viernes, 15 de abril de 2011

Deja que Tu Luz Brille


Una pequeña niña se encontraba entre un grupo de personas, que eran guiadas en una excursión por una gran catedral. Mientras el guía daba explicaciones sobre las diversas partes de la estructura, el altar, el coro, la mampara y la nave principal, la atención de la pequeña estaba enfocada en una vidriera de colores.

Estuvo por largo tiempo, considerando en silencio la ventana. Al elevar la vista hacia las figuras que formaban parte del vitral, su rostro fue bañado en un arco iris de colores cuando el sol de la tarde inundó el ala cruciforme de la inmensa catedral.

Cuando el grupo se preparaba para continuar la gira, la niña se llenó de valentía y preguntó al guía: "¿Quiénes son las personas que están en ese vitral tan hermoso?
-Esos son los santos" -respondió aquel.

Esa misma noche, mientras la niña se alistaba para acostarse, le dijo a su madre con orgullo:

-Sé quiénes son los santos.
-¿Lo sabes? -respondió la madre. ¿Y me podrías decir quiénes son?
Sin vacilar la niña respondió:

- ¡Son las personas que dejan que la luz brille a través de ellas!
¿Estas permitiendo que la luz del Señor brille a través de tí?

Hemos sido llamados a compartir la luz de Jesús en un mundo de tinieblas. Como rayos de luz que atraviesan el pesimismo y la oscuridad, podemos llevar esperanza y ánimo.

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. --Mateo 5:16

Fuente: zonaj.net
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Lucha por alcanzar tus sueños


Debes de enfrentar cada obstáculo de la vida sin perder la esperanza de un día alcanzar tus sueños
Por: Pastora Sonia Luna, abril 13, 2011


En nuestra vida hemos visto muchas personas con sueños frustrados porque el ambiente no fue propicio o porque, de alguna forma, se vieron obligados a renunciar a ellos. Pero podemos aprender a realizar esos sueños y no dejarlos guardados para intentar retomarlos cuando ya sea tarde.

Seamos soñadores
En Génesis 37:5 se menciona que José tuvo un sueño. Pero al continuar la lectura, vemos que las circunstancias no fueron las mejores para que se realizara. Le sucedieron muchas cosas que hacían ver ese sueño como inalcanzable. A pesar de todo, José siguió creyendo que sería una realidad. Puede ser que las circunstancias a tu alrededor sean adversas, pero ¡debes luchar e insistir por lograr lo que anhelas!

Un corazón correcto
Nunca debemos envidiar lo que otras personas han alcanzado, al contrario, aprendamos de ellos, evaluemos sus estrategias y pongamos en práctica las que puedan servirnos. Para alcanzar metas lo mejor es analizar modelos y tomar ejemplos aplicables a nuestra vida.


Lucha
Debes enfrentar cada obstáculo sin perder la esperanza de alcanzar tus sueños. Si continuamos con la historia de José, vemos que fue el copero que conoció en la cárcel, quien lo ayudó a llegar cerca del Rey. Una celda no pareciera el mejor lugar para conocer gente que pueda ayudarte, pero cada momento es una oportunidad para que tu sueño se realice (Gen 41: 9-10).

A José se le juzgaba como un “soñador”, es decir un idealista que vivía fuera la realidad (Gen 37:19), sin embargo, nunca abandonó sus sueños, convencido de que Dios se los había dado y Él le ayudaría a cumplirlos.

¿Cuántos sueños y anhelos has dejado guardados o escondidos por las circunstancias de la vida? Toma de nuevo los sueños que el Señor te ha dado y con Su ayuda, conviértelos en realidad.

¡Comparte aquí tus sueños y cuéntanos cómo los vas a alcanzar!

Fuente: cashluna.org
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Los Viles del Mundo!!!

Quisieran creer, pero no pueden. Se sienten tan sucios, tan viles, tan porquerías indignas que están resignados a quedarse afuera del proyecto de Dios. Son drogadictos, alcohólicos, homosexuales, jugadores, prostitutas, viciosos. Por allí, quizás, están en la iglesia, medio de incógnito, hasta que alguien se entera de sus suciedades y, en esa intención tan incomprensiblemente vigente que muchos de nosotros tenemos de pretender mostrar una inmaculada perfección que no tenemos, se los margina. Son los que odian, los que no perdonan, los subversivos homicidas de cualquier color, los adúlteros, los fornicarios. Por allí la iglesia con mucho amor los recibe, los asimila, los integra y es capaz de mostrarles la realidad del perdón de Dios, pero aquí suele comenzar el otro drama: ellos no pueden perdonarse a sí mismos. Son los más sucios, los más pecadores, los que aparentemente, no parecerían tener acceso al reino de Dios y la compañía de los santos.

LOS QUE NO PUEDEN PERDONAR

(Mateo 5: 43-44)= Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

El primer paso para perdonar es reconocer su resentimiento contra un enemigo, rival o adversario en algo. Tiene que identificar a ese enemigo y a lo que pueda haber hecho para herirle. Allí es donde tiene que decir: "Lo perdono por tal y tal cosa". Después arrepentirse de lo que está sintiendo y pedirle a Dios que lo perdone a usted, tal como Jesús lo hizo y dijo que debíamos hacer cuando enseñó a orar con lo que llamamos "el Padrenuestro".

Después de eso, ore fervientemente por el bien de ese enemigo suyo. Jesús nos dijo que oráramos por nuestros enemigos y que eso nos ayudaría enormemente a amarlos. Cuando usted ora por sus enemigos, le pide a Dios que se manifieste ante ellos y llene sus necesidades, está venciendo al mal con el bien, ¿entiende? En lugar de llenar su mente de pensamientos negativos, aliméntela con pensamientos positivos sobre el amor de Dios hacia esa persona. Si Dios responde a su oración, como es su deseo, la persona por la que está orando será bendecida y recibirá usted una lección de alto nivel sobre la redención, el más alto exponente del perdón divino. Si le pide a Dios que bendiga a alguien que lo ha herido, el resultado será un pecador arrepentido y un nuevo hermano o hermana en Cristo.

LOS QUE SIENTEN CULPAS POR PERTENECER A FUERZAS ARMADAS O DE SEGURIDAD.

(Romanos 13: 3-4)= Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.

Esto es más que cierto: hay algunos que no creen que los cristianos puedan actuar como soldados o como policías. Pero el apóstol Pablo muestra que tales "autoridades", si cumplen justicieramente con sus atribuciones, son "servidores de Dios", porque son barrera de contención para el mal. El policía, como "servidor de Dios", provee un bien esencial a la sociedad. Mientras haya pecadores, harán falta policías. En tanto los hombres y mujeres no se sometan a la justicia de Dios, será necesario utilizar la fuerza para impedir los asesinatos, las violaciones, los secuestros y los robos que sufren víctimas inocentes. No es algo inapropiado, pues, que un cristiano forme parte de los cuerpos armados de una nación, ya sean de la policía o cualquier otro ámbito de las fuerzas armadas. Hay que mantener la ley y el orden, porque nadie está a salvo en medio de la anarquía. Hay quienes, por causa de creencias religiosas sinceras, sienten que nunca podrían matar a otro ser humano, aún en una guerra. La sociedad debe respetar los puntos de vista de estas personas, pero la Biblia no obliga a los cristianos a convertirse en objetores de conciencia. Y como son o al menos se dicen creyentes, esperan que Dios los libre de cualquier posibilidad de ejercer la violencia. ¿Y sabe qué? Por más que no parezca lógico, si partimos desde la base que el evangelio no tiene lógica, es muy probable que Dios lo haga y asombre a todos. ¿Lo puede creer?

LOS QUE SIENTEN REBELDIA CONTRA EL GOBIERNO DE LOS HOMBRES

(Romanos 13: 7)= Pagad a todos los que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.

Cuando un gobierno civil priva a la gente de su derecho a adorar y obedecer a Dios libremente, pierde el mandato o la autoridad recibida de Dios. Thomas Jefferson creía que cuando un gobierno comenzaba a transformarse en tiranía, los ciudadanos tenían no sólo el derecho sino también el deber de rebelarse contra él. Sin embargo, a la luz de la Biblia, el cristiano está llamado a sufrir su gobierno todo lo posible. Jesús no llamó a la revolución contra Roma, aunque era un cruel conquistador que oprimía a Israel.

(Hechos 5: 27-29)= Cuando los trajeron, (Está hablando de Pedro y Juan), .los presentaron en el concilio, y el sumo sacerdote les preguntó, diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

Los apóstoles rehusaron cumplir una orden de no predicar ni enseñar en el nombre de Jesús. Siempre que el gobierno civil nos prohíba poner en práctica aquello que Dios nos ha mandado hacer, o nos inste a hacer cosas que no agradan a Dios, está plenamente justificada nuestra desobediencia civil. Porque la obediencia ciega a cualquier clase de gobierno, jamás es correcta. No obstante lo difícil o costoso que pueda ser, debemos reservarnos el derecho de decir no a las cosas que consideramos opresivas o inmorales. Hay una leve confusión en torno a una palabra, que muy probablemente es lo que a veces nos ha llevado a una sumisión cómplice con el pecado: la Biblia dice que debemos someternos a las autoridades superiores, pero en casos como el nuestro, esto indica que siempre está hablando de la función, no del hombre. Al hombre, en último de los casos, lo elige usted.

LA CULPA DE SER POBRES

(Lucas 18: 22)= Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.

Se ha enseñado durante muchos años que la santidad y la pobreza van juntas. El apóstol Pablo dice: "Sé vivir humildemente y sé tener abundancia". Entonces añadió: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

Puede usted ser tan santo cuando su situación financiera es confortable, como cuando es pobre. Quizás sea más fácil clamar a Dios cuando se está en necesidad. Pero si los cristianos santifican a Dios en sus corazones más allá de las preocupaciones materiales, deben ser capaces de vivir por encima de las circunstancias que los rodean, ya sean estas de prosperidad o de pobreza.

