal equivocarnos si eso nos hace sentir bien.
Sin embargo, eventualmente el sentir bien deja de funcionar, porque no hay suficiente droga, suficiente alcohol, atención o sexo para nuestra demanda o deseos ingobernables que siguen expandiéndose más y más.
Más se usa, menos resultado da. Es allí, entonces, donde nos deja en un estado de dolor y frustración. Esto se llama la Ley Universal de Retorno Reducido. La verdad es que Dios nos hizo para sentirnos bien todo el tiempo, pero apelando a Él y tomando de SU esencia, no de otro modo.
El gigante de sentirse bien, está concentrado en el sexo, en las drogas, en el alcohol, en el simple hecho de hacer compras y muchas cosas similares. Mientras, el problema verdadero de sentirse bien se ha tornado en la fuerza gobernante, a veces, sin que lo hayamos notado.
Repetitivamente se ha visto a mujeres y hombres poderosos de dios perder sus ministerios y sus matrimonios por un encuentro con el cónyuge de otro. Alguien una vez dijo: "La carrera es larga, la expectación es tremenda, el placer es momentáneo."
Placer momentáneo. Estas son descripciones de personalidades inmaduras, gobernados y dirigidos por el principio del placer. Sabemos que nuestros sentimientos a veces nos mienten. Estamos en una situación no siempre confortable, pero nos movemos hacia la libertad en el reino de dios oponiéndonos a este gigante.
(1 Corintios 10: 1)= Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; (2) y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, (3) y todos comieron el mismo alimento espiritual, (4) y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
(5) Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
(6) Más estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron.
(7) Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar.
(8) Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil.
(9) NI tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes.
(10) Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor.
(11) Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, u están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.
(12) Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Tercer Gigante: ¿No Te He Dicho Que Tengo Razón?
(Job 40: 8)= ¿Invalidarás también mi juicio? ¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?
El gigante de siempre tener razón, está relacionado directamente con la caída del hombre. El pecado original nos hacer querer entrar en la esfera de Dios donde creemos recibir la necesaria sabiduría del bien y del mal.
Este gigante nos hace sentir inseguros, ansiosos y sin poder admitir que estamos equivocados. El "sabelotodo" está dominado por la teoría y es fácil comprobarlo: Si nos equivocamos una vez, ¿Cómo podemos estar seguros que alguna vez tuvimos la razón?
Como nuestra mente controla nuestras emociones, (¡Otra vez el alma!), estamos enfocados, controlados, y sobre todo comprometido con nuestras propias evaluaciones e ideas, haciéndonos extremadamente inamovibles, que es una forma muy fuerte de terquedad y rebeldía.
Este gigante tiene una forma pervertida de hacer sentir que sabemos todo, pero se vive con el miedo de ser descubiertos y ser expuestos. "Tener razón" muchas veces usa el enojo como un mecanismo para prevenir ser descubierto.
Decidir que siempre tenemos la razón puede ser, entre otros muy graves, un motivo principal de un divorcio. Porque en lugar de buscar puntos en común y áreas en las cuales pedir perdón o perdonar, las dos partes están convencidas que tienen la razón del problema.
Esto, obviamente, necesita un tratamiento especial. Ninguno de los dos tiene la capacidad de aceptar la posibilidad, ni siquiera remota, de estar equivocado. Hay matrimonios que han estado a punto de llegar a las manos por cuestiones decididamente ínfimas.
Cuando nuestro YO está vivo y sumamente activo, necesita tener razón en cada cosa en las que participa. Nuestras mentes carnales están tan seguras de tener la razón, que no podemos de ninguna manera mostrarnos débiles o aflojar.
Este gigante suele ser tan fuerte que rehúsa acepar la realidad. Nos empuja hacia tener que admitir alguna posibilidad de error, pero eso es tan complicado que no nos posibilita reconocer que estamos equivocados. Nos dice: ¡Ya está decidido! ¡Tú no confundas los hechos! ¡Tenemos razón!
¿Quiere usted ver activo a este gigante? Responda: ¿A cuantos padres ha visto pedirle disculpas a sus hijos, reconociendo que estaba equivocado en algo? No debería tener problemas para hacerlo, sin embargo hay muy pocos que lo hacen. Y no es que no quieren; ¡No pueden!
Aquí, en este caso específico, se da un pormenor que luego también suele darse en otros sitios, la iglesia por ejemplo. Tener la razón parecerías ser fuente de autoridad. "¡Por que soy tu papá, por eso tengo la razón! Papá. ¿Pastor..?
No se crea que este gigante no es tremendo. Por el contrario, es la causa de una enorme porción de todas las divisiones que usted haya conocido o pueda conocer. Además, también de heridas profundas en matrimonios o amistades sólidas, familias, iglesias, grupos sociales, mucho más de lo que usted pueda imaginarse.
Piense, simplemente, en cuantas iglesias se han dividido por la tremenda demanda y presencia controladora de este gigante. Hay situaciones en iglesias donde, de ambos lados, no tiene suficiente amor incondicional (AGAPE) como para ceder o aceptar algo irrelevante. LA presencia de la razón, en cambio, sí se podía medir y presenciar.
El tener razón es una forma dominante y sin confrontar ningún desafío. Es una actitud terca que trae necesariamente oscuridad. Por ese motivo es que dice en Mateo 6:23, que: Pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿Cuántas no serán las mismas tinieblas?
Muchos de nosotros controlados por este gigante hemos mantenido nuestra razón aún frente al Señor, por el sólo hecho de mantener nuestro privilegio de tener razón. En 40:8, Dios le pregunta a Job si va a desacreditar su justicia y condenarlo para que pueda decir que tiene razón.
Sería bueno, - ya que estamos -, volver a leer el libro de Job de manera completa, teniendo la imagen y presencia de estos siete gigantes en nuestra mente. Se dará cuenta como Dios se los muestra a Job y a sus amigos, a los gigantes, y ellos no se dan ni siquiera por enterados.
El síntoma de quienes están perturbados por este gigantes, es la falta de gozo. Jamás encontrará a alguien muy divertido o gozoso si se encuentra manejado por este gigante. No somos capaces de pasarla bien en una comunidad cuando creemos que no podemos estar equivocados.
Esto ocurre y sucede así porque esta persona encara cada relación con la determinación de ganar. Ganar espacio, ganar discusiones, ganar, ganar, ganar. Si alguien dice tener 8 de alguna cosa, él dirá inmediatamente que tiene 9. ¡Eso no le garantizará ser el primero, pero le dará la "tranquilidad" de estar adelante!
Cuando estas personas ven que tenían razón, sienten como una obligación tener que decir cosas tales como: "¿Ves? ¡Te lo dije!" o de otro modo, tal como lo dice nuestro subtítulo: 2¿No te dije que yo tenía razón?" Es casi una obsesión egocéntrica divulgar esa satisfacción.
El otro extremo, es el haber perdido, estar equivocados, habernos jugado a tener la razón y salirnos todo mal. Allí es cuando estamos desesperados, nos sentimos engañados profunda y tremendamente. Este gigante, en casos, ha llevado a gente al suicidio por esta causa. Depresión.
Ser libre de este gigante significa tener gracia, experimentar libertad y como suma, entendimiento. El Ego demanda gracia, pero rechaza darla. El YO jamás regala nada. El YO no quiere ofrendar, no le gusta. Se siente nacido para recibir, jamás para dar. Eso no es Dios.
La conducta o la regla básica del sentimiento de tener siempre la razón, es: justicia, deber, obligación, privilegio, responsabilidad, sin ceder, obstinado, justificado, implacable, etc. Como usted puede ver con claridad, son todos ellos valores que están no sólo absolutamente reñidos con el propósito de Dios, sino además estrictamente fuera de su Palabra.
Cuarto Gigante: "Si Yo no lo Puedo Controlar, no me Sirve."
(Lucas 4: 6)= Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
El deseo de controlar, en el hombre, es muy fuerte. ¿De donde viene? Viene de la caída. Dios creó a Adán y una de las primeras cosas que le dijo, fue: "señorea". Adán pecó y cayó, Dios se apartó de él, pero Adán no perdió su deseo de señorear, de controlar; sólo que ahora fuera de Dios. El hombre natural es calco del hombre caído.
(Isaías 14: 13)= Tú que decías en tu corazón: subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré a los lados del norte; (14) sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.
En los cinco "yo" que Satanás esgrime en este texto y que me he permitido enfatizar con negritas, él demanda tener las manos sobre el volante. El siempre quiere estar en control. Él piensa que, si está en control, todos están a salvo y que los resultados son garantidos, porque se cree Dios.
Al quedarse en control determina todo y para todos. Siempre hay ansiedad sobre el futuro porque en una de esas puede ser mucho más de lo que puede controlar, y el desafío es una prueba de su confianza. Ahora, cuando uno se entrega al Señor, el control desaparece de inmediato.
Intentar mantener el control es una de las trampas más grandes del cristianismo. Sentimos que si realmente soltamos nuestra vida, Jesús nos va a pedir algo que nos supere. Estar en control excede el ritmo normal de la vida y ¡terminamos quemando las velas!
Mantener el control rechaza un NO como alternativa. El gigante se opone a vivir dentro de las limitaciones bíblicas que dice que vivamos dentro de las esferas de dios, caminar dentro de nuestras limitaciones y no interferir en las vidas de otros.
Mantener el control determina tener a todo y a todos dentro de la esfera de su poder y sujeto a su influencia. Esto incluye anestesia, ya que podrían perder el control. Personas que controlan usarán y consumirán a personas que los aman. Usan la intimidad como uno de sus instrumentos favoritos para mantener ese control.
Mantener el control, cree que puede ser lo que quiere ser. Cuando hay un proyecto, salvo que sea él quien lo dirige, no puede participar porque no está en control. No podemos participar en algo de todo corazón si no somos los encargados. Estamos equivocados en pensar que somos los únicos que podemos hacer el proyecto correctamente.
Un síntoma mayor es la ansiedad para el que tiene miedo de perder el control. Si una persona está bajo la ansiedad y le falta descanso, seguro que este gigante tiene libertad en su vida. La ansiedad es un pecado de nuestra cultura. Los detectores de mentira trabajan sobre el miedo, y el miedo trabaja sobre perder el control.
Ser solitario, por ejemplo, es una regia manera de mantener el control. Nos mantenemos fuera del alcance de las personas por miedo a perder el control. Creemos que si amamos a alguien, ésta persona nos va a lastimar.
Es verdad que terminamos siendo lo que apuntamos a ser, ya que según el hombre piensa, el hombre es. Pérdida de control acompañada con violencia, odio hacia uno mismo, son dos factores donde suele engendrarse y nacer un espíritu de suicidio. La pérdida de control trae el descubrimiento que uno NO es Dios.
Cuenta un pastor que una madre controladora, un día, fue confrontada. El hijo mayor le dijo: "Mamá; toda mi vida me has controlado. Ahora corto esa cuerda umbilical y declaro mi vida y la de mis hermanas libres de tu control". Se tiró al piso y sus ojos se fueron hacia arriba, pero ese día fueron liberados de ese gigante.
Cuando somos llamados a confrontar este tipo de prisiones, es necesario que lo hagamos en amor, con suma gracia, con excelsa misericordia y, esencialmente, con una enorme vocación de perdón. De todos modos no podemos confrontar nuestro YO y seguir viéndonos bien, sentirnos bien, tener razón y mantener el control. ¿Entiende?
¿Cómo podemos descubrir, detectar, discernir o encontrar en un grupo a alguien controlador? Fíjese en estas características básicas: persona arbitraria, arrogante, dueño de las mejores ideas, despótico, dictador, detallista, determinado y dominante.
Quinto Gigante: "Ya estás Sentenciado."
(Judas 12)= Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados.
Este gigante muy particular está generalmente recubierto con palabras de tranquilidad y un corazón de ácida crítica. Es como una bola de nieve pero con una roca dentro de ella. Usted lo ve venir rodando y se dice: "¡Sólo es nieve!" pero cuando le pega, la roca lo mata.
Aparentan ser una cosa, pero cuando inesperadamente golpean a alguien, estos quedan devastados. Con este gigante en funcionamiento, esperamos ser acechados por motivos desconocidos, vigilantes de falencias y debilidades, listos a caer en la trampa que ha sido disfrazado y luego establecido por medio de mentiras o verdades a medias.
Es el gigante que nos lleva a esconder una cosa dentro de nuestro corazón y luego proclamar otra. Este gigante es un consumidor nato, que busca utilizar la vida, a las personas y a cualquier evento con el expreso propósito de avanzar en sus metas.
En nuestros días, este gigante se encuentra por todos lados, en actos sociales, clubes, la política, en la televisión y hasta en los púlpitos. Puede ser el más dañino de todos con respecto a las relaciones interpersonales.
Un gigante de esta naturaleza implica llegar a la conclusión sobre un asunto determinado, por ejemplo, antes de ingresar a una junta, luego sentarse durante toda la misma creando la impresión de que había unidad al dar el veredicto, cuando la realidad era que ya estaba sentenciado antes.
Esto es deshonestidad pura. Si solamente estamos buscando la aprobación de otros a lo que ya hemos decidido, entonces tenemos a este gigante en nuestro interior. Muchas veces, su actividad se encubre en versículos bíblicos para darle mayor tonalidad divina a lo que ciertamente es carne.
De allí que Hebreos 4:12 dice: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Las actividades de este gigante, alguna vez son evidentes en corto plazo y, además, obvias. Otra son sutiles, complejas y elaboradas, y pueden tardarse años en desaparecer. Dichos tales como: "No es oro todo lo que reluce", demuestra el predominio de la conclusión anticipada.