La pobreza es una maldición, no una bendición. No es ciertamente un sinónimo de rectitud. A veces es producto de los horrores de una guerra, de las malas administraciones de un gobierno injusto o poco previsor. En ocasiones es el resultado de una opresión de los ambiciosos y egoístas, o de la desobediencia humana a los mandamientos divinos, o de ignorar los principios que encierran las bendiciones de Dios. A veces la pobreza temporal es el resultado de un ataque satánico o de una seria e inexplicable calamidad. Cualquiera sea su causa, pobreza y santidad no son equivalentes.

Algunos hacen voluntariamente un voto de pobreza para poder entregarse completamente a Dios. En tal situación la pobreza se convierte en una bendición para esas personas, debido a que han renunciado a todos sus bienes materiales para servir al Señor. Esto, más que obviamente, si el Señor verdaderamente los ha llamado a esa actitud. De otro modo, es una auto flagelación que no llega a ninguna parte del mundo espiritual. Sin embargo, la simple pobreza no constituye una señal de santidad. Por supuesto, lo mismo puede decirse de la riqueza.- Los santos son aquellos que están contentos allí donde Dios los ha situado, y sirven al Señor de todo corazón, independientemente de las circunstancias materiales que los rodean.

LOS QUE ESTÁN ATADOS A ALGUNA FORMA DE JUEGO

(Lucas 4: 12)= Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.

Es cierto; según la Biblia, se echaban suertes para determinar la voluntad de Dios. En el antiguo Israel se creía que Dios controlaba las piedritas que se usaban y que de esa manera hablaría a su pueblo. Es notable que después del Pentecostés ya no encontramos el uso de suertes para resolver problemas en la iglesia por cuanto el Espíritu Santo ahora provee la dirección que la iglesia o el cristiano necesita por medios directos y personales.

Como no existe eso que llaman suerte, y Dios tiene en sus manos todas las cosas, cuando alguien toma dinero de Dios, (Porque todo lo que tenemos pertenece a Dios), y lo apuesta a la ruleta, o a las cartas, está metiéndose en un problema. Con ello está diciendo: "¡Señor, arriesgo tu dinero y mi fe, en la esperanza de que la suerte me favorezca!" Cuando usted actúa de esa manera, pone a Dios a prueba, lo tienta, y eso es pecado.

El juego puede destruir a una persona, convirtiéndose en una obsesión y en algo que crea dependencia, al igual que el alcohol. El jugador habitual arruina a su familia y su vida, y hay quien ha robado para poder jugar. El juego puede convertirse en una enfermedad, la cual ha destruido a decenas de miles de personas.

La indulgencia con el juego en nuestra sociedad le inculca a la gente que la fama, el éxito y la fortuna se pueden obtener sin trabajar ni esforzarse. Las virtudes de la industria, las artes, la inversión inteligente y la constancia son minadas por este vicio, que abre paso a la ambición, la codicia, la avaricia, la pereza y la mentalidad de vivir el momento. Que triste es contemplar como algunas legislaturas vinculan sus futuros presupuestos a la lotería y el juego legalizado, prácticas que socavan las virtudes ciudadanas necesarias para alcanzar el desarrollo económico y la prosperidad.

LOS ADÚLTEROS Y FORNICARIOS

(Mateo 5: 27)= Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.

En primer término, convendrá especificar, - para quienes puedan no tenerlo demasiado claro -, cual es la diferencia entre una cosa y la otra. Adulterio y fornicación. Ambos suenan igual de pecaminosos e igual de peligrosos, pero tienen algunas diferencias.

Las relaciones sexuales entre una persona casada y alguien que no es su compañero legítimo, su marido, su esposa, constituye adulterio.

Los Diez Mandamientos contienen la prohibición del adulterio. La razón es simple: el matrimonio constituye el fundamento de la sociedad y viene acompañado de la responsabilidad de criar a los hijos. Las relaciones extramatrimoniales fortuitas no sólo ponen en peligro el matrimonio, sino destruyen los sentimientos paternales y materiales por los hijos, y opacan los vínculos familiares.

La fornicación es sexo entre dos personas que no están casadas. No se trata meramente de un puñado de papeles firmados garantizando esa unión para que no sea considerada fornicación, se trata del pacto que se haga con genuina sinceridad delante del Señor. El apóstol Pablo dijo que ello constituye un pecado contra el cuerpo. Recomienda a los cristianos huir de la fornicación como un pecado contra Dios y contra nosotros mismos, porque el cuerpo de los creyentes es el templo del Espíritu Santo. Pablo dice que si un creyente une su cuerpo al de una ramera (O alguien inmoral), está uniendo a Jesucristo con esa persona.

Es muy importante saber que ni los fornicarios ni los adúlteros entrarán en el Reino de los Cielos. En el mundo de hoy, el término FORNICACIÓN se usa raramente y las inmoralidades entre personas no casadas son comúnmente aceptadas como parte del estilo moderno de vida. Pero la inmoralidad, aunque algo corriente, es un pecado que privará a millones de la salvación, a menos que se arrepientan.

EL DRAMA DE LA HOMOSEXUALIDAD

(Romanos 1: 27)= .Y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.

La Biblia dice que es abominación que un hombre se acueste con otro hombre como si fuera una mujer, o que una mujer haga lo mismo con otra como si fuera un hombre o con intenciones de reemplazarle. La Biblia dice que a causa de abominaciones como la homosexualidad, la tierra vomitará a sus moradores. El apóstol Pablo la llamó "inmundicia", consecuencia de haber sido entregados por Dios a "pasiones vergonzosas".

En el Antiguo Testamento, los responsables de estas prácticas eran expulsados de la congregación de Israel y ejecutados. En el Nuevo Testamento se nos dice que quienes practican la homosexualidad no entrarán al Reino de Dios. El apóstol Pablo se refiere a ella como la última expresión de la rebelión contra Dios. Cuando las personas cambian la verdad de Dios por una mentira, y comienzan a adorar a la criatura en lugar de al Creador, son entregados al mal.

Cuando todos los valores se invierten, y aparece la anarquía moral, los hombres se encienden en su lascivia unos con otros, al igual que las mujeres unas con las otras, pero en sus propios cuerpos recibirán el castigo de sus acciones.

Desde el punto de vista bíblico, el ascenso de la homosexualidad constituye una señal de que la sociedad se encuentra en las últimas etapas de su decadencia.

EL FLAGELO DEL ABORTO

(Salmo 139: 13)= Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre.

El aborto constituye definitivamente un mal. Es suprimir una vida humana, ya que la Biblia muestra que la vida comienza con la concepción. Dios nos da forma cuando aún estamos en el vientre de nuestra madre. El profeta Jeremías y el apóstol Pablo fueron llamados desde antes de su nacimiento. Juan el Bautista saltó en el vientre de su madre cuando se escuchó la voz de María, la madre de Jesús. Obviamente, los niños ya poseen identidad espiritual desde que están en el vientre de sus madres.

Desde el momento en que ocurre la concepción comienza un proceso de desarrollo que continúa hasta la edad adulta. Dios condenó a los israelitas que sacrificaban sus hijos al dios pagano Moloc. Esas criaturas se consumían en el fuego del sacrificio, ofrecidas a un dios de la sensualidad y las conveniencias humanas. Lo mismo ocurre en nuestros días, y al actuar de esa manera confesamos que los seres humanos no valen nada para nosotros. Esta es una terrible mancha en nuestra sociedad.

LA Biblia no es más específica en el caso del aborto porque tal práctica era algo impensable para el pueblo de Dios. Por ejemplo, cuando Israel estaba en Egipto, un faraón cruel forzó a los israelitas a matar a sus niños recién nacidos. En la Biblia se considera este incidente como el más alto exponente de la crueldad y la opresión. La idea de matar a sus propios hijos era anatema entre los hebreos. A todo lo largo del Antiguo Testamento, las mujeres soñaban con los hijos. Los hijos se consideraban un don de Dios. Las mujeres imploraban por no estar estériles. ¿Como puede una mujer creyente, entonces, destruir a su propio hijo? El aborto no sólo es inconcebible, sino el máximo exponente de la barbarie pagana.

EL DESGARRADOR PEDIDO DE AUXILIO DE LOS ADICTOS

(Romanos 13: 13-14)= Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas ni envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.

Pese a que existen y conviven dos teorías, - incluso dentro del marco de algunas iglesias cristianas -, no parecería contar con una base bíblica suficiente la que aconseja el abandono gradual y paulatino de aquellas adicciones que atan a las personas a malos hábitos. El pasaje leído da a entender claramente que, aunque la ciencia diga lo contrario, (La Biblia es la palabra de Dios y Dios es el Padre también de la ciencia), con estas cosas habría que romper en forma total, porque eso significa romper con todo lo que pueda tentarle.

Tiene que confesar que ha estado haciendo algo que considera perjudicial, y que ha estado profanando el templo de Dios. Debe decirle a Dios que desea y necesita su perdón y salvación. Debe renunciar a su hábito y expulsar de su cuerpo el espíritu que opera influyéndole. Ordénele que salga y decida que, con la ayuda de Dios, nunca más se drogará o recaerá en cualquiera de los malos hábitos que ha abandonado.

Después de eso, no se reúna con aquellos que le indujeron a adquirir esos vicios, ni con quienes puedan intentar hacerle volver atrás. Quizás sea difícil, pero es necesario. En su lugar, debe usted buscar nuevas amistades, preferiblemente cristianas, que hayan abandonado esos mismos hábitos y puedan apoyar su decisión en esos difíciles momentos.

Toma alrededor de treinta días adquirir un nuevo hábito. Pasará aproximadamente el mismo lapso antes que el cuerpo quede libre de venenos o sustancias químicas que provocan dependencia. Manténgase lleno del Espíritu Santo. Reemplaza aquello que le ha esclavizado con la nueva experiencia de la plenitud del Espíritu.

(1 Corintios 1: 26-31)= Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.

Más por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: el que se gloria, gloríese en el Señor.

Entre todo lo que se dice aquí, se dice algo que no siempre es tenido en cuenta. Es más: en una enorme mayoría de sitios autodenominados cristianos, preponderantemente se hace al revés, se cree y se practica estoa la inversa. Nadie acepta que lo que Dios elige para elevar en su rango espiritual pueda ser lo Necio, lo Vil o lo Menospreciado; queda mucho más elegante lo contrario. Sin embargo no podemos cambiar lo escrito. Y lo escrito nos asegura que Dios escoge lo Necio. Que es como decir que elige lo ignorante, que no sabe aquello que puede o debe saber. Un imprudente, un falto de razón, un terco, un porfiado. Todo eso es un necio. Hasta el día en que Él lo elige y lo levanta, claro. Luego pasa a ser testimonio de la Presencia Divina en su Vida.

También dice que escoge a lo Vil. Y un Vil no es similar a un Necio. Un vil es alguien bajo, no de estatura física sino de estatura moral. Alguien despreciable, indigno, infame; el que corresponde mal a la confianza que en él se deposita. ¿Eh? Sí, como lo ha leído. Eso es lo que Dios elige, levanta y respalda. Un Vil que, como aquel Necio, lo será hasta el momento en que el Espíritu Santo selle su ser interior para salvación. Y al Menospreciado. Este ser es aquel que no es apreciado y que, por el contrario, es despreciado, prácticamente un sinónimo de la palabra escrita. También un desdeñado, no estimado; Es tener a una persona en un concepto muy inferior al que se merece. Eso es lo que Dios elige. ¡¡Pero no se parece en absoluto a lo que los hombres eligen!! Es verdad. ¿Podrá Dios estar equivocado y los hombres acertados? ¡Ah, no sé! Miren los resultados, que es como decir: miren los frutos de este árbol. Y luego considere si es bueno o malo. Será justicia.
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¿Adónde está la Paz?

Preste atención: vivimos en una época en la que con el simple gesto de pulsar una llave, se ilumina o se oscurece una habitación. Allí es donde nos acordamos que las lámparas de los tiempos bíblicos brillaban e iluminaban también de una forma muy intensa, pero a diferencia de esta era de la electricidad, aquellas exigían una dedicación y atención mayor y adecuada.

Si no se controlaban, se atendían y se cuidaban correctamente, su luz iba mermando, menguando, hasta quedar solamente reducida a una pequeña llama. De allí es que la Palabra de Dios aplica, en primera instancia, la metáfora de la lámpara, para enseñarnos algo sobre la dirección para nuestras vidas. Nos provee algunas aplicaciones gráficas de esta enseñanza.

El salmista escribió en el Salmo 119:105, que Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Al procurar de todo corazón la buena instrucción de la Palabra de Dios, permitimos que la lámpara brille con todo ardor y nos mantenga en la senda recta. Cuando no reconocemos nuestros prejuicios teológicos y nuestra perspectiva limitada, la luz se apaga un poco y el camino se va torciendo. (Le recuerdo que TORCER, en la lexicografía bíblica, es la palabra PERVERTIR)

La lámpara parpadea cuando las formas reemplazan el fondo y cuando las tradiciones ignoran los mandamientos de Dios. LA luz pierde intensidad cuando nos alejamos de la Palabra de Dios y de la comunión con los creyentes. Pero desaparece cuando servimos a otro amo.

A veces, fíjese, ignoramos lo obvio: la voluntad de Dios se expresa en su Palabra. De pequeños, y salvo las excepciones por causas especiales, no tuvimos que luchar para conocer la voluntad de nuestros padres terrenales. Nos las expresaban con mucha claridad. Yo estoy aprendiendo, a mi edad, a convivir en paz si estoy presto a obedecerlo. Como individuo de pueblo chico, obedecer a mi viejo para establecer nuestra casa paterna, no era un esfuerzo ni una obligación, sino un hecho total y absolutamente natural. ¿Cómo puede ser, entonces, que tantos hijos de dios todavía no puedan entender que la misma naturalidad se manifiesta en obedecer al Padre para establecer su reino, que es al mismo tiempo, nuestra casa paterna? Y no lo tome como una ocurrente ilustración; tómelo como una absoluta realidad.

Los agricultores saben, por la naturaleza misma, que se cosecha lo que se siembra. Si sembramos girasol, es obvio que jamás vamos a cosechar soja, cosecharemos girasol. Y no solamente eso, también tenía, - en mis épocas de niño -, que alguna vez yo heredaría esa casa paterna. Porque así me lo había asegurado mi padre y yo a él, le creí siempre. Sin embargo, hoy me pregunto cuántos cristianos se han dado cuenta que lo que ahora están sembrando en el reino de Dios, es lo que más tarde o más temprano van a cosechar para toda la eternidad.

He aprendido, gracias a mis aciertos y mis errores, que vivo en paz con mi Padre celestial cuando estoy dispuesto a obedecerle. Jesús dice, en Juan 14:23, que: Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él. Tiene mucho sentido orar: Venga tu reino, porque como hijo de Dios nuestro destino es heredarlo. En Mateo 25:34, dice: Venid, benditos de mi Padre. Heredad el reino que ha sido preparado para vosotros desde la fundación del mundo,

Sin embargo, en 1 Corintios 6:9, señala: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? Ahora; si la justicia determina nuestro destino, no es de asombrarse que Jesús señalara este otro punto en Juan 7:24: No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

Quiero destacar, puntualmente, la preeminencia de la Palabra de Dios. Es nuestra guía merced a la cual podremos juzgar a los demás con juicio justo. ¿Está la persona proclamando la Palabra de Dios? ¿Es bíblicamente verdadera? Aceptando el hecho de que la Palabra de Dios es tanto fundamental como central, sin embargo, no es el único criterio. No se olvide que el mismísimo Satanás citó las escrituras. Incluso tuvo la audacia de citárselas a Jesús. Cuidado: cualquier organización puede redactar un credo doctrinal. Muchos saben que aún los satanistas militantes que se han infiltrado en las congregaciones y hasta han ocupado cargos de conducción en los ministerios, lo han hecho y, a partir de la tremenda ignorancia que a veces evidencia un pueblo ávido de milagros vengan de donde vengan, lograron su cometido de pervertirla. Pablo advierte sobre esto.

(2 Corintios 11: 13)= Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo.

(14) Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

(15) Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia, cuyo fin será conforme a sus obras.

Cuenta el autor de un hermoso libro, que en el sur de California un falso maestro enseñaba la Biblia desde una posición autorizada y oficial. Es más: dice que la enseñaba muy bien, pero que si vida moral estaba en decadencia. Agrega que su brillante intelectualidad atrajo a dos seminaristas. Consigna además que a él no le gustaría para nada entrar en una batalla intelectual con él, aunque tampoco quisiera hacer batalla con Satanás. Ese hombre - concluye -, le daba rienda suelta a la carne en sus deseos corruptos y despreciaba la autoridad. Queda claro que estos son los rasgos que en 2 Pedro 2:10, señalan al falso profeta.

Siempre nos maravillará con la facilidad con que son engañadas algunas personas ingenuas. Salen impactados diciendo: ¡Es un predicador fantástico! ¡Qué hombre carismático! ¡Qué unción! ¡Pude sentir la electricidad del Espíritu en el aire! No se juzga por juicio justo; juzgan por las apariencias (O peor, por cómo se sienten) Juan escribió: Hijitos, nadie os engañe. El que practica justicia es justo, como Él es justo. El que practica el pecado es del diablo.

Ahora; si conocemos la verdad, la mentira es obvia. Nuestro enfoque no es disipar la oscuridad, sino encender la luz. Nuestra mayor preocupación debe ser la dirección del Espíritu Santo, quien nos guiará hacia toda verdad. La presencia del Espíritu Santo en nuestr4as vidas, sirve como único fundamento para el desarrollo del carácter santo. Note cómo se unen la verdad, la justicia y la paz en los siguientes tres textos:

(Salmo 85: 9)= Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.

(10) La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron.

(Isaías 32: 17)= Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.

(Mateo 5: 6)= Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Con frecuencia los cristianos nos hemos valido de un sentimiento de paz como evidencia de la dirección del Espíritu Santo. Es común oír a la gente decir: "Aún no siento paz en este asunto". Yo creo que es legítimo y realmente me preocuparía la persona que procediera cuando su espíritu está perturbado y sin paz. Porque el Señor no nos guía por medio de la ansiedad, puesto que nos insta a que echemos todas nuestras ansiedades sobre Jesús, porque ÉL tiene cuidado de nosotros.

Aún así, se gasta demasiado dinero en la "cura" temporal de la ansiedad. La gente consume alcohol, tranquilizantes o ansiolíticos, toma drogas ilícitas, recurre a la heladera (refrigerador, nevera), hace el amor, repite oraciones orientales insensatas, o se escapa a viviendas de fin de semana, o navega en yates o veleros por el río, u ocupa traílles o casas rodantes, todo ¿Con qué? Con el único fin de reducir la ansiedad. Una mujer que recuerdo decía alguna vez que, cada vez que ella se sentía ansiosa, salía a comprarse cosas. Sin embargo, lo más usual es que se receten, se prescriban medicamentos para todos los males que produce la ansiedad.

La disco, el narcotraficante, el que practica las ciencias ocultas y otros personeros de la dirección del escapismo, tienen en común lo siguiente: no les interesa el consumidor, no les importa. Sólo les preocupan sus ganancias. Lo peor del caso es que cuando se disipa la "cura" temporal, tenemos que regresar al mismo mundo con el mismo problema, junto a las mismas secuelas y las mismas consecuencias negativas que tienen todas las curaciones falaces.