El apóstol Pablo separa en tres partes a este gigante en 2 Corintios 4: 1-2: Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio según la misericordia que hemos recibido, no desmayamos. Antes bien, renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
Las labores de este gigante son maniobradas, cultivadas y alimentadas en secreto, clandestinamente y muchas veces de manera engañosa. Una vez comprometidos, no podemos descansar hasta que nuestras debilidades se hayan cumplido.
Las características de este gigante de sentencia rápida, es: emplear continuamente subterfugios, ser embaucadores finos e inteligentes, fraudulentos en lo que hagan, perversos, astutos, torcidos, calculadores, tortuosos, manipuladores, sagaces e inconsecuentes.
Sexto Gigante: "¡Calma! ¡No pasa Nada!"
(Jeremías 48: 11)= Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado.
Este gigante se llama Impasibilidad. Ser impasible puede ser más insidioso, recóndito y difícil de exponer que todo lo demás. Sutil y sofisticada, su presencia no es tan vociferante como los otros seis. A primera vista, es mucho más nefasto y demandante de lo que aparenta ser.
Este gigante se oculta detrás de la necesidad de demostrar estabilidad, preservar la reputación, el honor y la respetuosidad cuando se le pide más de lo que está dispuesto a dar. Uno de los manifiestos de obediencia al Señor es, precisamente, contender con "impasibilidad".
Las reglas del reino pueden causar serios problemas / o interferencias con nuestros propios planes, deseos y niveles de confort. El gigante dice: "Te seguiré, pero no puedo seguirte tan lejos." Este gigante es esa sutil diferencia entre la admiración a Cristo y la identificación con Él.
Para "Impasible", lo que es particularmente ofensivo y requiere ser evitado a cualquier costo son los disturbios creados por las demandas del Reino, a efectos que no se conviertan en descentralización, agravando o cambiando el curso en la vida del poseedor.
Cuando este gigante ve cambios drásticos e imprevisibles en su vida, se endurece y niega o esquiva a cualquier costo, todos los desafíos. Tome usted debida nota de la evaluación que hace Jesús sobre el poder y la fuerza del gigante llamado "Impasible".
(Mateo 13: 14-15)= De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: de oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
Lo más notable de este discernimiento es el poder de ser impasibles. Es que si hubieran comprendido con sus corazones, demandarían un cambio. Si lo hicieran, Jesús dijo que los sanaría. Porque perturbar viene acompañado de cambio. La intención era no escucharlo.
El predicador autor de este hallazgo original de los gigantes, dice que personalmente ha experimentado la acción de este gigante varias veces, y en cada instante tuvo que enfrentar una dolorosa acción.
Cuenta que un amigo suyo lo acompañaba en sus viajes pastorales y, luego de escuchar un mensaje, le dijo: "Mira; has manejado mal el versículo 1 de Pedro. La palabra en griego era incorrecta." Este predicador sostiene que siempre había sido muy importante para él utilizar correctamente el lenguaje original de las Escrituras.
Dice que cuando el amigo le dijo esto, su orgullo y su indignación se agitaron dentro suyo. Pero sabiendo que el Señor estaba utilizando esa dolorosa experiencia para mostrarle algo, le preguntó a su amigo: "¿Cuál es, entonces, el texto correcto en griego?"
Claro, él estaba preparado y procedió a corregirlo. Dijo cosas que este buen hombre no quería escuchar y él recuerda que se vio forzado a cerrar sus oídos o escucharlo. No sólo estaba en lo incorrecto este predicador, sino que también pudo ver como toda su complacencia personal se resquebrajaba.
Entonces recuerda algo que en este caso, es absolutamente sustancial. Dice que no fue hasta que todas sus emociones se aplicaron, que pudo reconocer lo que el Señor estaba tratando de exponer. De ese modo pudo derribar al gigante "Impasible". Le quedó una lección y la brinda: "Por favor, no menosprecien la fuerza de este gigante".
Debido a este gigante, tratamos de evitar o manipular cualquier cosa que pueda resultar en un inconveniente o incomodidad. Ser impasible requiere más seguridad y confirmación de lo que está disponible, consecuentemente, permitimos que la inconveniencia se torne en una barrera en nuestra ayuda a otros.
El verdadero problema es simplemente que no queremos molestarnos. "¡No me pida que me involucre en eso! ¡Hoy es mi día libre!" Es mucho trabajo alimentar a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, invitar a un extraño a nuestra casa, vestir al desnudo, o visitar al que está en la cárcel. Alguien dijo alguna vez que aquellos que poseen centros de "entretenimientos" cristianos modernos, nunca se rebelan.
El gigante "Impasible" levantó su repugnante influencia y control cuando el sacerdote y el levítico pasaron al lado de una víctima de un crimen que yacía desnudo y apaleado en la calle. No era que el levítico y el sacerdote estuvieran preocupados por el hombre, sino que no deseaban ser molestados.
El Samaritano estaba dispuesto a perder el día, su viaje y el dinero con tal de actuar con misericordia y compasión. "Impasible" es una forma de vida tan protegida que no permite que nada ni nadie lo toque. Cada uno de nosotros ha experimentado esto.
Después de años de ser lastimado y herido por "cristianos", este buen hombre comenzó seriamente a buscar un estilo de vida libre de problemas. Le dijo a su mujer que iba a comprar cinco hectáreas de campo, un perro y entrenarlo hasta que muerda a cualquier persona que lleve consigo una Biblia. Sí, puede sonar gracioso, ¡pero es muy revelador!
Cuando nos proponemos a mantenernos inconmovibles nos calcificamos y muy pronto nos convertimos en impasibles. Dice en Oseas 4:17 Efraín, es dado a los ídolos, déjalo estar. Jesús dijo sobre las personas que serían juzgadas al caer Jerusalén algo muy importante.
Dice que Él hizo música, pero no quisieron bailar, entonaron canciones de duelo y no lloraron. Su falta de complacencia o inhabilidad de ser perturbados y responderle a Cristo y su propósito fue sintomático de lo que significa ser gobernado por este gigante.
Esta influencia nefasta puede describir a una persona útil y potencialmente poderosa pero recubierta de pereza espiritual, apatía y auto preservación. Podemos perder nuestra vida por rechazar abrazar la aventura y tomar el riesgo.
La conducta clásica que identifica a este gigante devastador, habla de personas que no son irritables en absoluto, no se alteran ni se inmutan por nada, no se comprometen con nadie, son apáticos, libres, protegidos, muy excesivamente cautos y plácidos.
Séptimo Gigante: ¡Déjame sacar mi Ventaja Personal!
(Judas 16)= Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho.
La influencia de este gigante, llamado "Ventaja Personal", en plena marcha, estamos constantemente maniobrando para conseguir título, posición o reconocimiento. La traducción original en griego para "ventaja personal", es "ambición propia".
Este gigante suele utilizar a otros en beneficio propio. Cuando no somos el centro de la atención, es cuando sufrimos de envidia y dolor. Ayudamos a otros solamente si nos beneficiamos personalmente. Este gigante le causó problemas, incluso a los mismísimos discípulos.
Cuando Jesús iba camino a Getsemaní, los discípulos se preguntaban entre ellos quien sería el que estaría al frente cuando Jesús se hubiera ido. Ellos dijeron, según lo relata Mateo en 19:27: Entonces respondiendo Pedro, le dijo: he aquí nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿Qué, pues, tendremos?
En la mesa del Señor, que otros llaman "última cena" o "santa cena", continuaban discutiendo quien iba a ser el líder. Este gigante es puramente utilitario en cada relación. Las personas están acostumbradas a la promoción personal o a las ventajas personales. En cada oportunidad, amistad o evento se evalúa por: "¿Qué hay para mí en esto?". Tremendo.
Este gigante de "ventaja personal" tiene la capacidad de transformar nuestro llamado en permitir soñar a otros, - un llamado de Dios para ayudar a que otros puedan alcanzar su destino -, en un ladrón de sueños común y corriente conforme a lo expresado en Juan 10:10.
Poseemos, adquirimos y controlamos a otros de manera utilitaria a los efectos de ser exitosos. No nos preocupan sus sueños, sino solamente nos interesa cómo nos pueden ayudar a que se realice nuestra propia visión. ¿Alguien habrá perdido, alguna vez, un mínimo tiempo, en averiguar si Dios está realmente detrás de todo esto?
La idea original detrás de la palabra "parásito" en griego antiguo, es aquella persona que arreglaba todas sus comidas en casas ajenas y luego pagaba su consumición adulando a sus anfitriones. ¿Quién era el más inepto aquí: el anfitrión o su achispado invitado?
Muy bien; entérese de una vez por todas: la iglesia está llena de personas dispuestas, preparadas y hasta entrenadas en las diversas técnicas de tomar ventajas personales sobre otras. Recuerde que los siete gigantes operan en grupos, varios de ellos trabajando juntos en gran complemento y monolítica unidad.
En la tercera carta de Juan, verso 9, podemos tomar nota de este inocente comentario: Yo he escrito a la iglesia, pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. ¿Conclusión: la intencionalidad de Diotrefes por mantener sus ventajas personales, llegó a obstaculizar las palabras apostólicas de Juan.
Este es un YO con ropaje bíblico. Con ese "uniforme" religioso y "confiable", utilizamos a multitudes, iglesias, correos electrónicos, obtención de fondos, crecimiento de iglesias, e incluso en trabajos de evangelización usando el sistema en beneficio propio.
Algunas veces cuando "ventaja personal" está envuelto en ropaje bíblico, es muy difícil confrontarlo. Incluso, a veces, hasta podemos llegarlo a fomentar y ayudar sin querer hacerlo. Entonces, trabajando, el sistema se torna en un suceso y nadie está capacitado para cuestionar un suceso.
Las conductas que rodean la actividad interna en el hombre de este singular último gigante, tiene que ver con: Conveniencia, Beneficio, Retorno, Beneficio propio, Ganancia, Narcisismo, Egocentrismo, Confianza propia, Tener éxito.
Siete gigantes. Así los describió un predicador a partir de su visión personal. Lo he tomado en su total contexto y le he adicionado algunas impresiones personales porque, creo, están total y absolutamente en plena actividad en el marco de lo que llamamos: "la iglesia del Señor".
Quiera Dios que los mecanismos explicitados aquí para su combate y destrucción, hayan sido aprendidos debidamente por todos quienes hayan accedido a este trabajo. Que lo hayan creído fielmente como solución y que estén dispuestos, finalmente, bajo la ayuda y el poder de Dios, a ponerlo por obra. Amén.
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viernes, 1 de abril de 2011
Rompiendo los Frascos Emocionales
Las cosas viejas pasaron…Si esta palabra del Señor fuera una realidad concreta en la vida de mis hermanos, seguramente ninguno de ellos necesitarían del ministerio no bíblico de moda: la sanidad interior.
Pero porque evidentemente esas cosas viejas no siempre han pasado sino que, muy por el contrario, siguen demasiado vigentes, activas y dolorosas en la vida de muchos hermanos fieles, es que nos vemos en la necesidad de encarar el tema con las mejores y mayores armas santas.
(Lucas 7: 36)= Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
No vale la pena preguntarnos por qué Jesús acudió a esa casa sin ninguna clase de inconvenientes ni discriminaciones. Era Jesús y sabía muy bien lo que estaba haciendo. Pero más allá de su amor manifiesto, hay en esta visita una lección concreta para ser aprendida.
Jesús sabía que el fariseo, por mejor conceptuado que estuviera dentro de sus pares y del círculo social en el que se movía, padecía el mismo dilema que muchos hoy todavía experimentan: el rechazo, la desaprobación y la marginación.
¿Qué es lo que lleva a una persona a vivir pendiente de la aprobación de los demás, de la pareja, del jefe? ¿Qué es lo que lleva a una persona frente a una figura de autoridad a temblar o tener dificultades para comunicarse o relacionarse? ¿Qué es lo que lleva a una persona a vivir pendiente de las opiniones de los otros?
El rechazo.
Cuando una persona es rechazada, dentro de sí, se va a activar inmediatamente la búsqueda de aprobación de parte de los demás. Esto se manifiesta claramente en cualquier lugar de nuestra sociedad activa, pero lamentablemente también se manifiesta en el sitio donde jamás debería aparecer: en la iglesia de los cristianos.
Hay dos tipos de rechazos:
1. El directo:"no servís", "no vales", "no te quiero", "ojalá que te mueras"
2. El indirecto: es el rechazo sutil. Por ejemplo: "Cuando un padre esperaba un hijo varón y vino una nena"; "O en tu casa nunca preguntaban tu opinión"; "Cuando alguien te miraba con una risita burlona o te descalificaba"; "En el día de tu cumpleaños tus hermanos tenían mejores regalos que tú"; "Silencios castigadores"; "No valorar tus aportes".
Rechazo detiene el crecimiento
Dicen los investigadores, los psicólogos, que tú te quedas detenido emocionalmente en la edad en que fuiste rechazado. Por ejemplo si fuiste rechazado a los ocho años, emocionalmente te detuviste a los ocho; si fuiste rechazado a los once, te detuviste a esa edad.
Por eso, vemos mucha gente que intelectualmente es brillante, que puede estudiar, alcanzar doctorados y avanzar, pero afectivamente son inmaduros y no pueden consolidar una pareja, no pueden criar a sus hijos, no pueden tener estabilidad emocional.
Entonces es cuando surge la pregunta: ¿Cómo puede ser que esa persona es tan brillante intelectualmente, tan buena para los negocios, para los números y sin embargo es tan desastrosa en el área de las emociones?
Hay una explicación muy simple y para nada enredada con profundidades intelectuales o científicas: Es que el área intelectual sigue desarrollándose, pero el área afectiva queda detenida en la etapa en que fue rechazado.
Las personas rechazadas tienen conductas infantiles, acordes con la edad del rechazo. Comienzan la vida con una hipersensibilidad muy grande, todo lo que les sucede lo leen como rechazo.
Si alguien cuenta un chiste, inmediatamente piensan que se está burlando de ellos; si alguien no los saludó piensan que los están rechazando; si alguien no los considera creen que, otra vez, se están burlando de ellos.
Porque quedan tan hipersensibles que todo lo que les sucede lo leen como un nuevo rechazo; por eso no se involucran, miran desde lejos, analizan, observan, no quieren intimar, no quieren meterse en un grupo, no quieren establecer relaciones con otra persona por miedo a ser rechazados nuevamente...
Hay un sector compuesto por gente que no acude a ninguna congregación cristiana que lo hace por esta incapacidad y no por haber descubierto la falsedad babilónica. Se trata de gente que aún es inmadura y nada tiene que ver con los que han salido por decisión madura y sobria.
La gente rechazada también desarrolla un espíritu crítico: critica, analiza, descalifica, cuestiona, opina -siempre negativamente- de todo lo que sucede; son personas que necesitan rebajar a los demás y automáticamente se sienten en un plano superior.
Atacan, porque tienen tanto miedo de ser nuevamente rechazados, que antes de que los rechacen, rechazan ellos. Van a cuestionar todo lo bueno que tú hayas hecho, la ayuda que les hayas dado, la atención que les brindaste, el amor que les expresaste; te descalificarán para que te cause enojo, porque una cosa es que te critiquen algo malo y otra que te critiquen algo que hiciste bien, cuando abriste tu corazón, ayudaste a alguien y eso te causa enorme enojo.
La gente rechazada siempre va a empujar para que lo vuelvan a rechazar, provocarán molestar al otro para ser rechazados nuevamente. Son personas que se acuerdan de los errores de los demás, tienen una memoria brillante y recuerdan día, hora, fecha, evento en el cual les dijeron lo que les dijeron, les hicieron lo que les hicieron.
Simón el fariseo representa a los que rechazan. Éste hombre, un legalista, invitó a Jesús a su casa. Jesús fue a la casa porque había un propósito, no era encontrarse con Simón sino con la mujer pecadora.
Cuando entró la mujer prostituta – No son pocos los teólogos que sostienen que era María Magdalena -, tomó un frasco de perfume y lo rompió a los pies de Jesús, y el fariseo pensó para sí: "Si supiese quien lo está tocando no la dejaría, me parece que no es tan profeta".
Jesús sabiendo lo que el fariseo pensaba le dijo: "Simón quiero contarte una historia - Estaban comiendo -, una persona tenía dos deudas, uno le debía quinientos y el otro le debía cincuenta, los perdonó a ambos. ¿Cuál de los dos lo va a amar más?"
Y el fariseo le dijo: "Bueno, aquél a quien más se le perdonó".
-"Vine a tu casa y lo único que hiciste fue pensar en rechazar a esta mujer, no me diste un beso, no me lavaste los pies, no me diste agua, ni nada, pero ella me dio todo".
Sabemos que María Magdalena era prostituta, que estaba loca emocionalmente, tenía siete demonios; o sea era una mujer desestabilizada emocionalmente, estaba estigmatizada, nadie la quería, era la prostituta de Magdala, un pueblucho.
Es decir una mujer que no tenía historia, no tenía cultura, rechazada y además todo lo que hacía, era leído como que, lo hacía para conquistar a un hombre; porque cuando ella derramó el perfume, Simón pensó que lo hizo para seducir a Jesús.
Una persona rechazada buscará obsesivamente la aprobación de los demás.
Se caracteriza por ser:
Cíclica emocionalmente:
Si a una persona la felicitan o reconocen, está bien de ánimo, pero el día que la desaprueban, está mal. Como vive de la aprobación y de la opinión de los demás, un día está arriba y otro día está abajo anímicamente.
Propenso al dolor emocional:
Hoy se siente bien y mañana mal. La aprobación pasa a ser como una droga necesaria.
Tener un pánico muy grande a fracasar:
Equivocarse o fracasar es igual a "no me van a aprobar", "no sirvo", "me van a rechazar". No se permiten equivocarse ni toleran lo errores de los demás.
Necesitar títulos:
El reconocimiento, la "chapa", la posición. Eso les hace sentir ilusoriamente que ya no son más rechazados. Esto nos hace recapacitar muy seriamente en los currículum que se exigen dentro de las organizaciones cristianas. ¿Acaso han sido idea de gente rechazada?
Todo lo que consigas agradando a los demás, necesitarás vivir agradando a otros para seguir manteniéndolo.
Eso es una atadura terrible en la cual mucha gente está cautiva.
Una mujer que fue rechazada va a buscar la aprobación de su pareja, va a tratar de que ese hombre le dé lo que no recibió en su casa, y va a recurrir al autoengaño: "Sí, él mintió a otras mujeres pero a mí nunca me mentiría".
El mito de que "conmigo es distinto", es mentira; porque el que mintió a otra persona también te va a mentir a vos. "Sí, mi marido miente, pero a mí me ama y es lo que importa"
-¿Y cómo sabes que te ama?
-"Porque me lo dijo"
-Y si miente.
-"Sí, él miente pero es víctima de las circunstancias, ¡pobrecito!" "Sí, él miente pero yo lo puedo cambiar". "Sí, él miente pero es por culpa mía".
La cruz me enseña que estoy aprobado por Dios, y no necesito ganarme la aprobación de nadie.
La cruz me enseña que estoy bendecido, redimido, salvo, justificado, perdonado, liberado por Dios.
¡No necesito agradar a nadie más!
Dios te ve aceptado en Jesucristo, porque Él murió en la cruz para que estemos aprobados para siempre. Eso quiere decir que Jesús fue un maldito; porque en la cruz se hizo maldición por nosotros, Él cargó con toda la maldición.
Dice Pablo que Él se hizo pecado por nosotros.
Jesús no murió en pecado sino que fue hecho pecado
Lo cargó en la cruz por eso el Padre se dio vuelta, y el Hijo clamó "Padre, por qué me has desamparado". Hubo una fractura misteriosa en la Trinidad porque Jesús estaba cargando con el cáncer, con la miseria, con el pecado, con la muerte, con la enfermedad, con el rechazo, con la violación, Él lo llevó todo en la cruz para que seamos aprobados por Dios. Y hoy estamos celebrando el poder de la cruz de Jesucristo.
Pablo que era un teólogo poderoso, utiliza tres palabras para explicar qué pasó en la cruz del Calvario:
1. Redimió:esta palabra se usaba para los prisioneros que quedaban atados en el campo de batalla, prisioneros de los enemigos. Así que lo primero que sucedió cuando Cristo murió, Él nos redimió, nos libró del poder del maligno.
2. Compró:significa que alguien fue secuestrado y alguien pagó el precio para ser liberado y ahora tienes un nuevo dueño. ¡Qué maravilloso lo que pasó en la cruz! Cristo murió para redimirte, para que seas libre de lo malo, para que ahora tu dueño no sea la maldad y Él sea tu dueño por siempre y para siempre.
3. Justificado:quiere decir que estás hecho libre para hacer cosas buenas.
No solamente Jesús nos libró de lo malo y Él es nuestro dueño sino que estamos justificados, habilitados, capacitados para cumplir todo lo que Dios ponga en nuestro corazón.
La imagen es como un batallón de gente que está caminando y hay una mina poderosa adelante y uno de los soldados dice: "Quédense aquí, yo voy a echarme sobre la mina". Se echa, la mina explota y lo revienta en mil pedazos. Detrás pasa el pelotón y esa persona llevó en sí la muerte de todos los que tendrían que haber muerto.
Eso es lo que hizo Jesús, echó sobre sí todos los pecados en la cruz, porque todos merecíamos morir. Es importante que sepas esto. Pablo dice "Si Dios no escatimó ni a su propio hijo, sino que lo entregó en la cruz por todos nosotros, cómo no nos dará con Él todas las cosas".
Si Dios te entregó a Jesucristo, cómo no te dará el vehículo que necesitas, cómo no te dará la sanidad que estás pidiendo, cómo no te dará la familia por la que estás orando. Ya no necesitamos agradar a nadie, buscar la aprobación de nadie, porque Él murió y nos ha abierto el cielo y ahora estamos aprobados por Dios.
Lea era bizca -el traductor en Génesis pone "de ojos delicados"-, nadie la quería, era rechazada, y ella buscaba la aprobación de todo el mundo. A Jacob le gustaba la hermana, y trabajó siete años para casarse con Raquel. Y el padre Labán, que era un achispado, dijo: "Trabaja siete años que te voy a dar a mi hija". Labán, a la hora del casamiento, le entregó a la hija fea.
En aquel entonces estaban todos cubiertos, tapados. Y cuando Jacob se casó, a la mañana siguiente se encontró que no era la mujer que él amaba. Imagina qué sintió esa mujer al ser despreciada por su esposo. Entonces Lea inició un camino para buscar la aprobación de Jacob y comenzó a darle hijos.
A Jacob no le interesaba y ella seguía dándole hijos, hasta que llegó el momento que Lea se dio cuenta y dijo: "Esta vez alabaré a Jehová". Y le puso a su hijo por nombre Judá, es decir "Alabanza". Y no le dio más hijos a Jacob.
Tiene que haber un momento donde puedas parir algo para Dios.
Ella dijo: "Ahora me voy a ocupar de Dios, hasta acá viví para Jacob, pero ahora lo que logré no será para Jacob sino para Dios".
Repite: A partir de ahora viviré para Dios porque el único que puso las manos y fue a la cruz y murió por mí, fue Jesucristo.
¡Hasta acá viví para los demás y a partir de hoy, viviré para Dios! Si dejas de buscar la aprobación de la gente van a suceder varias cosas:
1-Todas las oraciones serán contestadas
Cuando dejas de buscar la aprobación de la gente salís del plano del alma, del plano afectivo, y empezás a funcionar en el plano de la revelación. Los discípulos le dijeron a Jesús: "Enséñanos a orar" porque veían a Jesús orar y que Dios le contestaba todas las oraciones. ¿Cómo puede ser Señor que Dios te contesta todas las cosas y a nosotros no? Le preguntaron los discípulos.
Porque cuando estás en el plano de la emoción buscando la aprobación, tus oraciones van a ser emocionales y vas a orar fantasía de fe. O sea, oraciones sin sentido, que Dios no te concederá porque son verdaderas estupideces; entonces te frustrás, y empezás a vivir en la fantasía de la emoción.
Nos enseñaron que orar era hablar con Dios y eso es mentira.
Nos dijeron: "Dios es tu amigo, abríle tu corazón y lo que te salga, decíselo". Mentira. Porque cuando oras a Dios como tu amigo, hablas tu emoción, por eso Dios no te contesta.
Oración no es moverme en el plano de la emoción sino ponerme de acuerdo con lo que Dios dice.
"Padre, me pongo de acuerdo y por las llagas de Jesucristo estoy sano".
"Padre declaro que iré de gloria en gloria".
"Señor, estoy orándote y declaro que un espíritu de sabiduría y revelación hay sobre mí y todo lo que haga me saldrá bien".
Te pones de acuerdo con Dios y todas tus oraciones son contestadas.
Cuando te mueves en el plano de la aprobación tus oraciones son emoción, pero cuando te mueves en el plano de la revelación, dejas de buscar la emoción y hablas lo que Dios dice: "Toda mi casa es salva en el poder de Jesucristo"
Y cuando viene el diablo le decís: "Diablo, te recuerdo que sos mi alfombra porque Jesús te puso debajo de mis pies". Y cuando viene a tu casa, te golpea y te dice: "Vengo a traerte miseria, ¿está Juanita?" Le contestas: "Juanita no vive aquí, Cristo vive".
Y te mueves con autoridad, en revelación, hablas lo que Dios está hablando; porque cuando te mueves por fe, todo lo que pidas con fe "Él te lo dará".
2-Activaré la creatividad divina
Cuando no buscás la aprobación de la gente porque ya estás aprobado, saliste del sistema.
No somos creativos por miedo a las burlas. La gente te quiere meter en el sistema para lastimarte, pero cuando dejas de buscar su aprobación porque Dios ya te aprobó, estás fuera del sistema. Dios usa a la gente que está fuera del sistema.
María Magdalena era una prostituta que estaba fuera del sistema, era una mujer ungida por Dios y fue la primera en enterarse de la resurrección de Cristo.
Jesús dijo: “Había muchas viudas en la época de Elías, pero fue a la de Sarepta". Porque estaba fuera del sistema. "Había muchos leprosos, pero Eliseo sanó a Naamán que no era del pueblo de Israel". Porque estaba fuera del sistema.
Porque si buscas agradar a la gente, vas a hacer lo que la gente espera de ti y vas a tener los resultados que la gente tiene; pero cuando te animas a salir del sistema, Dios te va a bendecir.
Los fariseos sabían las Escrituras de memoria, pero vinieron unos sabios del Oriente viendo la estrella y siguiéndola llegaron donde Jesús había nacido. ¿No tendrían los fariseos que haber sabido cuándo Jesús nacería? ¿Por qué no lo descubrieron?
Sí, pero no lo descubrieron porque estaban metidos en el sistema religioso y Dios tuvo que levantar gente de otro sistema. La gente que salga del sistema, será revelada por Dios, llegará a lugares nuevos y traerá bendición.
¡Anímate! No importa si se burlan de ti.
Si Dios te dio un sueño, ese sueño se tiene que cumplir.
Si Dios te dio una idea, no importa que se rían, hoy se ríen, mañana te pedirán trabajo.
Sal del sistema, sé distinto, obedece a Dios.
3- Seré libre de las críticas
No te molestarán las críticas, porque como ya no te importa la aprobación, tampoco te importa el rechazo. Si el rechazo te duele es porque te importa la aprobación, pero cuando se te revela que Jesús murió en la cruz y te dio todo para redimirte, justificarte y salvarte, y que ahora está aprobada en Cristo, ya no necesitás la aprobación de nadie y la gente no podrá lastimarte nunca más.