Tengo una palabra que le va a mostrar a usted que este tipo de "curas" no son nuevas en absoluto. Hace casi dos mil quinientos años, el profeta Jeremías se refirió a ellas.

(Jeremías 6: 13)= Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.

(14) Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: paz, paz y no hay paz.

(15) ¿Se han avergonzado de hacer abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aún saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice Jehová.

En lo eterno, tenemos paz con Dios: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

En lo externo, deseamos paz en la tierra, pero no siempre la logramos obtener. Pablo les dice a los romanos: Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, tengo paz con todos los hombres. Hay algunas cosas que no tenemos ni el derecho ni la capacidad para controlarlas. Con frecuencia, las personas inseguras buscan la paz ordenando su mundo exterior. Su paz depende de su control de la gente y de las circunstancias. No hay persona más insegura que el controlador.

Seamos sinceros: la paz exterior, no siempre depende de nosotros. Debemos siempre procurar la paz, pero nuestra autoestima no se puede basar en un mundo externo que quizás podamos o no controlar. El fruto del Espíritu es: "Dominio propio", no dominio del cónyuge, ni dominio del hijo, no dominio de la congregación ni dominio de las circunstancias. En nuestro fuero interno, necesitamos desesperadamente la paz de Dios.

(Filipenses 4: 6)= Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

(7) Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestro corazón y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

El conocimiento de un alma atribulada nos debe guiar a buscar la paz de Dios, a volvernos a Él, y a lograr nuestra responsabilidad de usar la mente.

(Verso 8)= Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Dice la Palabra que estar ansioso es ser de doble ánimo y que el hombre de doble ánimo es inestable en todos sus caminos. Creo que hay dos tensiones en nuestra mente que nos roban la paz de Dios y, por tanto, inhiben su dirección a nuestras vidas. Jesús se refiere a ambas en el Sermón del Monte.

Tensión número uno: dónde está nuestro tesoro. Básicamente amamos lo que creemos que es nuestro sumo bien. Hay bienes materiales que Jesús identifica como "Tesoros en la tierra". Y hay bienes no materiales que Él llama "Tesoros en el cielo". Los "Tesoros en la tierra", tienen dos características: Primera: todas las cosas se destruyen físicamente. Si no las corrompe el óxido, lo hace la polilla. Dice Joseph Weber que él tenía un amigo que poseía lo que todo americano medio sueña con tener: una cabaña en la montaña y un buen yate en el mar. Ni quieran saber, aseguraba, el tremendo desgaste de energía que le significaba darle un buen mantenimiento a las dos cosas. Tal vez hubiera tenido más tranquilidad si hubiera alquilado la cabaña o el yate y que otro se hubiera ocupado de las reparaciones.

Segunda: debido al valor de los tesoros terrenales, siempre existe la preocupación por su seguridad. Por eso es difícil estar libre de ansiedad cuando no nos preocupamos por nuestras posesiones. Mientras más tenemos, más provoca en otros la codicia. De ahí la razón por la que los ladrones "se meten y roban". Por otra parte, "Los tesoros en el cielo" no están al alcance de los ladrones y protegidos de los estragos de la polilla y el óxido. Pablo lo dice de esta manera:

(1 Timoteo 4: 7)= Desecha las fábulas profanas y de viejas, ejercítate para la piedad; (8) porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.

Parece que a la gente le gusta lo mejor de ambos mundos. Pero cuidado: si nos concentramos en los tesoros de este mundo, vamos a perder los tesoros del otro. Si depositamos nuestros tesoros en la vida venidera, quizás Dios nos de una bendición extra en este mundo. Jesús lo dice claramente.

(Mateo 6: 19)= No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; (20) sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones ni minan ni hurtan.

(21) Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Definitivamente: no habrá paz para el que sirva a dos señores. Nos controlará el amo al que nos rindamos.

La segunda tensión es el doble ánimo respecto al mañana. La primera tenía que ver con las posesiones, mientras que esta lo es con la provisión. El materialista lucha con la primera tensión y el que duda, batalla con la segunda. La cuestión de fondo, es: ¿Podemos confiar en Dios? Jesús ha respondido a esto.

(Mateo 6: 26)= Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Confiar a Dios el mañana es un asunto que vale la pena. Las aves no están creadas a la imagen de Dios. ¡Nosotros sí! Las aves no heredarán el reino de Dios, pero nosotros sí. Las aves son mortales; la humanidad es inmortal. Si Dios cuida de las aves, mucho más cuidará de nosotros. Por eso el apóstol Pablo podía escribir: Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad vuestra, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús, según lo expresa con claridad Filipenses 4:19. Observe los lirios del campo.

(Mateo 6: 30)= Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿No hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

(31) No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

Dios, aquí, pone en la picota su propia reputación. Si confiamos y obedecemos, Él proveerá. Es asunto de integridad. De SU PROPIA integridad de Dios.

(Mateo 6: 32)= Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

(33) Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

(34) Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán; basta a cada día su propio mal.

La esencia de la voluntad de Dios es que vivamos responsablemente hoy y confiemos en Él para el mañana. O somos gente de poca fe, o en realidad creemos que el fruto del Espíritu nos satisfará más que las posesiones terrenales. ¿Creemos de verdad que si tenemos hambre y sed de justicia, vamos a estar satisfechos? ¿Creemos de verdad que si procuramos establecer el reino de Dios, Él suplirá todas nuestras necesidades de acuerdo a sus riquezas en gloria? Si es así; como se dice en Mateo 6:33: Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Supongamos que su primera prioridad sea el reino de Dios y que crea profundamente que encontrará su satisfacción en Dios y en su justicia. Ha buscado la voluntad de Dios para que lo dirija en cierto caso y cree que Él le ha conducido a elaborar planes específicos. Pero el problema es que todavía está preocupado porque salgan bien sus planes, de acuerdo a lo esperado. Está bien. Pienso que es necesario sentir un poco de ansiedad para motivarnos a la conducta responsable. Cuando nos enfrentamos a estas situaciones, tenemos que tratar de seguir los seis pasos que ahora le describo, para limitar nuestros sentimientos de ansiedad.

PRIMERO: Declare su problema. Un problema bien definido ya casi está resuelto. La gente en estado de ansiedad está en el pueblo y no ve las casas. Ponga el problema en su perspectiva. ¿Tendrá importancia para la eternidad? En general, el proceso de afanarse causa mayores bajas en la persona que las consecuencias negativas de lo que le preocupa. Muchas de las personas que van a consejería, lo único que necesitan es aclarar su problema.

A estas alturas, el peligro es buscar consejo impío. El mundo está atiborrado de magos y hechiceros que prometen resultados increíbles. Quizás su apariencia sea llamativa. Tal vez sus credenciales sean impresionantes. A lo mejor, su personalidad es simpática. Pero su carácter está en bancarrota. Dice el Señor en Juan 7:24, que no debemos juzgar según las apariencias, porque las apariencias a veces engañan, tanto para un lado como para el otro. Y dice el salmista en el Salmo 1, que no debemos Andar en consejo de impíos ni en camino de pecadores.

SEGUNDO: Separe los hechos de las suposiciones. Quizás las personas tengan miedo de los hechos, pero esto no es ansiedad. Cuando nos ponemos ansiosos, es porque no sabemos lo que va a suceder mañana. Y como no lo sabemos, hacemos suposiciones. Un rasgo muy particular de la mente es su tendencia de suponer lo peor. Si la suposición se acepta como verdad, se presiona a la mente hasta los límites de su ansiedad. Se actúa sobre esta suposición. Entonces, ¡Usted quedará relegado entre los tontos! Por lo tanto y hasta donde le sea posible, separe los hechos concretos y reales de las suposiciones producto de su imaginación.

TERCERO: Determine a qué cosas tiene usted el derecho o la capacidad de controlar. Usted es responsable de lo que puede controlar y no lo es de lo que no puede controlar. Su autovaloración debe estar ligada sólo por lo que tenga responsabilidad. Si no mantiene una vida responsable, ¡Casi que se merece estar ansioso! No trate de echar sobre Cristo su responsabilidad porque Él se la va a devolver. Lo que sí tiene que echar sobre Él, es toda su ansiedad. Su integridad está en juego en la provisión para sus necesidades, si conduce una vida responsable.

CUARTO: Haga un listado de todo lo que puede hacer respecto a la situación bajo su responsabilidad. La gente que no asume su responsabilidad, busca curas temporales para su ansiedad. Pero recuerde lo que dice Isaías 32:17, que el efecto de la justicia será paz. Y desviarse hacia una solución impía, sólo le aumentará la ansiedad en el futuro.

QUINTO: Una vez seguro de haber cumplido con su responsabilidad, procure ver si hay alguna forma en que pueda ayudar a otros. El abandono de su egoísmo absorbente para ayudar a la gente que lo rodea, no sólo será un acto amoroso, sino que le traerá una paz interior especial que viene de saber que ha ayudado a alguna persona necesitada.

SEXTO: Lo demás, es responsabilidad de Dios. Con excepción de sus oraciones, cualquier ansiedad que queda es probablemente por asumir responsabilidades que Dios jamás quiso que usted tuviera.

Qué recurso más precioso es la paz que resulta de haber juzgado correctamente las influencias que invaden nuestras vidas. ¡Y pensar que Dios nos da su palabra y su Espíritu para que conozcamos la verdad y recibamos su calma!