En Mateo 7:3 dice Jesús: "¿Por que te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo y no le das importancia a la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Dejáme sacarte la astilla cuando vos tenés una viga?" ¡Hipócrita! Sacáte primero vos el pedazo de tronco y después ayudá a tu hermano.
Toda persona que te critica la astilla en tu ojo, es porque tiene un tronco en su ojo. El tronco en el ojo significa que no tiene visión. Por eso nunca te tiene que importar el que te critica porque no tiene visión para hablarte y el que no tiene sueños no tiene autoridad para aconsejarte.
Nunca dejes que alguien que tiene una viga en el ojo te quiera ayudar, porque te puede lastimar. La gente que tiene sueños de Dios, es la que Dios levantó -no para criticarte- para corregirte. Porque los mediocres, critican; los mentores, corrigen.
El crítico tiene una viga en su ojo, el mentor fue libre de su viga y ahora puede acompañarte.
Sé libre de la gente que tiene ramas en los ojos.
4- Seré libre de mis debilidades.
Todos tenemos debilidades, errores, fracasos y nos hemos equivocado más de una vez.
Los cristianos perfectos son como recipientes en los que está la luz de Cristo en su interior pero no la dejan ver.
Los cristianos agujereados por los errores, con debilidades, con problemas, con dificultades dejarán que el Señor brille. No importa las debilidades que tengas, Dios está dentro de vos y te va a usar así. El Señor brilla por tus debilidades, a través de tus errores Él se va a manifestar.
No busques la aprobación de la gente, ya estás aprobado por el Señor; salí del sistema, atrevéte a ser distinto aunque te juzguen y critiquen, confesá la Palabra de fe, y:
1- Dios te dará un espíritu de conquista
María Magdalena entró en la casa y se produjo un silencio, porque ella era prostituta. Fue directamente a los pies del Señor, empezó a llorar y enjugó sus lágrimas. Porque cuando eres un conquistador, cuando sabes que Dios te ha aprobado, no le pides permiso a nadie, no importan los comentarios que haya en la atmósfera; ella no fue a buscar la aprobación de nadie, fue a adorar a su Señor.
Desarrolla el espíritu de conquista y adora a tu Señor.
2- Nunca te olvides de dónde has salido
Simón se hizo religioso porque se olvidó de dónde salió. Nunca te olvides de dónde te sacó el Señor, cómo estabas cuando Él vino a buscarte, porque al que mucho se le perdona, mucho ama.
Hay gente que tendría que haberse muerto en el día del parto, pero hubo gente que oró por ellos y se salvaron.
Hay ladrones que otros ladrones tendrían que haberlos matado, pero alguien oró por ellos.
Hay personas que se podrían haber suicidado, pero hoy están aquí porque alguien oró. Nunca olvides de dónde Dios te sacó.
3- Dios redimirá todo mi pasado y seré usado por Él
¿De dónde sacó el frasco de perfume la mujer? De todos los hombres con los que había salido, ¡Era millonaria! Todos la conocían porque se había acostado con todos, pero Jesús no le preguntó: ¿De dónde sacaste el dinero? Él recibió el perfume. Porque en Dios se redimen todas las cosas, aun lo que fue malo Dios lo cambiará en bendición.
Jesús nunca levantó una ofrenda, porque había mujeres (Lucas 8), como ésta, que sostenían el ministerio. Todo tu pasado será cambiado en un arma poderosa que será usada por Dios para extensión del reino.
4- Yo determinaré la atmósfera donde estoy
Ella entró y rompió el frasco; no lo abrió, lo rompió, y la casa se lleno del perfume.
Simón empezó a criticarla pero a ella no le importó. Simón no determina la atmósfera donde estás, tú la determinas.
No importa que en tu trabajo haya compañeros endemoniados, que te hagan macumba; rompe el frasco y di: "Señor, yo determino la atmósfera en este lugar, y en éste lugar yo adoraré, quebraré mi vida y lo cambiaré en un santuario de alabanza, porque estoy aprobado en ti, estoy bendecido, justificado y redimido, soy salvo y soy tu hijo. ¡Te amo!"
Cuando alguien te hable mal de otra persona, dile "¿Y...cuál es el problema?"
Pablo decía: "Diga el débil, fuerte soy".
Porque los perfectos no brillan con la luz de Cristo, pero los que reconocemos errores, debilidades, a pesar de lo que somos, Dios nos usa porque Dios no nos ha aprobado por lo que hacemos sino porque Cristo venció en la cruz por nosotros para siempre jamás y Satanás fue puesto por alfombra nuestra.
Mantente firme en la Palabra. No negocies con Satanás, dile: "Diablo ya he confesado la palabra, mis hijos son de Cristo". Y cuando venga a atacar declara: "No negocio, ya he determinado la Palabra y decretado; y me paro en la palabra de fe".
A María Magdalena cualquier iglesia la hubiera escondido: "no vayas a predicar, ni a evangelizar, porque vas a ser mal testimonio, mal representante del ministerio". Y la Biblia dice que esta mujer, cuando muchos huyeron, ella estuvo en la cruz.
Tienes que saber pararte en la cruz. Porque en la cruz está la victoria, tu bendición.
Y no solamente estuvo en la cruz, estuvo en la tumba vacía y fue la primera en enterarse de que la tumba quedó vacía.
Porque el que sabe pararse en la cruz y recibe la aprobación del Padre, sabe estar en la tumba vacía y sabe que ha resucitado por siempre y para siempre.
Fue la primera, una prostituta, una mujer que nadie quiso.
Jesús le dijo: "Simón, vine a tu casa y no me diste un beso, pero esta mujer que está llorando me besó y lo único que yo quería era un beso".
La gente que sabe que está aprobada por Dios, sabe besar al Señor; pero los que buscan criticar, juzgar, atacar, no saben ser un buen anfitrión de la Presencia de Dios.
En los próximos años la atmósfera de este país la vamos a determinar nosotros como hijos de Dios. La atmósfera en tu trabajo la vas a determinar tú, habrá macumbas, muertes, insultos y desgracias pero donde tú entres, tu frasco, tu vida, será roto y la atmósfera será llena porque cuando tu perfume se mezcla con la presencia del Señor, todo cambia.
Jesús murió y resucitó y estamos aprobados por siempre y para siempre.
Rompe tu frasco y adórale.
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¿A Quién se somete su Alma?
Hay una pregunta que los creyentes, hoy, se formulan a menudo. Unos más, otros menos, pero todos en algún momento: ¿Por qué, si hago todo lo que he aprendido a hacer, si oro, ayuno, vivo en santidad, todavía sigo tan gobernado por la carne? No se aflija; no es nuevo ni es exclusivo suyo: Pablo se lo preguntó primero.
El problema, en un principio, está en que no hemos aprendido, todavía, a manejarnos en esa doctrina tan básica que es la del espíritu, alma y cuerpo. No separamos, no dividimos, no segregamos. Entonces, escrituras que van dirigidas al espíritu tratamos de aplicarlas al alma, otras que se dirigen al alma pretendemos aplicarlas al espíritu o al cuerpo y así, obviamente, no podemos progresar demasiado.
(Gálatas 5: 16)= Digo, pues: andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. (17) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Este texto habla de la lucha ente el espíritu regenerado por Cristo y la carne que aun responde a la voluntad del alma. No se menciona el alma, aquí, es verdad, pero sí en la que sigue, que dicho sea de paso, es el par de versículos sobre los que vamos a trabajar en este estudio.
(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
(13) Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Este pasaje es clave. Primero, porque deja la evidencia de que la Palabra y Cristo son una misma cosa. EL es el Verbo. No hay separación. Cuando estudiamos la palabra, estudiamos a Cristo. Cuando confesamos la palabra, confesamos a Cristo. Cuando asimilamos la palabra, asimilamos a Cristo. Cuando nos formamos en la Palabra, nos formamos en Cristo y cuando vivimos la palabra, vivimos a Cristo. El problema está en que muchos cristianos han crecido sin conocer los principios básicos que deben regir su vida espiritual conforme a la palabra de Dios.
El problema es que aunque el espíritu obedezca en todo, el alma no siempre está de acuerdo y se empecina en razonarlo todo y el cuerpo, mientras tanto, está siempre más proclive a negociar con el mundo que con el espíritu, porque es un cuerpo de muerte. El cuerpo siempre empieza con un poquito. Tan poquito que no llega a llamarle la atención a nadie. Cuando empieza a preocupar, ya está metido hasta las narices. El cuerpo -y un cadáver es la mejor confirmación-, si lo deja en independencia, busca su autodestrucción. El espíritu, en cambio, busca la comunión con Dios.
(1 Juan 3: 10)= En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Si no entendemos que hay un espíritu y un alma, ¿cómo interpretamos esta escritura que nos dice que no podemos pecar cuando, cada uno de nosotros sabe que aun después de convertidos estamos pecando continuamente y fallándole a Dios?
(1 Juan 1: 10)= Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros.
Vamos a ver. Si pecamos, dice Juan, abogado tenemos para con el Padre, Jesucristo el justo. ¿Cómo es? Porque una me dice que cuando peque, tengo listo un abogado defensor, pero la otra me dice que NO peque. ¿Cuál es la verdadera? Parece una contradicción. ¿Cómo aplico esta escritura si no defino al espíritu y al alma?¿Una es verdad y la otra es mentira?¿Las dos son mentira o las dos son verdad?
Lo que ocurre es que 1 Juan 3:10 habla del espíritu renacido que no peca, en tanto que 1 Juan 1:10 habla del alma, que es la que comete pecado. Las escrituras encajan, engranan y se concilian unas a otras sin problemas.
Es imposible conciliar muchas escrituras, textos y doctrinas sin el conocimiento pleno de la naturaleza del hombre y de su composición. Si no se entiende que el hombre es espíritu (PNEUMA) alma (PSUCHE) y cuerpo (SOMA), será muy difícil resolver esos conflictos porque no se sabrá dónde atacar el problema.
¿Cuál es el punto clave para un médico ante la dolencia de un paciente? Determinar su patología, o sea: saber qué es lo que tiene: el diagnóstico. Conflictos. Usted está confundido. Dios no lo escucha, está en pruebas tremendas, la gente no lo entiende, se le va su marido o su mujer. Dios no lo sana, ahora que está en el evangelio las cosas le van económicamente peor y casi está arruinado, los negocios le salen mal, no consigue trabajo. Conflictos, dudas, preguntas. Nadie se las responde ni se las explica. Como mucho, le dicen: "ore hermano, ore...".
El fundamento bíblico le dice que la Palabra de Dios es la única posibilidad de esclarecer primero el diagnóstico; en qué área de su vida está el problema que le frena y atacarlo mejor. Ahí es donde puede surgir otro problema extra: atacar al problema en un área equivocada. Qué enorme cantidad de veces -cuidando más nuestras imágenes que la sanidad interior de alguien-, encaramos el problema justo por el lado donde no está...
El problema, mayoritariamente, está en el alma. El espíritu no tiene problemas porque tiene la naturaleza de Dios regenerada. Al pecado le dice no y a la santidad le dice sí. De la carne ni hablemos porque -dice la Palabra- la carne no agrada a Dios más allá de ser una caja a nuestro servicio. El asunto es el alma.
La pregunta es: ¿A quién está sometida su alma? Voluntad, intelecto, razón, la mente. El alma es la que toma las decisiones. Y lo hace depende a quién se somete: al cuerpo o al espíritu. Por eso Pablo, en Romanos 12:2 dice que tenemos que renovarnos en el espíritu de nuestra mente.
En esta enseñanza ocurren algunas cosas. La Palabra va a destruirle a usted algunas vacas sagradas. Marido, esposa, ministerio, dinero, intelecto, los dones. ¡Las enfermedades!¿Sabe la cantidad de gente que hay -no digo enferma-, digo ENAMORADA de sus enfermedades? El punto es el Ego. Lo sabemos, lo enseñamos y lo aconsejamos, pero hay un problema: ¿Lo crucificamos? Dios quiere destruir al Ego. Al alma rebelde que quiere hacer lo suyo y no se sujeta al espíritu. ¿Por qué Dios puede usar a unos más que a otros? Porque están quebrantados por causa de la obediencia a la palabra.
Y no estoy hablando del precio de la salvación; a ese ya lo pagó Cristo. Estoy hablando del precio de la consagración y la dedicación, que es: sometimiento. El que quiera seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. ¿Cuál es la cruz? La negación de nosotros mismos.
¿Por qué Dios no me escucha? ¿Por qué esto no me resulta? ¿Por qué no me sano? ¿Por qué ocurren tantos problemas? Es que hay muchas áreas de nuestras vidas que todavía viven independientes de Dios. Somos bien religiosos y la religión no es cosa que le agrade a Dios. El hombre es un ser creado para señorear. El alma anhela señorear y no tiene ni la más mínima gana de someterse al espíritu. Y cuando dejamos que el cuerpo también opine, el resultado es más nefasto todavía. Para que el espíritu resulte ganador de esta batalla, habrá que crucificar la carne y quebrantar el alma.
(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Dice que penetra hasta partir. Si esta palabra no es bien interpretada, jamás nunca este verso va a significar nada para nosotros. Dice con claridad que la palabra revelada penetra hasta producir una separación, una segregación, una división. Y tiene poder para establecer una línea divisoria. Tiene vida, cambia, transforma, liberta, sana, penetra, da vida, da poder: esa es la palabra.
Yo no vine a traer paz sino división, dice el Señor. ¿El? ¡Si no está aquí ahora! El no, pero su palabra sí.¿La Biblia? Sí, la Biblia, pero no leída con rutina o monotonía monocorde: ¡Con unción del Espíritu!¡Allí es donde conmueve! No existen separadamente el espíritu y el alma: coexisten. Sólo que se debe producir ese partimiento para que cada área sepa qué es lo que debe solucionar para relacionarse más y mejor con Cristo y así trabajar en cooperación, no en disenso permanente.