Le invito a que haga la siguiente oración o, en su defecto, si no desea repetir textualmente algo que otra persona le dicta, una que contenga los principios aquí expuestos:

Querido Padre celestial: deseo tu paz. Por lo tanto, me comprometo a vivir una vida justa. Perdóname por buscar tesoros en la tierra en vez de los tesoros en el cielo. Te doy gracias por las posesiones que me has confiado en esta vida, pero elijo creer que mi vida no consiste en las posesiones que tenga. Mi vida está en Cristo y quiero que el fruto del Espíritu sea evidente en mí.

Te traigo mis pensamientos de ansiedad respecto a tu provisión para el mañana. Decido confiar en ti para suplir mis necesidades. Me comprometo a ordenar mi mundo interior en torno tuyo. Perdóname por las veces que he tratado de controlar a la gente y las circunstancias que no tenía derecho ni capacidad de controlar. Pongo toda mi ansiedad sobre ti y me comprometo a ser responsable hoy por lo que tú me has confiado. Amén.
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Estampas de la Carne

En el marco de la sociedad en la cual vivimos, hay un convencimiento casi unánime: creer que las personas que van a una iglesia, creen ser mejores que sus prójimos. Pero esto no sucede por alguna divagación extraña o por incidencia diabólica en el pensamiento humano. Sucede porque una gran proporción de hombres y mujeres que van a una iglesia, efectivamente piensan, están convencidos, que son mejores que los que están afuera. Y es más: el discurso que los grupos eclesiásticos pronuncian ante esa sociedad, apunta en esa dirección. Nosotros, que creemos en Dios y vamos a tal o cual iglesia, somos mejores y, si ustedes también quieren serlo, tendrán que venir a una iglesia como la nuestra, y si es posible, a la misma que vamos nosotros.

Esto y no otra cosa, ha sido el factor más gravitante para que la sociedad no sólo descrea de las iglesias y sus miembros, sino también para que muy pocos se decidan a prestarle atención a Dios y a sus seguidores. ¡Hay cada espécimen en esos lugares!, -dicen-, ¡Se ven cada cosa! ¿A quién se le ocurre que allí haya gente mejor que nosotros? Y nosotros nos enojamos y decimos que es el diablo el que está hablando. El diablo se mete donde le dan entrada y, atención, cada vez que inicia una enorme mentira, generalmente arranca desde un poquitín de verdad. Con todo el dolor del alma y dejando de lado como aprovecha el enemigo todo esto para seguir llevándose gente al infierno, tendremos que reconocer que les asiste a esas personas algo de razón. ¿Sabe por qué?

Porque así como no es oro todo lo que reluce, ni todo lo negro es petróleo, así tampoco no todo lo que se refugia en un templo es iglesia ni todo lo que se mueve y respira es hermano. De otro modo, Dios habría mentido cuando dijo que trigo y cizaña convivirían confundiéndose unos con otros, y también habría blasfemado el hereje de Pablo cuando puso en el mismo nivel sus padecimientos, (azotes, escarnios, prisiones, amenazas), con un peligro representado por los falsos hermanos.

Bueno; hay un punto clave en el cual deberemos prestar atención: los hijos de Dios, los que tienen esa potestad por su fe y su profunda convicción en Cristo son, efectivamente, mejores, aunque no por sus méritos, sino por el trabajo del Espíritu Santo en ellos, y no lo van proclamando por allí sino que, con humildad y santidad, se limitan a brindar silenciosamente testimonio de ello y, naturalmente, se congregan en iglesias. Pero si es verdad, (y lo es), que hay cizaña, lobos vestidos de ovejas y falsos hermanos, el punto clave está en que no todos los que se congregan en iglesias son auténticos hijos de Dios. Algunos, terminan siendo más hijos del malo que los que no van a ninguna parte, porque estos lo hacen en ignorancia en tanto que los otros, “perdónalos Padre, aunque sí saben lo que hacen”...

Porque es evidente que un garaje, una cochera, una playa de estacionamiento, no fabrica automóviles; sólo les da alojamiento. Pero para alojarse allí, hay que llegar como automóvil. Nadie guardaría un avión o un buque en una playa de estacionamiento. Y si una mujer diera a luz en una playa de estacionamiento, lo que nacería sería un bebé, no un automóvil. Y si la que pariera en esa misma playa fuera una perrita, lo que nacerían serían unos hermosos cachorritos, no autos. De la misma manera, no hay creyentes por el simple hecho de haber nacido adentro de un templo o bajo la cobertura de una iglesia; tiene que traer en sí la simiente divina que lo hace creyente. Todo lo demás, es apenas una obra de la carne, factor especial que hoy y aquí vamos a aprender a dominar. Porque el dominio propio es un fruto del Espíritu, no por afán controlador humano.

La Biblia, cuando pronuncia la palabra carne, que en griego es la palabra EL SARX, no se refiere siempre a una misma cosa. Entre otros objetivos puntuales, podemos rescatar tres o cuatro, si nos da el tiempo y el espacio, que serían los que aquí pretenderemos estudiar: Nº 1)= La carne física, material, palpable.- Nº 2)= La connotación moral negativa.- Nº 3)= Lo que tiene que ver con la simiente, con la semilla que, como en toda la Escritura, siempre es el punto de partida de todo lo que Dios va a hacer.-

(1 Corintios 15: 39)= No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.

Pablo, aquí habla de carne física. Establece, -con intención o sin ella-, dos principios que se relacionan con la carne física. Nº 1)= El hombre, aun en lo físico, no puede compararse con ninguna de las demás criaturas vivas de la creación. De allí que quien los iguale y pretenda darle a eso un tinte espiritual, no sólo se equivoca, (lo que sería solamente un simple error), sino que desconoce o tergiversa la palabra, lo que sí sería más grave. Puede tenerse la mejor voluntad y la más y la más loable de las intenciones, pero eso no invalida la desobediencia y los costos de la desobediencia.

Nº 2)= Deja en claro que, si tomamos con total naturalidad el hecho de la existencia de una infinita variedad de cuerpos adaptados a la vida en diferentes medios ambientes como son la tierra, el mar y el aire o el cielo, ¿Por qué se deberían tener tantas reservas o incredulidades, a la vista de lo creado, de un cuerpo resucitado? ¿Cuál sería el impedimento para que Dios no pudiera hacer esto si es que sí puede hacer lo otro?

La otra referencia a la carne física, está en la carta a los Hebreos. Allí, cuando el autor detalla lo que son las cualidades del Sumo Sacerdote, y en referencia a Cristo, que lo fue luego de haber aprendido obediencia por causa de sus padecimientos y, en razón de esto, ser perfeccionado, alude concretamente al estado carnal y humano del Cristo de ese momento, rompiendo así con esa mitología popular no bíblica donde se acepta todo lo de Jesús bajo la excusa de: “¡Bueno! ¡Pero él era Dios!. Sí, pero encarnado en la carne de un hombre como usted o como yo, en lo genérico, y sujeto a todo lo que un hombre puede estar sujeto, porque de otro modo, Dios habría hecho trampas. Él debía efectuar esa redención desde un hombre como nosotros para que esa redención funcionara, ¿Entiende?

(Hebreos 5: 7)= Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.

Yo creo, sin temor a equivocarme, que si este no es el versículo donde se nos muestra al Jesús más carnal, al menos es uno de ellos. Rogando como un hombre de carne y hueso, suplicando, clamando y llorando por causa de que no le gustaba en absoluto la idea de la muerte. ¿En qué se diferencia con lo que usted hubiera sentido en su lugar? La carne física, esa que usted y yo todavía amamos un poquito y defendemos tanto. Ojo; es templo del Espíritu Santo y no lo podemos maltratar. Lo que sí debemos hacer, es someterlo.

Después nos encontramos con la carne bíblica puesta en un sentido de moral negativa. Este, probablemente, (Y digo probablemente porque por más que el mundo camine hacia la globalización, el hombre es una entidad única y no puede ser globalizada por nadie, mucho menos por la iglesia), es el significado más conocido por el creyente. Aquí, la palabra carne, indudablemente no está relacionada con el área del cuerpo sino de la mente, que es donde ya sabemos, entre a tallar en el alma. Es mucho más que la carne física.

(Gálatas 5: 13)= Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servios por amor los unos a los otros.

(14) Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: amarás a tu prójimo como a ti mismo.

(15) Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.

La libertad cristiana no consiste en eliminar todas las trabas morales, sino en la libertad de servirse los unos a los otros en humildad, no en arrogancia distintiva por cargos o posiciones. El evangelio cambia la opresiva sumisión al legalismo por la más alta sumisión al amor. Esa libertad ha sido entendida por no pocos para llevar una vida que de cristiana no tiene nada, que produce un testimonio que repele a la sociedad de todo lo que huela a Dios, que impide que los necesitados caigan quebrantados a los pies de Cristo y que se aparte de su real significación: poder amar al prójimo sin condicionamientos ni discriminaciones. Tal como Cristo lo hizo.

(16) Digo, pues; andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. (De la mente, de las emociones, de la voluntad humana, de los sentimientos)

(17) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

La libertad muy bien puede degenerar en libertinaje, pero el Espíritu Santo nos capacita para vencer los deseos de la carne, cuando nos sometemos permanentemente a su control y dominio, con la libertad de hacerlo de una manera voluntaria. Eso es libertad. El Espíritu y la carne están diametralmente opuestos el uno al otro, tal como se evidencia en sus obras y frutos. El resultado es un fiero conflicto dentro de cada creyente, en el que ninguno podrá vencer confiando en sus propias fuerzas.