PARTIR es la palabra MERISMOS, y significa:"tomar todas las facetas del hombre y separarlas o dividirlas en categorías: espíritu, alma y cuerpo. Eso es MERISMOS. En el alma están: la voluntad, el intelecto, la mente, las emociones, los sentimientos. Así que yo agarro el alma y busco la voluntad. ¿Qué es la voluntad? Muchas veces, en la Biblia, está traducida como CORAZÓN. Este verso que estamos estudiando, es uno de esos. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, o sea: de las intenciones de la voluntad. En otros textos, hay que decirlo para evitar confusiones o polémicas, CORAZÓN también significa ESPÍRITU, y en otros, significa ALMA. Pero en este caso específico. VOLUNTAD.
El MERISMOS, lo que hace, es dividir y catalogar cada parte, desnudarla y dejarla en evidencia para que sea evaluada, diagnosticada y sanada. La decisión y la última palabra la tendrá, obvio, el dueño de ese espíritu, de esa alma y de ese cuerpo. Los psicólogos han tratado y han fracasado. Los psiquiatras han tratado y han fracasado. Las consejerías pastorales según seminarios y sabiduría de laureados profesores, han tratado y han fracasado. Cristo no ha fracasado en cada oportunidad que le dieron oportunidad. La parte que a ellos se les escapa la llaman "sub-consciente", algo tan invisible como el espíritu en lo cual prefieren creer porque es un invento científica e intelectualmente aprobado y apreciado, aunque jamás se haya podido probar en lo concreto su certeza.
Cuando el hombre es dominado por las emociones, los sentimientos, los dictados de su voluntad, su intelecto y su sabiduría humana, ese hombre es un almático. Cuando es dominado por sus pasiones, sus sentidos, sus sensaciones, por el sabor de una comida irresistible, por la vista de figuras obscenas, por el oír elementos lascivos, por palpar con sensualidad o por aromas incentivantes, ese hombre es carnal.
Allí aparece MERISMOS: para segregar cada parte y dejarla al descubierto para que así pueda ser tratada convenientemente, sin confusiones y sanada. Eso termina, a corto o mediano plazo con la mayor parte de los conflictos internos humanos. Lo que un cristiano almático no puede entender es que, así como el mundo es regido por una serie de leyes físicas, así también el reino de Dios, el mundo espiritual, es regido por una serie de principios espirituales que generalmente son decididamente opuestos a los naturales. Esto es fundamento bíblico, no una cátedra sobre teología, hermenéutica o exegética, que es altamente necesaria para el pueblo, pero que no ocupa sitiales prioritarios en el conocimiento de la persona de Cristo.
(1 Samuel 3: 1)= El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
Donde hay escasez de la palabra de Dios, escasea la visión de Dios. No es misticismo, es ver las cosas como Dios las ve. Dios habla, pero si no tiene la Palabra, jamás vas a entender lo que Dios está hablando. Entonces cae en frustración, decepción, impotencia, enojo, reglamentarismos y estatutismos para impedir que la gente se le vaya y, finalmente, viene la depresión. Lo que sigue, es historia vieja.
(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Está claro. Si se sabe buscar, la Palabra tiene todas las respuestas para el hombre. Si se sabe dónde buscarla y dónde aplicarla, se la cree y se la acepta; si no se la resiste, si se la recibe con mansedumbre y se acepta la corrección de Dios. Que se permita que la palabra lo forme. La palabra dice: Hijitos amados, por quienes vuelvo a tener dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros. (Gálatas) Atención: les habla a los creyentes, no al mundo incrédulo.
Cuidado: ser formado en Cristo, no significa ser informado sobre Cristo. La información es muy importante, pero no produce cambios en nadie. Un soldado debe estar informado, pero gana una batalla y conserva su vida si se forma como soldado antes de combatir. Si sólo está informado, corre riesgos.
Formados en Cristo. En su actitud, su carácter, su vida, su pasión, su propósito, su plan. MERISMOS quiere decir: tomar todas las facetas del hombre y separarlas o dividirlas en categorías: espíritu, alma y cuerpo. Y luego tomar cada parte y verlas a cada una para tener revelación precisa para mayor entendimiento del hombre. Separa las partes y hace una distinción entre ellas. Lo único que puede hacer eso, es la palabra de Dios.
(1 Pedro 1: 4)= Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
La vida del Ego. Quien anda en el espíritu no es controlado por sentimientos ni por emociones. Sentimientos familiares, de herencia, personas que siguen ligadas y atadas con sentimientos del pasado. Atadas a personas que ya han muerto. Atadas a tradiciones. El sentimentalismo lleva a la religión. Personas atadas a organizaciones, concilios, juntas, asociaciones, convenciones, dogmas, doctrinas denominacionales. Dios no trabaja con gente que no camine en el espíritu. Los demonios, para no salir, a veces, apelan a los sentimientos de las personas.
Los sentimientos son buenos cuando son controlados por el hombre espiritual. Si es a la inversa, es nocivo. El MERISMOS será lo que nos muestre con qué área de nuestro ser estamos operando. Pregúntese, por ejemplo, qué es el miedo. Miedo es la sustancia de las cosas que se esperan y la evidencia de lo que no se ve. Ahora pregúntese qué es la fe: sustancia de las cosas que se esperan y la evidencia de lo que no se ve. Es lo mismo, pero sutilmente tergiversado; funciona al revés. Todo lo que dice la Biblia, viene de Dios. Gírelo, inviértalo en 180 grados y ahí va a tener clarito cómo funciona Satanás.
(Gálatas 6: 7)= No os engañéis; Dios no puede ser burlado. pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
(8) Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el espíritu, del espíritu segará vida eterna.
Estos son principios inmutables: si yo ministro en el espíritu, estoy sembrando vida espiritual y eso será lo que coseche: más vida espiritual. Si yo ministro en la carne, va a suceder exactamente lo mismo pero a la inversa. Pero esta ministración jamás irá más allá de la mente, del alma o del cuerpo. Cuando basamos todo en lo intelectual y en la memoria, el resultado a nivel espiritual, es: confusión, desilusión, frustración. Nada de lo que hagamos en nuestra mente puede producir algo espiritual.
¿Cómo empieza el Génesis? "En el principio creó Dios..." Dios es Espíritu, no? Eso quiere decir que fue el Espíritu el que creó todo lo físico que vemos. Y pensar que nosotros hoy, todavía nos pasamos la vida haciendo y exigiendo cosas físicas para ser o parecer más espirituales. Una sanidad en el cuerpo, para el creyente, por ejemplo, nunca puede hacerse una realidad física en tanto y en cuanto no lo sea VERDADERA y GENUINAMENTE en lo espiritual. Hay gente que clama por sanidad, pero en su espíritu, no termina de creerla.
Para el incrédulo, hay otros códigos.
"Quiero leer, pero no entiendo nada, no me entra en la cabeza." Jamás algo de Dios va a entrar en su vida a través de su mente, de su cabeza. Jesús dijo: El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu, son vida. Y Pablo agrega: Acomodando lo espiritual a lo espiritual. La palabra ES espíritu, y allí debe ir.
Jesús jamás dijo que entendieran la palabra. Dijo que al que cree, todo le es posible. Si no, al centurión le hubiera dicho: ¡Bárbaro!¡Razonaste perfecto! Por todo eso: ¡¡¡Recibe!!!
El cuerpo se mueve por los sentidos, el alma se mueve por los sentimientos, el espíritu se mueve por fe. El MERISMO, tiene tres etapas:
PRIMERO: La Revelación por Iluminación. Sólo revelación separa su alma de su espíritu. El diablo jamás puede tentarle en su espíritu. Sí en su alma si no está totalmente regenerada. Una revelación no entra en su mente y luego pasa a su espíritu; es al revés. La palabra dice: El Espíritu Santo de Dios da testimonio a nuestra mente. Ese "yo sentí del Señor" que tantas veces oyó, en una gran parte, ni siquiera proviene del alma, la mayoría de las veces, no pasa del cuerpo. La voz del espíritu es la conciencia, la voz del alma es la razón, la voz del cuerpo son los sentidos. Por eso David habla como habla.
(Salmo 103: 1)= Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
(2) Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides a ninguno de sus beneficios.
(3) El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sena todas tus dolencias; (4) el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; (5) el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Vamos a ver: David le dice al alma que lo bendiga porque sabe que el alma no quiere saber nada con someterse. A riesgo de entrar en alguna polémica con profesionales cristianos, se puede decir que el alma es el consciente y el espíritu el sub-consciente. Las tres áreas no viven separadas. Sólo la palabra revelada las divide, segrega, parte y separa para su diagnóstico y sanidad.
SEGUNDO: Separación para Clarificación. ¿Para qué lo separa? Para clarificar. Para traer revelación. Para mostrar cuál es el problema.
TERCERO: Unificación para Cooperación. Después de haber partido, segregado, dividido, clarificado, detectado, revelado y sanado, se debe unir todo de nuevo para que, en mutua cooperación, den luz a una vida nueva, totalmente cambiada. ¿Sabe por qué hay tanta división en el cuerpo de Cristo? Por causa de las divisiones que existen dentro de cada uno de los creyentes que lo componen.
El creyente que ha sometido su alma al espíritu, resplandece en paz, sosiego, serenidad, confianza, gozo. Una suma reducida del carácter de Cristo, que es en suma el fruto del Espíritu Santo, que todos dicen tener pero que tan pocos evidencian.
Los frutos del espíritu, está hablando del espíritu regenerado, no del Espíritu Santo. Juan 15 dice que Jesús es la vid y nosotros los pámpanos. Todo pámpano que no lleve fruto será quitado. ¿Quién dice que lleva frutos, la vid o los pámpanos? ¿Y quiénes son los pámpanos? El Espíritu Santo, (que es Dios y es Cristo al mismo tiempo), no produce amor. El ES amor.
La puerta estrecha nos dice que, para entrar allí, usted va a tener que sacarse de encima todo el sobrepeso espiritual que trae. O entra como Dios quiere, o no entra.
El Espíritu le dice: "¡Dale una ofrenda a ese siervo del reino!". El cuerpo le dice: "¿Y yo? ¿Qué voy a comer después si le das lo que tienes? Y el alma complementa el cuadro: "Si le das a este no vas a poder cumplir con el otro y te vas a quedar sin nada!"
Quien se pasa más tiempo estudiando, alimentándose, escudriñando y utilizando la palabra de Dios, se vuelve más sensible a sus dictados y es capaz de ir descubriendo, sin otra ayuda, cuáles son sus puntos flojos, débiles o enfermos.
Las Coyunturas y los Tuétanos.- ¿Qué son los tuétanos en el mundo físico? Una sustancia gelatinosa, dentro de los huesos, que reproduce la sangre. Pablo no se equivocó: la vida del cuerpo es la sangre. También dice la ciencia que la vida que hay en los tuétanos, lleva los nutrientes de una coyuntura a otra para el crecimiento y la salud de los huesos.
Cuando una coyuntura del cuerpo está dislocada, se empiezan a secar los tuétanos. Esta es una tipología también, del cuerpo de Cristo. Los ministros de la iglesia de Cristo representan las coyunturas y los ligamentos, según Colosenses.
(Colosenses 2: 19)= Y no asiéndose de la cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
Entonces, cuando una coyuntura está dislocada, el tuétano, esa sustancia gelatinosa que produce la sangre y lleva la vida, comienza a secarse. Se afectan los ligamentos. Y esa parte del cuerpo queda inoperante.
El Señor ha puesto un ministerio en mis manos. Represento una coyuntura, sirvo para unir al cuerpo con lo que Dios me ha dado. Si me aíslo y trabajo pensando solamente en mí, el tuétano desaparece porque ya no hay posibilidades de lubricar coyunturas que están dislocadas. Cuestión de tiempo y será pura carne, y finalmente, caída estrepitosa.
Dios ve los pensamientos y las intenciones del corazón. Comprueba que a veces decimos algo con la boca y luego, en lo efectivo, hacemos la contraria. O tenemos algo en nuestro corazón para dar y cuando abrimos la boca, sale otra cosa.
Por eso Pablo dice en Romanos: Esta es la palabra que nosotros predicamos: que si creyéremos en nuestro corazón que Dios Padre resucitó a Jesucristo de los muertos y confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor, seremos salvos. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Tiene que ir unido lo que se cree en nuestro corazón con lo que habla nuestra boca con lo que pensamos. De otro modo, doble ánimo, doble mensaje, doble personalidad.
(Colosenses 3: 15)= Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra GOBIERNO, aquí, equivale a ARBITRO. Dios, a través de su Palabra, es el árbitro que puede tomar las grandes decisiones en nuestra vida. ¿Qué debemos hacer?¿Cómo lo debemos hacer?¿Cuándo lo debemos hacer? La Palabra de Dios lo decide a través del espíritu que mora en mí cuando hay armonía.
(Habacuc 1: 1)= La profecía que vio el profeta Habacuc.
(2) ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?
(3) ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.
(4) Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.
(Habacuc 2: 2)= Y Jehová me respondió; y dijo: escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.
(3) Aunque la visión tardará aun por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
(4) He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece, mas el justo por su fe vivirá.
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El problema, en un principio, está en que no hemos aprendido, todavía, a manejarnos en esa doctrina tan básica que es la del espíritu, alma y cuerpo. No separamos, no dividimos, no segregamos. Entonces, escrituras que van dirigidas al espíritu tratamos de aplicarlas al alma, otras que se dirigen al alma pretendemos aplicarlas al espíritu o al cuerpo y así, obviamente, no podemos progresar demasiado.
(Gálatas 5: 16)= Digo, pues: andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. (17) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Este texto habla de la lucha ente el espíritu regenerado por Cristo y la carne que aun responde a la voluntad del alma. No se menciona el alma, aquí, es verdad, pero sí en la que sigue, que dicho sea de paso, es el par de versículos sobre los que vamos a trabajar en este estudio.
(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
(13) Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Este pasaje es clave. Primero, porque deja la evidencia de que la Palabra y Cristo son una misma cosa. EL es el Verbo. No hay separación. Cuando estudiamos la palabra, estudiamos a Cristo. Cuando confesamos la palabra, confesamos a Cristo. Cuando asimilamos la palabra, asimilamos a Cristo. Cuando nos formamos en la Palabra, nos formamos en Cristo y cuando vivimos la palabra, vivimos a Cristo. El problema está en que muchos cristianos han crecido sin conocer los principios básicos que deben regir su vida espiritual conforme a la palabra de Dios.
El problema es que aunque el espíritu obedezca en todo, el alma no siempre está de acuerdo y se empecina en razonarlo todo y el cuerpo, mientras tanto, está siempre más proclive a negociar con el mundo que con el espíritu, porque es un cuerpo de muerte. El cuerpo siempre empieza con un poquito. Tan poquito que no llega a llamarle la atención a nadie. Cuando empieza a preocupar, ya está metido hasta las narices. El cuerpo -y un cadáver es la mejor confirmación-, si lo deja en independencia, busca su autodestrucción. El espíritu, en cambio, busca la comunión con Dios.
(1 Juan 3: 10)= En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.
Si no entendemos que hay un espíritu y un alma, ¿cómo interpretamos esta escritura que nos dice que no podemos pecar cuando, cada uno de nosotros sabe que aun después de convertidos estamos pecando continuamente y fallándole a Dios?
(1 Juan 1: 10)= Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros.
Vamos a ver. Si pecamos, dice Juan, abogado tenemos para con el Padre, Jesucristo el justo. ¿Cómo es? Porque una me dice que cuando peque, tengo listo un abogado defensor, pero la otra me dice que NO peque. ¿Cuál es la verdadera? Parece una contradicción. ¿Cómo aplico esta escritura si no defino al espíritu y al alma?¿Una es verdad y la otra es mentira?¿Las dos son mentira o las dos son verdad?
Lo que ocurre es que 1 Juan 3:10 habla del espíritu renacido que no peca, en tanto que 1 Juan 1:10 habla del alma, que es la que comete pecado. Las escrituras encajan, engranan y se concilian unas a otras sin problemas.
Es imposible conciliar muchas escrituras, textos y doctrinas sin el conocimiento pleno de la naturaleza del hombre y de su composición. Si no se entiende que el hombre es espíritu (PNEUMA) alma (PSUCHE) y cuerpo (SOMA), será muy difícil resolver esos conflictos porque no se sabrá dónde atacar el problema.
¿Cuál es el punto clave para un médico ante la dolencia de un paciente? Determinar su patología, o sea: saber qué es lo que tiene: el diagnóstico. Conflictos. Usted está confundido. Dios no lo escucha, está en pruebas tremendas, la gente no lo entiende, se le va su marido o su mujer. Dios no lo sana, ahora que está en el evangelio las cosas le van económicamente peor y casi está arruinado, los negocios le salen mal, no consigue trabajo. Conflictos, dudas, preguntas. Nadie se las responde ni se las explica. Como mucho, le dicen: "ore hermano, ore...".
El fundamento bíblico le dice que la Palabra de Dios es la única posibilidad de esclarecer primero el diagnóstico; en qué área de su vida está el problema que le frena y atacarlo mejor. Ahí es donde puede surgir otro problema extra: atacar al problema en un área equivocada. Qué enorme cantidad de veces -cuidando más nuestras imágenes que la sanidad interior de alguien-, encaramos el problema justo por el lado donde no está...
El problema, mayoritariamente, está en el alma. El espíritu no tiene problemas porque tiene la naturaleza de Dios regenerada. Al pecado le dice no y a la santidad le dice sí. De la carne ni hablemos porque -dice la Palabra- la carne no agrada a Dios más allá de ser una caja a nuestro servicio. El asunto es el alma.
La pregunta es: ¿A quién está sometida su alma? Voluntad, intelecto, razón, la mente. El alma es la que toma las decisiones. Y lo hace depende a quién se somete: al cuerpo o al espíritu. Por eso Pablo, en Romanos 12:2 dice que tenemos que renovarnos en el espíritu de nuestra mente.
En esta enseñanza ocurren algunas cosas. La Palabra va a destruirle a usted algunas vacas sagradas. Marido, esposa, ministerio, dinero, intelecto, los dones. ¡Las enfermedades!¿Sabe la cantidad de gente que hay -no digo enferma-, digo ENAMORADA de sus enfermedades? El punto es el Ego. Lo sabemos, lo enseñamos y lo aconsejamos, pero hay un problema: ¿Lo crucificamos? Dios quiere destruir al Ego. Al alma rebelde que quiere hacer lo suyo y no se sujeta al espíritu. ¿Por qué Dios puede usar a unos más que a otros? Porque están quebrantados por causa de la obediencia a la palabra.
Y no estoy hablando del precio de la salvación; a ese ya lo pagó Cristo. Estoy hablando del precio de la consagración y la dedicación, que es: sometimiento. El que quiera seguir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. ¿Cuál es la cruz? La negación de nosotros mismos.
¿Por qué Dios no me escucha? ¿Por qué esto no me resulta? ¿Por qué no me sano? ¿Por qué ocurren tantos problemas? Es que hay muchas áreas de nuestras vidas que todavía viven independientes de Dios. Somos bien religiosos y la religión no es cosa que le agrade a Dios. El hombre es un ser creado para señorear. El alma anhela señorear y no tiene ni la más mínima gana de someterse al espíritu. Y cuando dejamos que el cuerpo también opine, el resultado es más nefasto todavía. Para que el espíritu resulte ganador de esta batalla, habrá que crucificar la carne y quebrantar el alma.
(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Dice que penetra hasta partir. Si esta palabra no es bien interpretada, jamás nunca este verso va a significar nada para nosotros. Dice con claridad que la palabra revelada penetra hasta producir una separación, una segregación, una división. Y tiene poder para establecer una línea divisoria. Tiene vida, cambia, transforma, liberta, sana, penetra, da vida, da poder: esa es la palabra.
Yo no vine a traer paz sino división, dice el Señor. ¿El? ¡Si no está aquí ahora! El no, pero su palabra sí.¿La Biblia? Sí, la Biblia, pero no leída con rutina o monotonía monocorde: ¡Con unción del Espíritu!¡Allí es donde conmueve! No existen separadamente el espíritu y el alma: coexisten. Sólo que se debe producir ese partimiento para que cada área sepa qué es lo que debe solucionar para relacionarse más y mejor con Cristo y así trabajar en cooperación, no en disenso permanente.
PARTIR es la palabra MERISMOS, y significa:"tomar todas las facetas del hombre y separarlas o dividirlas en categorías: espíritu, alma y cuerpo. Eso es MERISMOS. En el alma están: la voluntad, el intelecto, la mente, las emociones, los sentimientos. Así que yo agarro el alma y busco la voluntad. ¿Qué es la voluntad? Muchas veces, en la Biblia, está traducida como CORAZÓN. Este verso que estamos estudiando, es uno de esos. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, o sea: de las intenciones de la voluntad. En otros textos, hay que decirlo para evitar confusiones o polémicas, CORAZÓN también significa ESPÍRITU, y en otros, significa ALMA. Pero en este caso específico. VOLUNTAD.
El MERISMOS, lo que hace, es dividir y catalogar cada parte, desnudarla y dejarla en evidencia para que sea evaluada, diagnosticada y sanada. La decisión y la última palabra la tendrá, obvio, el dueño de ese espíritu, de esa alma y de ese cuerpo. Los psicólogos han tratado y han fracasado. Los psiquiatras han tratado y han fracasado. Las consejerías pastorales según seminarios y sabiduría de laureados profesores, han tratado y han fracasado. Cristo no ha fracasado en cada oportunidad que le dieron oportunidad. La parte que a ellos se les escapa la llaman "sub-consciente", algo tan invisible como el espíritu en lo cual prefieren creer porque es un invento científica e intelectualmente aprobado y apreciado, aunque jamás se haya podido probar en lo concreto su certeza.
Cuando el hombre es dominado por las emociones, los sentimientos, los dictados de su voluntad, su intelecto y su sabiduría humana, ese hombre es un almático. Cuando es dominado por sus pasiones, sus sentidos, sus sensaciones, por el sabor de una comida irresistible, por la vista de figuras obscenas, por el oír elementos lascivos, por palpar con sensualidad o por aromas incentivantes, ese hombre es carnal.
Allí aparece MERISMOS: para segregar cada parte y dejarla al descubierto para que así pueda ser tratada convenientemente, sin confusiones y sanada. Eso termina, a corto o mediano plazo con la mayor parte de los conflictos internos humanos. Lo que un cristiano almático no puede entender es que, así como el mundo es regido por una serie de leyes físicas, así también el reino de Dios, el mundo espiritual, es regido por una serie de principios espirituales que generalmente son decididamente opuestos a los naturales. Esto es fundamento bíblico, no una cátedra sobre teología, hermenéutica o exegética, que es altamente necesaria para el pueblo, pero que no ocupa sitiales prioritarios en el conocimiento de la persona de Cristo.
(1 Samuel 3: 1)= El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
Donde hay escasez de la palabra de Dios, escasea la visión de Dios. No es misticismo, es ver las cosas como Dios las ve. Dios habla, pero si no tiene la Palabra, jamás vas a entender lo que Dios está hablando. Entonces cae en frustración, decepción, impotencia, enojo, reglamentarismos y estatutismos para impedir que la gente se le vaya y, finalmente, viene la depresión. Lo que sigue, es historia vieja.
(Hebreos 4: 12)= Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Está claro. Si se sabe buscar, la Palabra tiene todas las respuestas para el hombre. Si se sabe dónde buscarla y dónde aplicarla, se la cree y se la acepta; si no se la resiste, si se la recibe con mansedumbre y se acepta la corrección de Dios. Que se permita que la palabra lo forme. La palabra dice: Hijitos amados, por quienes vuelvo a tener dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros. (Gálatas) Atención: les habla a los creyentes, no al mundo incrédulo.
Cuidado: ser formado en Cristo, no significa ser informado sobre Cristo. La información es muy importante, pero no produce cambios en nadie. Un soldado debe estar informado, pero gana una batalla y conserva su vida si se forma como soldado antes de combatir. Si sólo está informado, corre riesgos.
Formados en Cristo. En su actitud, su carácter, su vida, su pasión, su propósito, su plan. MERISMOS quiere decir: tomar todas las facetas del hombre y separarlas o dividirlas en categorías: espíritu, alma y cuerpo. Y luego tomar cada parte y verlas a cada una para tener revelación precisa para mayor entendimiento del hombre. Separa las partes y hace una distinción entre ellas. Lo único que puede hacer eso, es la palabra de Dios.
(1 Pedro 1: 4)= Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
La vida del Ego. Quien anda en el espíritu no es controlado por sentimientos ni por emociones. Sentimientos familiares, de herencia, personas que siguen ligadas y atadas con sentimientos del pasado. Atadas a personas que ya han muerto. Atadas a tradiciones. El sentimentalismo lleva a la religión. Personas atadas a organizaciones, concilios, juntas, asociaciones, convenciones, dogmas, doctrinas denominacionales. Dios no trabaja con gente que no camine en el espíritu. Los demonios, para no salir, a veces, apelan a los sentimientos de las personas.
Los sentimientos son buenos cuando son controlados por el hombre espiritual. Si es a la inversa, es nocivo. El MERISMOS será lo que nos muestre con qué área de nuestro ser estamos operando. Pregúntese, por ejemplo, qué es el miedo. Miedo es la sustancia de las cosas que se esperan y la evidencia de lo que no se ve. Ahora pregúntese qué es la fe: sustancia de las cosas que se esperan y la evidencia de lo que no se ve. Es lo mismo, pero sutilmente tergiversado; funciona al revés. Todo lo que dice la Biblia, viene de Dios. Gírelo, inviértalo en 180 grados y ahí va a tener clarito cómo funciona Satanás.
(Gálatas 6: 7)= No os engañéis; Dios no puede ser burlado. pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
(8) Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el espíritu, del espíritu segará vida eterna.
Estos son principios inmutables: si yo ministro en el espíritu, estoy sembrando vida espiritual y eso será lo que coseche: más vida espiritual. Si yo ministro en la carne, va a suceder exactamente lo mismo pero a la inversa. Pero esta ministración jamás irá más allá de la mente, del alma o del cuerpo. Cuando basamos todo en lo intelectual y en la memoria, el resultado a nivel espiritual, es: confusión, desilusión, frustración. Nada de lo que hagamos en nuestra mente puede producir algo espiritual.
¿Cómo empieza el Génesis? "En el principio creó Dios..." Dios es Espíritu, no? Eso quiere decir que fue el Espíritu el que creó todo lo físico que vemos. Y pensar que nosotros hoy, todavía nos pasamos la vida haciendo y exigiendo cosas físicas para ser o parecer más espirituales. Una sanidad en el cuerpo, para el creyente, por ejemplo, nunca puede hacerse una realidad física en tanto y en cuanto no lo sea VERDADERA y GENUINAMENTE en lo espiritual. Hay gente que clama por sanidad, pero en su espíritu, no termina de creerla.
Para el incrédulo, hay otros códigos.
"Quiero leer, pero no entiendo nada, no me entra en la cabeza." Jamás algo de Dios va a entrar en su vida a través de su mente, de su cabeza. Jesús dijo: El espíritu es el que da vida, la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu, son vida. Y Pablo agrega: Acomodando lo espiritual a lo espiritual. La palabra ES espíritu, y allí debe ir.