(18) Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

(19)= Y manifiestas son las obras de la carne, (De la mente, voluntad, emociones), que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, (20) idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, (21) envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas: acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Muchos son los siervos que han hecho hermosos estudios sobre estos puntos. Los han dividido, incluso, en varias facetas, así que no voy a ser yo quien le agregue algo porque no se justifica. No porque no haya más para decir, porque Dios siempre tiene más, sino porque no tengo mandato para detenerme en esto nada más que lo preciso. Sólo le voy a preguntar una cosa: ¿No están en una gran proporción, estas cosas, gozando de muy buena salud dentro mismo de la iglesia? Es más: hay sectores, por ejemplo, donde por una cuestión doctrinaria tradicional interna, se incentiva a disentir porque, -se señala-, los hermanos tienen derecho a no estar de acuerdo y discutir. Está bien; allá cada uno, pero: ¿No es este un modo de conducir a un grupo de personas a la conclusión de Pablo, que asegura que los que entren en disensiones no heredarán el reino de Dios? Si alguien entiende esto o cree tener una respuesta que tenga peso en el mundo del espíritu, por favor escríbame ya.

El tercer aspecto apuntado, es el que relaciona a la carne con la base de toda la creación: la semilla, la simiente. Todo lo que Dios hace, todo, siempre comienza desde una semilla, de una simiente. Mire:

(Gálatas 4: 21)= Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿No habéis oído la ley?

(21) Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

(23) Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

(24) Lo cual es una alegoría (Una comparación, una metáfora, un símbolo, no es literal) pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; este es Agar.

(25) Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues esta, junto con sus hijos, está en esclavitud.

(26) Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

(27) Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.

(28) Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

(29) Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

Este verso alude a lo que se detalla en el libro de Génesis capítulo 21 y versículo 9, donde vemos a Ismael se burlaba de Isaac. ¿No hay burla, todavía, entre los prácticos y los espirituales? Los verdaderos creyentes, sin buscarla, deben esperar algún tipo de persecución interna.

(30) Mas: ¿Qué dice la Escritura? Echa afuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

(31) De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Vemos aquí que Pablo defiende el evangelio que predica con una alegoría basada en la historia de Ismael e Isaac. Algunos teólogos, muy expertos, han criticado y acusado a Pablo de espiritualizar demasiado la historia. Sonría si quiere, aunque no causa gracia. Sin embargo Pablo, mucho más allá de establecer una doctrina con esto, lo que está haciendo es ilustrar algo que ya ha demostrado. La premisa de Pablo es que se entienda que la verdadera descendencia de Abraham es espiritual, no genética ni física. El real heredero de Abraham es el hijo de la mujer libre, no el de la esclava. Isaac representa a aquellos que confían en Cristo, en tanto que Ismael representa a aquellos que eligen estar bajo la ley. Por lo tanto, los creyentes, son los verdaderos hijos de Dios.

De todo este texto, y dejándonos ungir con la sabiduría, el discernimiento y la revelación de Pablo, podemos ver a continuación varios principios básicos, elementales, que siempre estuvieron allí, pero que nosotros en nuestra repetitiva costumbre de encararlo todo desde la lógica, el razonamiento o el intelecto, (Órganos del alma, si mal no se lo he explicado antes), pasamos de largo y jamás vimos.

Es más que evidente que tanto Sara como Abraham estaban intentando cumplir –según sus ideas personales-, con la promesa de Dios. Hay mucho cristiano, hoy, que anda por la vida haciendo lo mismo. De todo esto rescatamos algo muy notorio: es no sólo posible sino muy cierto que podemos estar obrando enteramente en la carne y fuera de la guía del Espíritu, con motivos muy bien intencionados y correctos en su esencia y estar, sin embargo, al mismo tiempo, desobedeciendo a Dios creyendo como alguna vez lo hizo Saulo de Tarso, que le estamos sirviendo. Es muy sutil.

Si repasamos el texto de esta historia a la luz de Gálatas 5, veremos que en la relación Abraham-Sara-Agar, existen varias obras de la carne, de la mente, del corazón, de la voluntad, de las emociones y los sentimientos:

Adulterio: Lo cometió Abraham, más allá de las usanzas, la voluntad y la decisión de Sara.-

Hechicería: Que es manipulación. La llevó a cabo Sara con Abraham. Manipuló sus sentimientos para impulsarlo a tener relaciones sexuales con Agar.-

Enemistades: Esto es notorio, después, entre Sara y Agar.-

Contiendas: Se produjeron ni bien nació Ismael.-

Herejías: Creer que todo eso estaba no sólo aprobado, sino ordenado por Dios.-

Envidias: La experimentó Sara en relación con el embarazo y el parto de Agar. Creo que no hay nada que agregar a esta contundente evidencia histórica y espiritual.
El nacimiento de Isaac por el Espíritu no habla de una concepción divina o virginal como fue la de Jesús en María, sino de la obediencia al cumplimiento de una promesa. El nacimiento de Ismael por la carne, no se refiere al contacto sexual específico, sino al desenlace motivado en ideas humanas sin participación divina.

Lo de Sara es un caso que merece ser visto aparte porque se asemeja a más de uno de los que suceden en nuestro tiempo. Ella estaba convencida que era Dios quien le había impedido tener hijos y que nunca los podría tener. Es más: estaba convencida que el propósito, la voluntad y la promesa de Dios solamente tenía como destinatario a Abraham y no para ella. Que el Señor, incluso, no la tenía en cuenta para nada, que no estaba interesado en ella. Y algo más: ella, en su intimidad, se consideraba algo menos que insignificante y totalmente periférico al propósito divino.

La conclusión vigente, es que así como Sara se apresuró, se dejó llevar por sus ideas y actuó conforme a su parecer, así también se equivocará todo aquel que no tenga la paciencia de esperar una señal del Señor, que como todos sabemos pero no siempre nos acordamos, tiene una naturaleza y un carácter donde predominan el amor y la fidelidad.

Hay un cuarto aspecto de la carne mencionado en el Nuevo Testamento y es el que tiene que ver con una ordenanza muy singular sobre la carne emparentada con el liderazgo. Fíjese que el texto que vamos a leer nos muestra algo que, ordenado por Dios, todavía es llamado “de la carne” y hasta considerado inadecuado. Este pasaje, quiero que observe, en el contexto inmediato, se refiere al sacerdocio de Aarón, pero que en un contexto más ancho y más amplio, esta aplicación de Hebreos va más allá: es un punto de inflexión que muestra una de las características de Dios menos predicadas: la del permanente cambio, la de la permanente renovación de lo anterior por lo nuevo, la de remover ciclos viejos y reemplazarlos por ciclos nuevos. El versículo que dice que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, muy pocas veces se entendió con fidelidad. Se entremezclaron los conceptos y siempre se interpretó como que “las cosas que hace Dios fueron las mismas ayer, hoy y siempre”, cosa que es más que evidente que jamás ha sido dicho en la Biblia. Aunque por ahí sea doctrina respetada, guardada y cuidado conque diga otra cosa porque lo expulsamos.

(Hebreos 7: 11)= Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley) ¿Qué necesidad habría aun de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuere llamado según el orden de Aarón?

A propósito de esto, si se fija rápidamente en el capítulo siguiente, y ya refiriéndose al nuevo pacto, la palabra dice que “si aquel primer pacto no hubiera tenido defecto, no habría tenido razón de ser el segundo. Esto sienta un principio que quiero que tenga en cuenta para lo que resta de este estudio y para lo que resta de su vida de creyente. Cuando algo viejo, tradicional, acostumbrado, deja de tener efecto y resultado, aunque haya sido efectivamente ordenado por Dios en su tiempo, debe ser cambiado. Ayer, hoy y siempre.

(12) Porque cambiado el sacerdocio, necesario también es que haya cambio de ley; (13) y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.

(14) Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio. (Es más que notorio de que el hecho de que Cristo haya nacido en la tribu de Judá y no en la de Leví, subraya la inauguración de un nuevo sacerdocio que llegaba para reemplazar al antiguo)

(15) Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdocio distinto.

Este es un versículo muy clave para entender el tiempo presente. Porque habrá que aclarar aquí que la palabra griega que se usa en este texto para DISTINTO, no es la corriente que encontramos en otros lugares, que es ALLOS, que significa “Otro de la misma clase”. La palabra utilizada aquí es la palabra HETEROS, que quiere decir globalmente “Otro de un orden completamente diferente”. Como se ve, la misma palabra en nuestra traducción, tienen un vocablo y por ende una significación totalmente opuesta en los originales. ¿Tendremos que aprender griego para ser salvos, entonces? No tan así porque en lo sustancial, las traducciones son fieles. El problema radica cuando se entra en caminos de revelación. Allí, en muchas ocasiones, se nota que los traductores han utilizado más la lógica del alma que el discernimiento del Espíritu. Por eso hay textos y pasajes que permanecen en total oscuridad cuando Dios decidió que sean abiertos. La Biblia, lo reitero, es un libro para ser leído, creído y practicado por gente llena del Espíritu Santo, sino apenas será Logos-más lógica-igual a-religiosidad intelectual.

El orden Levítico era el orden de la cultura, de la educación, de la preparación de hombres para ejercer el sacerdocio. Algo muy similar a lo que hoy serían seminarios o institutos que preparan para el liderazgo. Cosa que no está mal y que se debe hacer porque es necesaria para la obra, pero que no tiene nada que ver con “estudiar para pastores” como muchos gustan decir. El pastorado, antes que nada, es un llamado divino. Que luego, podrá ser fortalecido con estudio, pero que siempre tendrá su punto de partida en el mundo del Espíritu. De otro modo no será liderazgo de Dios, será gerencia humana.

El orden de Aarón, por su parte, era el del escalafón o línea familiar directa. Sacerdote el abuelo, el padre, el hijo, el nieto, etc. Siempre dentro de una familia, con un temor que parecería santo de darle mando o poder a alguien que no pertenezca a la familia. Es un orden antiguo, no un invento moderno. Es Aarón.

Y después el orden de Melquisedec, que era un orden divino, sin currículum, sin experiencia previa, sin genealogía, sin apellido ilustre o antecedentes familiares, sin títulos universitarios o de seminarios teológicos; sólo elevado por voluntad de Dios. Ese y no otro fue el orden que elevó a Cristo al Sumo Sacerdocio. ¿No será el tiempo de que la iglesia del Señor, si quiere terminar la obra, asuma ese sacerdocio y no los que ya fueron reemplazados?