Jesús jamás dijo que entendieran la palabra. Dijo que al que cree, todo le es posible. Si no, al centurión le hubiera dicho: ¡Bárbaro!¡Razonaste perfecto! Por todo eso: ¡¡¡Recibe!!!
El cuerpo se mueve por los sentidos, el alma se mueve por los sentimientos, el espíritu se mueve por fe. El MERISMO, tiene tres etapas:
PRIMERO: La Revelación por Iluminación. Sólo revelación separa su alma de su espíritu. El diablo jamás puede tentarle en su espíritu. Sí en su alma si no está totalmente regenerada. Una revelación no entra en su mente y luego pasa a su espíritu; es al revés. La palabra dice: El Espíritu Santo de Dios da testimonio a nuestra mente. Ese "yo sentí del Señor" que tantas veces oyó, en una gran parte, ni siquiera proviene del alma, la mayoría de las veces, no pasa del cuerpo. La voz del espíritu es la conciencia, la voz del alma es la razón, la voz del cuerpo son los sentidos. Por eso David habla como habla.
(Salmo 103: 1)= Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
(2) Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides a ninguno de sus beneficios.
(3) El es quien perdona todas tus iniquidades, el que sena todas tus dolencias; (4) el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; (5) el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Vamos a ver: David le dice al alma que lo bendiga porque sabe que el alma no quiere saber nada con someterse. A riesgo de entrar en alguna polémica con profesionales cristianos, se puede decir que el alma es el consciente y el espíritu el sub-consciente. Las tres áreas no viven separadas. Sólo la palabra revelada las divide, segrega, parte y separa para su diagnóstico y sanidad.
SEGUNDO: Separación para Clarificación. ¿Para qué lo separa? Para clarificar. Para traer revelación. Para mostrar cuál es el problema.
TERCERO: Unificación para Cooperación. Después de haber partido, segregado, dividido, clarificado, detectado, revelado y sanado, se debe unir todo de nuevo para que, en mutua cooperación, den luz a una vida nueva, totalmente cambiada. ¿Sabe por qué hay tanta división en el cuerpo de Cristo? Por causa de las divisiones que existen dentro de cada uno de los creyentes que lo componen.
El creyente que ha sometido su alma al espíritu, resplandece en paz, sosiego, serenidad, confianza, gozo. Una suma reducida del carácter de Cristo, que es en suma el fruto del Espíritu Santo, que todos dicen tener pero que tan pocos evidencian.
Los frutos del espíritu, está hablando del espíritu regenerado, no del Espíritu Santo. Juan 15 dice que Jesús es la vid y nosotros los pámpanos. Todo pámpano que no lleve fruto será quitado. ¿Quién dice que lleva frutos, la vid o los pámpanos? ¿Y quiénes son los pámpanos? El Espíritu Santo, (que es Dios y es Cristo al mismo tiempo), no produce amor. El ES amor.
La puerta estrecha nos dice que, para entrar allí, usted va a tener que sacarse de encima todo el sobrepeso espiritual que trae. O entra como Dios quiere, o no entra.
El Espíritu le dice: "¡Dale una ofrenda a ese siervo del reino!". El cuerpo le dice: "¿Y yo? ¿Qué voy a comer después si le das lo que tienes? Y el alma complementa el cuadro: "Si le das a este no vas a poder cumplir con el otro y te vas a quedar sin nada!"
Quien se pasa más tiempo estudiando, alimentándose, escudriñando y utilizando la palabra de Dios, se vuelve más sensible a sus dictados y es capaz de ir descubriendo, sin otra ayuda, cuáles son sus puntos flojos, débiles o enfermos.
Las Coyunturas y los Tuétanos.- ¿Qué son los tuétanos en el mundo físico? Una sustancia gelatinosa, dentro de los huesos, que reproduce la sangre. Pablo no se equivocó: la vida del cuerpo es la sangre. También dice la ciencia que la vida que hay en los tuétanos, lleva los nutrientes de una coyuntura a otra para el crecimiento y la salud de los huesos.
Cuando una coyuntura del cuerpo está dislocada, se empiezan a secar los tuétanos. Esta es una tipología también, del cuerpo de Cristo. Los ministros de la iglesia de Cristo representan las coyunturas y los ligamentos, según Colosenses.
(Colosenses 2: 19)= Y no asiéndose de la cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
Entonces, cuando una coyuntura está dislocada, el tuétano, esa sustancia gelatinosa que produce la sangre y lleva la vida, comienza a secarse. Se afectan los ligamentos. Y esa parte del cuerpo queda inoperante.
El Señor ha puesto un ministerio en mis manos. Represento una coyuntura, sirvo para unir al cuerpo con lo que Dios me ha dado. Si me aíslo y trabajo pensando solamente en mí, el tuétano desaparece porque ya no hay posibilidades de lubricar coyunturas que están dislocadas. Cuestión de tiempo y será pura carne, y finalmente, caída estrepitosa.
Dios ve los pensamientos y las intenciones del corazón. Comprueba que a veces decimos algo con la boca y luego, en lo efectivo, hacemos la contraria. O tenemos algo en nuestro corazón para dar y cuando abrimos la boca, sale otra cosa.
Por eso Pablo dice en Romanos: Esta es la palabra que nosotros predicamos: que si creyéremos en nuestro corazón que Dios Padre resucitó a Jesucristo de los muertos y confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor, seremos salvos. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Tiene que ir unido lo que se cree en nuestro corazón con lo que habla nuestra boca con lo que pensamos. De otro modo, doble ánimo, doble mensaje, doble personalidad.
(Colosenses 3: 15)= Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra GOBIERNO, aquí, equivale a ARBITRO. Dios, a través de su Palabra, es el árbitro que puede tomar las grandes decisiones en nuestra vida. ¿Qué debemos hacer?¿Cómo lo debemos hacer?¿Cuándo lo debemos hacer? La Palabra de Dios lo decide a través del espíritu que mora en mí cuando hay armonía.
(Habacuc 1: 1)= La profecía que vio el profeta Habacuc.
(2) ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?
(3) ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan.
(4) Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia.
(Habacuc 2: 2)= Y Jehová me respondió; y dijo: escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella.
(3) Aunque la visión tardará aun por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
(4) He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece, mas el justo por su fe vivirá.
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Cuando Alguien Piensa en tu Lugar
La pasividad, que no tiene nada que ver con el pacifismo, es una actitud totalmente opuesta a lo que Dios requiere para poder obrar en el creyente. Dios desea que nuestras facultades estén bien despiertas y que ejerzamos nuestra libre elección para aprender a cumplir su voluntad, que es que cooperemos con su Espíritu, no que durmamos aguardando que Él lo haga todo o, la inversa, salgamos tan rápido a ayudarle que terminemos por estorbarlo y no permitirle su obra. Demás está decirle que la pasividad, es la condición especial para que los espíritus malignos puedan operar con éxito en un ser humano. Estos espíritus malignos necesitan encontrar una voluntad pasiva para hacerla esclava de su voluntad, mientras que Dios desea un hombre regenerado, inteligente y activo, con una capacidad de elección que haga su voluntad en una libertad de su espíritu, cuerpo y alma.
Los poderes de las tinieblas desean hacer del hombre una máquina, una herramienta, un autómata. Dios, en cambio, no necesita ni demanda de nadie una condición inactiva, ya que su obrar en y a través del hombre, no anula su personalidad, cosa que es opuesta en los demonios que sí necesitan que el hombre se postre en una total pasividad. Dios demanda una acción inteligente, racional, lo dice Romanos 12. Dios requiere, sí, la nulificación de las malas acciones por parte del creyente, tanto porque son pecaminosas como porque estorban su cooperación con el Espíritu Santo.
La pasividad no debe confundirse con la calma, o la quietud, o con el espíritu manso del cual nos hablan las escrituras, y que es de gran estima delante de Dios. La quietud de espíritu, de corazón, mente, voz o expresión, puede coexistir con la más efectiva actividad dentro de la esfera de la voluntad de Dios. Hay quienes usan la palabra “rendirse” pensando que están totalmente rendidos a la voluntad de Dios, pero en realidad sólo lo están en cuanto a sus sentimientos y propósitos, pues andan por medio del razonamiento y del juicio del hombre natural, aunque someten sus planes a Dios, cosa que de por sí no es suficiente. Los que están en realidad “rendidos” se dan a sí mismos implícitamente para obedecer y llevar a cabo a toda costa lo que Dios les revela y no lo que, “según ellos”, es la voluntad de Dios.
Los creyentes que rinden su voluntad, todo lo que tienen y lo que son a Dios, no por eso anulan el uso de su mente regenerada, no están abiertos a la pasividad que da ocasión de actuar a los espíritus malignos, aunque bien pueden darle lugar en otras formas. El origen de la pasividad que da una oportunidad de acción a los espíritus de maldad tiene su comienzo generalmente en una interpretación errónea de las Escrituras o en algunos pensamientos o creencias erradas en cuanto a las cosas divinas. Algunas de estas falsas interpretaciones de las Escrituras son las que hemos visto derruir conceptos básicos. La pasividad mental puede afectar a todo el hombre en espíritu, alma y cuerpo, principalmente cuando la persona permanece en este estado durante mucho tiempo y esta actitud se ha arraigado muy profundamente. Vamos a ver, ahora, los modos de ser vulnerables.
Pasividad de la Voluntad: ¿Qué es la voluntad? Es una actitud que se aloja y nace en el alma humana. El hombre ha sido creado con una voluntad para que esta, sujeta a la guía del Espíritu Santo, lo transforme en más que vencedor. No es culpa de Dios si el hombre, de improviso, resuelve controlar por sí mismo su voluntad sin someterla a nadie más que a sus necesidades, deseos o caprichos. La voluntad es como el timón que gobierna el barco. Quien pueda manejarlo, decidirá el derrotero de la nave. Ahora bien; ¿Y qué es una voluntad pasiva? Fundamentalmente un error en el tipo de “entrega” que hacemos al Señor.
Hay que aclararlo de una vez por todas, aunque haya gente que por algún inexplicable o muy explicable motivo, enseñó otra cosa. Dios nos hizo con voluntad para que la utilicemos con vigor al servicio del reino de Dios. Cuando la rendimos totalmente y nos negamos a usarla suponiendo que Dios lo va a hacer todo por nosotros, es cuando quedamos vulnerables y a disposición de los demonios. Porque al principio, parecerían haber experiencias benditas que glorifican a Dios, pero llega un momento en que el creyente, convencido que Dios está obrando en él, se vuelve incapaz de hacer ninguna elección, ni siquiera en los asuntos más triviales de la vida diaria. Preferirá que sean otros los que elijan, decidan y actúen en su lugar. Fíjese que esto no es la sana dependencia divina, esto es indudablemente una lisa y llana evasión a las responsabilidades elementales. Es entonces cuando los espíritus malignos empiezan a usar a este creyente supuestamente “rendido” y a obrar en torno a él creando maldades y perversidades de varias clases. El problema más grave es que se ha malinterpretado a Filipenses 2:13 cuando dice: Porque Dios es el que en vosotros opera tanto el querer como el hacer por su buena voluntad. Esto ha hecho pensar a muchos que Dios lo hará en lugar de ellos y allí es donde deja de ejercer su talento que queda a disposición del enemigo. Es como caminar sobre una cornisa o coquetear en el filo de una navaja. Tanta sutileza hay en este engaño que a todas luces, es notorio de donde viene...
Pasividad en la Mente: El principio de esta actitud, tanto en el inicio como en su patrón, radica en que hay muchos creyentes que afirman que Dios no necesita usar el cerebro del hombre. Sin embargo, la elección de Pablo por parte de Dios, que antes de su conversión era uno de los intelectuales más brillantes de su época, nos dice claramente que a Dios le agrada y le interesan los hombres y mujeres fundamentalmente inteligentes. Cuanto más brillante sea un cerebro, más podrá ser utilizado por Dios, siempre y cuando se someta a su verdad y a su voluntad. Lo que sucede es que se ha predicado irresponsablemente que el cerebro del hombre y su funcionamiento malo o pecaminoso.
Cuando esta pasividad mental traba el ejercicio normal de la memoria, la persona lo primero que hará es buscar a alguien como “ayuda memoria”, hasta el punto de volverse esclavo de la opinión ajena. Cuando esa pasividad anula la imaginación, allí es cuando los malos espíritus le proyectan lo que se les ocurre y el hombre se lo cree porque lo toma como “visiones sobrenaturales”, en una pasividad mental total, la mente prácticamente no puede ser usada. La persona no puede pensar y se siente como si su mente estuviera ceñida por una banda de hierro o como si tuviera un gran peso o presión sobre su cabeza.
La Pasividad del Juicio o de la Razón: Esto significa que el hombre, en estas condiciones, ha cerrado la mente a todos los argumentos y razonamientos que le ayudan a llegar a ciertas conclusiones. Todo el esfuerzo que se haga para exponerle la verdad, o la luz, es considerado por él como un impedimento o interferencia y la persona que intenta ayudarla es calificada de ignorante o entrometida. Cuando el creyente ha alcanzado este extremo llega a un estado de invasión por os malos espíritus y se siente infalible en los juicios que hace. (O mejor dicho, que los espíritus hacen por medio de él) Muchos de estos creyentes desequilibrados, son los que el mundo suele llamar “fanáticos” o “chiflados”, y podemos afirmar con todo el dolor que eso conlleva, que al ver el estado de programación mental que los malos espíritus han hecho en sus vidas, ellos dan más que sobrados motivos para que se los vea así. Habrá que recordar lo escrito en Santiago 5:19-20: Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad y alguien le hace volver sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará de muerte un alma y cubrirá una multitud de pecados.