(16) No constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia (Esto se lo confirma) sino según el poder de una vida indestructible.

En otro tiempo y bajo otras facetas, Dios estableció los dos órdenes sacerdotales anteriores, pero un día y a consecuencia del cambio de los tiempos, dijo: hay que cambiar, hay que eliminar toda carnalidad intelectual y estructurada y toda cuestión ligada a una línea de sangre humana, y darle a mi pueblo un sacerdocio levantado por mí, que haga mi voluntad, que cumpla mi propósito y que termine mi obra.

Hay hoy también una mentalidad religiosa, estructurada y casi profesional que debe ser reemplazada porque no tiene nada que ver con el carácter de Cristo. Negarse a ello, como está ocurriendo en muchos lugares, es obrar en la carne, en la mente, en los intereses sectoriales, denominacionales, eclesiásticos que, a similitud de aquellos, cada día se alejan más de Dios y, esencialmente de la base de su naturaleza, el amor. Mire como lo declara Pablo.

(Filipenses 3: 3)= Porque nosotros somos la circuncisión, los que en Espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

Lo que Pablo decía en su tiempo y que es vigente para hoy si sabemos leer los símbolos es que la verdadera señal de una relación correcta con Dios no era la observancia de una ceremonia o rito formal, sino la manifestación de las tres características mencionadas. Cuando dice “Los que en Espíritu servimos a Dios”, no sólo se refiere a estar vivos en el Espíritu y por lo tanto calificados para adorarle, sino que también abarca las expresiones más profundas de nuestra adoración, inspiradas por el Espíritu Santo: los himnos espirituales, la oración, el cántico y la comunión con Dios.

(4) Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. (Yo he cumplido con las reglas formales de la religión, también) si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: (5) circuncidado al octavo día, (Me aprobé todos los cursillos obligatorios para ingresar como miembro) del linaje de Israel (Vengo de familia evangélica; mi abuelito era pastor y tres tíos diáconos) de la tribu de Benjamín (Soy pariente del pastor principal de...) hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; (Me sé de memoria la declaración de principios firmada por mi denominación en 1915) (6) en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; (Los que no estén de acuerdo con nuestra doctrina serán denominados como: herejes, rebeldes, insujetos, blasfemos) en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. (O sea que tengo una conducta eclesiástica intachable).

(Verso 12)= No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; Sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

(13) Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago; olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, (14) prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
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Los Cuatro Beneficios

La batalla más reñida que cada persona libra, es la batalla interior. Se han escrito cientos de libros y predicado miles de mensajes al respecto. Alguien, en un momento de reflexión, pronunció una frase llamada a ser célebre: “He conocido a mi peor enemigo; soy yo mismo.” Todos, en algún momento, necesitamos que el Señor nos libere de algo que nos oprime. La mayor parte de las veces, es de nosotros mismos.

Toda persona toma en algún momento decisiones que determinan el curso posterior de su vida. Desde Moisés en adelante, las personas han tenido siempre dos opciones. Es como si permanentemente estuviéramos en la pata de una “Y” griega, teniendo ante nosotros dos caminos para optar. Nos puede llevar mucho tiempo y, el día que nos decidimos por uno de ellos, ese se transforma otra vez en pata de “Y” griega. Las dos opciones fundamentales, como quieran que estén disimuladas, son dos: vida o muerte.

(Deuteronomio 30: 11)= Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.

(12) No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos?

(13) Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?

(14) Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.

(15) Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; (16) porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella.

(17) Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, (18) yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella.

(19) A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante de la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; (20) amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.

Cuando elegimos la muerte, sabiéndolo o no, abrimos la puerta para que nos llegue un ataque del maligno. Cuando elegimos la vida, Dios nos guía por un camino que comienza con la salvación, pasa por la cruz y termina en la eternidad con el Padre.

(Romanos 7: 22)= Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios.

(23) Pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

(24) ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
(25) Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Observe que la mayor lucha de Pablo no era contra Satanás, era contra sí mismo. Su carne le provocaba más problemas que Satanás. Cuando vivimos según la carne, participamos con Satanás y vamos en contra del plan de Dios para nuestras vidas. El pecado no reside en nuestros cuerpos físicos: reside en nuestra naturaleza pecaminosa, que está dentro de nuestra persona. ¿Quién puede librarnos de nuestra naturaleza pecaminosa? ¡Gracias a Dios que hay una salida, y es por medio de la cruz de Cristo!

La palabra “carne” tiene diversas definiciones en el Nuevo Testamento, incluyendo el “cuerpo físico”. Pero cuando Pablo la utiliza en este contexto, está refiriéndose a la vieja naturaleza adámica, carnal, no regenerada, rebelde. El la llama literalmente “el viejo hombre”. Cuando venimos a Cristo, Dios nos hace nuevas personas.

(2 Corintios 5: 18)= De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.

Pero antes de la nueva creación, estamos en el viejo hombre, el hombre anterior. La carne, entonces, es eso que influye en nosotros para que pequemos.

Cualquier motivación que se concentre en alimentar o promover el YO, es de la carne. En su mayoría, las personas responden a una de dos motivaciones propias. La primera es una imagen de sí mismo negativa. Las personas que no tienen una buena imagen de sí mismas, dicen: “no soy nada. No soy nadie. Nunca voy a llegar a nada.” Estos sentimientos de desprecio por uno mismo no son resultado de un complejo de inferioridad; Son resultado de un complejo de EGO. Nos concentramos en nosotros mismos, no en Cristo. No hay ninguna virtud en eso. Sin Cristo, nada podemos hacer; Pero con Cristo, podemos hacerlo todo. Pablo dijo: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

La segunda es un orgullo desmedido. Las personas que tienen el problema del orgullo piensan, erróneamente: “Yo puedo hacerlo todo... no necesariamente en Cristo”... Pero es interesante notar que también en este caso el foco de atención está en uno mismo, no en Cristo. No hay virtud en esto tampoco. El poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad, no en nuestra sabiduría, vanidad, títulos académicos u orgullo personal.

La clave para acabar con la carne está en la batalla por el control del YO. El YO es la parte de nosotros que decide si accederá a nuestros deseos carnales y pecaminosos, o no. El YO tiene un apetito insaciable y hay dos frases que lo identifican: “Quiero” y “Dame”. El YO dice “Quiero el mejor auto”; “Quiero más dinero”; “¡Dame el mejor asiento!”; “¡Dame el trozo más grande de torta!”. Al YO le encanta hablar de dos personas: YO y MI. Los creyentes que hacen estas cosas no han aprendido a llevar su YO la cruz. ¿Cuál es la solución? Pablo la da.

(Filipenses 2: 3)= Nada hagáis por contienda o por vanagloria; Antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.

Primero, reconozcamos qué es lo que nos motiva a actuar. Pablo dice que NADA hagamos por contienda o vanagloria. Si hacemos las cosas que tenemos que hacer por los motivos equivocados, debemos detenernos. Debemos cambiar nuestra motivación o, de ser posible, debemos apartarnos de las responsabilidades que atraen la atención sobre nosotros hasta que podamos cumplir con esas responsabilidades por las razones correctas. Esto sólo puede hacerse después de que el YO ha sido crucificado. Si actuamos en humildad, no actuaremos por contienda o vanagloria.

La buena noticia, para todos, es que por medio de la cruz somos liberados del YO. Pablo escribe en Gálatas 2:20: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive en Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Pablo crucifica su YO. No podemos encontrar la plenitud de la voluntad de Dios hasta que no permitamos que nuestro YO y MÍ, mueran en la cruz.

Dos cosas suceden en mi vida antes que mi YO pueda ser crucificado con Cristo. YO debo tomar una decisión y YO debo hacer una confesión. Primero debo tomar la decisión voluntaria e intencional, en pleno conocimiento, de morir a mi EGO. La muerte de mi YO no sucede por sí sola. Si suelto a mi YO, naturalmente se dirigirá hacia motivaciones egoístas. Segundo, debo hacer una confesión personal. Pablo hace de su confesión, su testimonio personal. “Estoy crucificado con Cristo”, dice. Cuando confesamos nuestra crucifixión, ésta se vuelve parte de nosotros.

Luego, la vivimos. Una cosa es hablar de la muerte del YO en términos generales, y otra es aplicarla personalmente. Pablo dice, en Gálatas 5:24: Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Somos liberados del control de la carne, pero la responsabilidad de crucificarla, es nuestra. Morir al YO no significa golpearnos con varillas o látigos, negarnos al YO significa negarnos a seguir nuestras pasiones y deseos personales.

Es interesante observar que, aunque Pablo era una nueva criatura, continuaba batallando con la carne. En su divina sabiduría, Dios nos hace nuevos después que aceptamos a Cristo, pero no quita nuestra naturaleza pecaminosa.

Pablo nos da una lista, (aunque no exhaustiva), de las obras de la carne: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y, como para que no queden dudas que las mencionadas no son las únicas como algunos enseñan, le agrega “cosas semejantes a estas”, esto es: lo que usted crea que es semejante a lo detallado. Y continúa describiendo el fruto de este comportamiento: Acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios, agrega en Gálatas 5:21.

¿Cuál es la solución de Dios para la carne? Gálatas 5:24: Pero los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. No debemos llevar a nuestro viejo hombre a la Escuela Dominical, ni reformarlo, ni aconsejarlo, ni obligarlo a memorizar pasajes bíblicos. DEBEMOS MATARLO. La ejecución es la única solución para el viejo hombre. En realidad, la evidencia de que pertenecemos a Cristo es la crucifixión de nuestra carne. Al morir al YO, nuestra carne comienza a decrecer, y el Espíritu de Dios en nuestro interior, comienza a crecer.