Pasividad de la Conciencia: Cuando el creyente toma ciertas palabras que le han llegado o le han sido presentadas en forma “sobrenatural”, como si fuera la voluntad de Dios, para él dichas palabras se vuelven infalibles y pasan a ser como una especie de ley contra la cual no admite negativas ni objeciones. Hay personas que han debido irse de una congregación por causa de que el líder dijo haber recibido una palabra para ellos y que ellos, por no tener confirmación, ni paz, ni certeza, no quisieron obedecer sin chistar tal cual como se les sugería. Si lo que se recibe es un “mandamiento” sobre algo, no tratará ni siquiera de examinarlo, ni pensar o razonar sobre él. Cuando el creyente se cierra y no está dispuesto a admitir más luz sobre este asunto, ha llegado al estado que llamamos La pasividad de la conciencia.
Porque la conciencia se hace pasiva cuando no se usa; cuando los creyentes creen que están siendo guiados por una luz “más elevada”, o que Dios “les ordena” hacer esto o aquello. Nuevamente en estas ocasiones los espíritus malignos pueden presentarles palabras o textos bíblicos totalmente fuera de sus contextos. ¿O usted que cree, que son mentiras de ancianas locas aquello de que la “virgencita” le habló y le pidió quedarse en ese lugar y que se le construyera un santuario? ¡No! ¡Esa mujer oyó lo que dice que oyó y quizás hasta vio lo que dice que vio! El tema es de donde procede lo que oyó y vio. Cuesta muchísimo alertar sobre estas cosas porque la gente tiene una tendencia natural a ser escéptica y descreída de todas estas cosas, pero cuando llega a “ver algo” que se da cuenta no es natural, sin dudarlo ni un instante se lo adjudica a un milagro de Dios, de vírgenes o se determinados santos, cuando en realidad, y en la mayoría de las ocasiones, provienen de demonios engañadores. Ahora; ¿Quiere saber algo? También los que dicen ser creyentes bíblicos o escriturales suelen caer muy a menudo en esta misma trampa. La gente anhela con tanto fervor ver milagros que están dispuestos a aceptárselos hasta a los demonios. No se tiene en cuenta lo dicho en mateo 24:45-46: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor al frente de su servidumbre para que les de alimento a su tiempo? Dichoso aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, lo halle obrando así.
Pasividad del Espíritu: La pasividad del espíritu está íntimamente relacionada con la pasividad de la mente, porque hay una relación muy estrecha entre la mente y el espíritu. Generalmente un pensamiento errado significa un espíritu errado y viceversa. La pasividad de espíritu puede comenzar a partir de estos cuatro pasos: 1) Por la ignorancia hacia las leyes del Espíritu y de cómo mantener la libertad del espíritu. 2) Por conclusiones mentales o pensamientos erróneos. Confusión por ubicar debidamente lo físico, lo mental y lo espiritual, sin saber cuál es cual. Es sumamente frecuente encontrar creyentes que no alcanzan a determinar si lo que están experimentando proviene de sus espíritus, de sus almas o de sus cuerpos. 3) Cuando la mente no es capaz de leer o interpretar el sentido del espíritu así como lo hace con los cinco sentidos que pertenecen al cuerpo. 4) Por un debilitamiento y agotamiento del cuerpo o la mente a causa de una actividad constante o uso excesivo de estos. La mente y el cuerpo deben tener su debido descanso para que el espíritu pueda operar libremente.
(1 Reyes 19:4)= Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres (5) y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: levántate y come. (Verso 8)= Se levantó, pues, comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (9) Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo ¿Qué haces aquí, Elías?
Pasividad del Cuerpo: Cuando tiene lugar la pasividad en el cuerpo, prácticamente se paraliza también la conciencia, pues los sentidos quedan afectados. Suponiendo que una persona tenga buena salud, posee el mismo control sobre todos los sentidos, y estos pasan a ser vías a través de los cuales se recibe información para la mente y el espíritu. Pero cuando algunos o todos estos sentidos están en una condición pasiva la conciencia se adormece o se embota. El creyente está inconsciente con respecto a aquello que debería estar bien despierto y se comporta de una manera casi automática. Se ponen de manifiesto ciertos hábitos “inconscientes”, muchas veces malos e inconvenientes.
Para las personas que se encuentran en estas condiciones es más fácil ver estas cosas en os demás que notarlas en ellos mismos, mientras que por otra parte pueden tener una conciencia súper desarrollada hacia las cosas externas que se relacionan con su propia personalidad. Cuando el estado de pasividad al que le han sometido los espíritus malignos alcanza este clímax, pueden resultar afectadas otras partes del cuerpo, como por ejemplo: rigidez en los miembros, letargo, pesadez, dolor de espalda o de cabeza, mareos, etc. Los ojos han perdido brillo y expresión y la mirada está perdida. Todo esto ha empezado con la pasividad de la mente a la voluntad durante la cual el creyente entregó a los espíritus mentirosos: su control o dominio propio y el uso de su voluntad.
Hay dos teorías perfectamente delineadas, aunque sólo una de ellas es masiva y mayoritariamente aceptada. Cuando una persona, por ejemplo, de carácter tranquilo, de improviso y sin que medie ningún hecho determinado o específico, tiene una reacción total y absolutamente inesperada e impensada en ella, normalmente se dice que tiene que haber actuado así a través o a partir de un condicionante. Esto, que es lo que generalmente esgrime la psicología, significa que en algún momento de su existencia esa persona sufrió un shock por un determinado suceso, no tuvo en ese momento ninguna reacción, aparentemente no le ocurrió nada, pero muchos años después, al reiterarse aquel suceso fundamental, se produce la reacción automática e inconsciente y nadie puede explicarse el por qué a menos que se lo estudie profesionalmente. La otra teoría es mucho más simple y, quizás por ese motivo, no cuenta con la adhesión de todo los sectores intelectuales que conforman la sociedad y, naturalmente, también la iglesia: un espíritu maligno ha producido la reacción y es por ese motivo que nadie lo puede entender. Los demonios, naturalmente, no sólo no gozan de popularidad sino tampoco tienen nivel como para que se los presente en sociedad.
Pasividad de todo el Hombre: Cuando se llega a este estado, cada parte del ser se ve afectado. El hombre actúa sin usar (O usando sólo parcialmente), su mente, su voluntad, imaginación y razonamiento. A veces la persona no puede dormir y anda tan desanimada que ni siquiera tiene deseos de comer. Cuando el creyente es engañado por los malos espíritus es posible que también sea dominado por lo físico y se lance al mundo de lo sensual. Esto puede suceder como consecuencia de experiencias “espirituales” que se sienten en el plano físico, pero que en realidad no tienen nada de espiritual, porque no provienen del espíritu.
A veces se sienten sensaciones de “fuego”, de “elevación espiritual”, o “temblores”, o “estremecimientos”, y toda clase de sensaciones corporales agradables, en apariencia espirituales, que alimentan a los sentidos de estos creyentes que se sienten como andando más allá del cuerpo y llamándose a sí mismos, espirituales. Incluso existen congregaciones de cierto prestigio que tienen, como común denominador y como especie de catalizador de experiencias espirituales, a todos estos elementos. O sea que: si usted va a una de estas iglesias y jamás se le ha visto reírse a carcajadas, temblar, sacudirse o cosas por el estilo, se le respetará y se le apreciará como hermano, pero su nivel espiritual será considerado decididamente bajo. Pablo en 1 Corintios 9:27, expresa: sino que trato severamente a mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre.
Pasividad de erróneas interpretaciones: Esta condición de pasividad puede venir como consecuencia de interpretaciones erróneas de la verdad en cuanto a “la muerte con Cristo”, como se presenta en Romanos 6 y Gálatas 2:20. En estos casos dichos pasajes se interpretan de manera literal y desequilibrada, sin tener en cuenta el sentido general de pensamiento de Dios sobre el tema. Dios hace un llamado a los verdaderos creyentes para que se reconozcan muertos al pecado y a la vida del antiguo YO, o sea, la vida pecaminosa heredada del primer Adán. Ahora bien, esto no quiere decir que la personalidad humana deba morir, puesto que el mismo Pablo, en Gálatas 2:20, dice: Y lo que ahora vivo en la carne... o sea, que aun después de convertido hay una retención del yo personal, del ser, de la voluntad y la personalidad, los cuales han de estar bajo el dominio del Espíritu de Dios y el control del “dominio propio”, que es a su vez, uno de los frutos del Espíritu.
No hay caso; el hombre sigue pretendiendo interpretar la Biblia conforme a lo que encaja con su sentido de la lógica. Es más; es frecuente oír que las denominaciones son divididas por “las distintas interpretaciones bíblicas”, y se lo dice como entendiendo que es normal que eso suceda y que la consecuencia sea la observada. La Biblia, mi hermano, no necesita que usted y yo la interpretemos; ella se interpreta a sí misma y, si usted se entera de algo al respecto, es porque el Espíritu Santo tiene la bondad y la gentileza de revelárselo.
Pasividad causada por Aceptación del Sufrimiento: En este caso el creyente consiente en aceptar “Sufrir con Cristo”, siguiendo lo que llama “La senda de la cruz” y, para lograrlo, se entrega en forma pasiva a cualquier forma de sufrimiento que le presenten los espíritus malignos creyendo que ese sufrimiento viene de Dios (¡Tremendo!) y que terminará por producirle una recompensa y fruto espiritual. Lo que él no sabe es que los malos espíritus pueden dar un “sufrimiento falso” y que, al aceptarlo de parte de ellos creyendo que viene de la mano de Dios, les abre las puertas para seguir actuando.
El engaño experimentado en estos casos es la explicación de ciertos pecados que algunos creyentes no logran “sacarse de encima”, así como ciertas clases de sufrimiento que no pueden explicarse, entendiendo lo que significa la trama del engaño diabólico se puede obtener una explicación lógica de estas turbaciones que tanto acosan al creyente. El sufrimiento es una gran arma para que los demonios controlen y obliguen a una persona a encausarse en cierta dirección, pues por medio de él pueden llevar al hombre a hacer lo que en otras condiciones, no haría. (Job 2: 7)= Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. (8) Y tomaba Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio de ceniza. (9) Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete.
Pasividad por Falsos Conceptos de Humildad: Cuando un creyente consiente en aceptar la muerte en una actitud de desprecio hacia sí mismo, está siendo víctima de sugerencias “íntimas” por parte de malos espíritus. Este ardid satánico crea un ambiente de desazón y debilidad en derredor del creyente. Su espíritu se ofende y se deprime con mucha facilidad. Puede atribuir la causa de lo que ocurre al “pecado propio” o ajeno sin estar, sin embargo, consciente de ningún pecado específico en su vida o, como dijimos anteriormente, puede atribuir su sufrimiento a la acción divina. Se produce así una falsa humildad que es orgullo, un retraimiento de la obra y del servicio al Señor; un esfuerzo antinatural por eliminar al YO de las conversaciones y de las acciones, lo cual lo hace aún más notorio; en una manera exagerada y deprecatoria de autodepreciación y en la creación de una atmósfera de tristeza, oscuridad, debilidad, extrema sensibilidad y falta de esperanza.
El creyente aceptando las mentiras de los espíritus malignos ha pasado a proceder a la supresión o anulación de su personalidad, lo cual no se asemeja en nada a la muerte con o para Cristo, que las Escrituras no describen. Por esta pasividad de su personalidad el creyente engañado se ha “entregado” aun sin quererlo en manos de los espíritus de maldad. A esto, ya por falta de espacio, no podemos desarrollarlo más, le deberíamos agregar La Pasividad por errores de Entendimiento, que es cuando el creyente consiente en permanecer en una condición crónica de debilidad, entendiendo a su manera que esta es necesaria para que el poder de Dios sea manifestado en su vida. Un ejemplo es aquellos hermanos que, considerando que Dios ve con agrado sus tremendos esfuerzos por ser de utilidad, se pasan horas, días, semanas, meses dentro de los templos haciendo cosas para las cuales no fueron levantados sin recibir otra recompensa que un cansancio que en casos los ha llevado hasta la enfermedad, por suponer que será por ese esfuerzo personal en el cual podrán acercarse a Dios por sus medios. A eso, hay que agregarle La Pasividad con Actividad Satánica, que es el estado donde el creyente parece pasivo y en paz, siendo que en su interior se produce una tremenda actividad demoníaca.
Liberación de la Pasividad: El creyente que necesita liberarse de su condición pasiva debe tratar primeramente de entender cuál es su condición en los tiempos normales y entonces examinarse a sí mismo a la luz de ella para ver si los malos espíritus le han estado interfiriendo. Para hacer esto debe recordar una etapa de su vida que haya sido buena y fructífera y compararla con esta condición anormal que está atravesando ahora.
Así como la pasividad ha avanzado paso a paso, la liberación de la misma ha de ser hecha en forma lenta y paulatina. Para la completa liberación es necesario que el creyente quiera cooperar y a la vez tenga el deseo de liberarse. El engaño y la pasividad sólo pueden ser quitados de en medio cuando la persona comienza a entender su condición y la obra de los malos espíritus y mediante el uso de su voluntad rehusa a los espíritus malignos el terreno que alguna vez les cedió.
Un punto importante en la liberación de la pasividad es mantener en la mente de forma continua el pensamiento de cuál era su condición normal antes de caer víctima de dicho engaño, y cada vez que se baja de ese nivel investigar la causa y tratar de quitarla de en medio. Cualquier facultad o parte del ser que se haya rendido a la pasividad y que por lo tanto esté fuera de uso debe ser recuperada para un ejercicio activo de la voluntad y traída bajo su control. El terreno cedido anteriormente a los malos espíritus debe ser recuperado y ha de resistirse en forma persistente al diablo y sus huestes, recordando que ellos lucharán por volver a recobrar lo perdido. Recuerda las palabras de Juan 4:4 : Porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.
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