La carne y el espíritu son enemigos; trabajan en forma opuesta entre sí. En Gálatas 5:17, Pablo dice: Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Nuestra naturaleza carnal, es decir, nuestra naturaleza antes de que Dios nos cambiara, está totalmente opuesta al Espíritu de Dios. Cuando somos controlados por la carne, por nuestros deseos y pecados, no podemos vivir una vida que sea agradable a Dios. Una parte de Romanos 8:8, dice: y los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios.

Aun cuando hacemos lo correcto, por motivos egoístas, no podemos agradar a Dios. Jesús denunció a los fariseos por orar y diezmar. ¿Por qué haría tal cosa si era lo correcto? Porque diezmaban por motivos apartados de la voluntad de Dios; sus oraciones y sus ofrendas tenían como fin la atención hacia sí mismos.

Si deseamos vivir en Cristo, la responsabilidad de hacer morir las obras de la carne es nuestra. Pablo dice, en Romanos 8:13, que: Si por el espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Cristo ha hecho posible que muramos a nosotros mismos, pero la responsabilidad continúa siendo nuestra. La cruz implica sufrimiento y dolor. Es la forma más dolorosa de morir que el hombre ha inventado, pero es mucho mejor que la alternativa.

Un ejemplo: una joven mujer y un muchacho se conocieron y se enamoraron. Ella era creyente y él no. Por el contrario, era bastante holgazán. Sin embargo, él comenzó a ir con ella a la iglesia, cosa que a todos los miembros les parecía estupendo. Sin embargo, su transformación no era real. A él, en realidad, no le importaba demasiado Cristo ni le conocía; lo que sí le importaba era conservar a su novia. Si para eso debía aburrirse como una ostra durante un par de horas por semana, sin entender ni sentir absolutamente nada, lo haría. Se lo dijeron a la joven algunos hermanos con discernimiento. Ella oró y, finalmente, cortó esa relación. Pregunto: ¿Habrá sido doloroso para ella? Por supuesto que sí. Era como si le partieran el corazón. Cuando hay una ligazón emocional, dos espíritus se unen, creando una ligadura de alma. Es por eso que es tan difícil apartarse. Pero Dios da fortaleza para soportar hasta la victoria.

Veamos: ¿Qué hubiera pasado si se hubieran casado? Algunos líricos tienen permiso para pensar que todo se habría solucionado, pero las experiencias reales, no nos dicen eso. Probablemente, pasado un tiempo, él habría perdido todo interés por el evangelio y hubiese regresado a su estilo de vida habitual. Una joven alegre, se hubiera convertido de pronto en una mujer desanimada, que seguiría asistiendo a la iglesia, sí, pero sin involucrarse en nada. También es probable que, si no conseguía que ella se olvidara de “su religión,” al tiempo, él se divorciara dejándola quizás por otra mujer con menos... escrúpulos, ¿Usted me entiende, no? En ese caso, el dolor de ella seguiría invadiendo la vida de sus hijos y extendiéndose, quizás, a sus propios matrimonios.

Hay un dolor bueno y un dolor malo. El dolor que esta joven hubiera soportado en esa hipotética situación sería un dolor malo. Si ella hubiera tomado el dolor de la cruz, diciendo: “YO, no vas a salirte con la tuya. Morirás. Sufrirás, sí, pero Dios sigue estando en control de todo.” Habría encontrado el fruto de la vida y la justicia. Morir al YO muchas veces significa un dolor breve que produce una ganancia permanente.

Al elegir la injusticia, sufriremos un dolor permanente. Quizás nos guste seguir adelante: Ganar un poco más de dinero; Tomar algunos “atajos”. Pero a menos que mandemos a nuestro YO a la cruz para que sufra el verdadero dolor de la crucifixión, el dolor que el YO cosechará en el camino será tres veces mayor. Hay un costo a largo plazo cuando se toma la cruz, y hay un costo, mucho mayor, a largo plazo, cuando no se la toma.

Lo irónico es que podemos hacer cosas muy espirituales que están motivadas por el YO. Podemos dedicar todo nuestro tiempo a las actividades de la iglesia a expensas de nuestra familia, sin pasar jamás tiempo con ellos. El YO quería sentirse importante. Podemos cantar en la iglesia y participar en el grupo de alabanza, pero desmayar al sentir el ataque del enemigo. El YO quería ser visto por la gente. Las personas que caen bajo el control de un espíritu de Jezabel o de Lucifer no han traído sus heridas personales a la cruz. Entonces el YO comenzó a operar disfrazado de espiritualidad.

En Mateo 9:25, Jesús dice: Pues, ¿Qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Podemos ganar prestigio y poder, aun en el mundo cristiano, y al final, dañar o destruir nuestras vidas. Jesús precedió su pregunta con un toque de clarín de advertencia. En Lucas 9:23, dice: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. No podemos seguir a Jesús hasta que no nos negamos a nosotros mismos. El YO no desea ir a donde va Jesús. El YO desea evitar el dolor de la crucifixión. Un pensador secular, Alfredo de Vigny, plasmó una frase que ni él supo hasta dónde dejaba en evidencia algunas cosas muy profundas: “El hombre es un aprendiz y el dolor, su amo.”

Negarme a mí mismo significa decir “no” a lo que yo quiero, a lo que siento, a lo que creo merecer. El acto de tomar la propia cruz ha sido definido como llegar al punto en que mi voluntad y la de Dios se cruzan y elegir la voluntad de Dios en lugar de la mía. Cada persona, alcanza este punto en algún momento de su vida. La voluntad de Jesús se cruzó con la de su Padre en el huerto de Getsemaní. En la noche en que fue traicionado, leemos en Lucas 22:42 que Jesús dijo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Jesús podría haber dado un paso atrás, diciendo: “¡Qué el hombre se jorobe! ¡Yo no tengo ganas de hacer esto!” Él no tenía que morir por nosotros. Podría haberse quedado en el cielo. Podría haber dicho: “No tengo por qué hacer esto”. Pero lo hizo por sumisión a su Padre.

El punto de intersección entre la voluntad de Dios y la del hombre, significa diferentes cosas para diferentes personas. Algunos juegan con pensamientos lujuriosos. Otros pagan menos impuestos de los que deberían o les cuesta admitir cuando están equivocados. Otros buscan siempre sentarse en el primer banco de la iglesia. Sería imposible hacer una lista de todas las formas en que el YO levanta su horrible cabeza, pero es suficiente con decir que morir al YO se resume en la disposición para elegir a los demás por sobre nosotros mismos.

En la edad media, algunos ascetas interpretaron el “morir a uno mismo” como que debían hacer sus vidas lo más incómodas posible, esperando que así se mortificara su carne. Por lo tanto, usaban camisas hechas de camello o dormían en camas de clavos. Estas personas confundían su carne física con su carne espiritual. Mortificar, (o sea: Hacer morir) la carne, se convirtió en una pasión tan dominadora y consumidora que se volvió un ídolo al que adoraban. El cuerpo físico, en sí mismo, no es pecaminoso. Cuando Dios lo creó, lo llamó bueno. El problema no es con el cuerpo físico, el problema es con la naturaleza pecaminosa.

El primero de los beneficios de ser liberados de nosotros mismos es que somos libres del dominio del pecado. Romanos 6:14, Pablo dice: Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Cuando vamos a Cristo, el poder que nos hace pecar da paso al poder para resistir el pecado. Dado que nacemos en pecado, antes de ir a Cristo, no podíamos evitar pecar. Pero gracias a la obra de Cristo en la cruz, tenemos el poder de vencer al pecado. Ya no tenemos que pecar. Somos libres para obedecer a Dios. Somos libres para vivir una vida de justicia, una vida que agrada a vuestro Padre celestial. Una vida de la que el Padre nos diga: Bien hecho, buen siervo y fiel.

Las personas ven las vidas de algunos cristianos y dicen: “No quiero ser cristiano, porque entonces no voy a poder hacer lo que yo quiero”. Ese es el YO que habla. En cambio, por Cristo podemos responder: “Porque soy cristiano, no tengo que hacer lo que mis deseos me dicen que haga”.

Los perritos, por ejemplo, son seres irracionales, se mueven instintivamente, van a donde sus deseos circunstanciales los llevan. Si quieren comer basura y tomar agua de una cloaca, lo hacen. Nosotros, cuando los vemos, en el mejor de los casos, sacudimos la cabeza y nos reímos de ellos. Pero lo mismo sucede con nosotros. Cuando somos ganados por nuestros deseos y nuestras pasiones, invariablemente nos dedicamos a cosas que nos consumen y que finalmente son dañinas para nuestros espíritus. Comemos basura espiritual y tomamos agua no de vida, sino de cloacas espirituales. Y Dios también sacude la cabeza cuando nos ve, pero no se ríe; se entristece. Cuando hemos sido liberados del dominio del pecado, vemos a nuestra propia vida desde la perspectiva de Dios. Sólo entonces dejamos de conformarnos con cualquier cosa que sea menos que lo mejor que Él tiene para nuestras vidas y lo mejor que podemos darle a él.

El segundo beneficio de ser liberados del YO es la libertad que nos proporciona ese estado para servir con tranquilidad.

(Marcos 10: 42)= Mas Jesús, llamándolos, les dijo: sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.

(43) Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, (44) y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos.

(45) Porque el hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

El camino hacia la autoridad y el liderazgo en la iglesia está en el servicio. Jesús, (que es Dios revestido en carne), entró a nuestro mundo por primera vez, no para ser servido, sino para servir. La mente carnal supondría que si Dios viene al mundo, tomará el control por la fuerza. Pero cualquiera que llegue al poder sin servir, no podrá usar correctamente su autoridad porque no ha aprendido a morir al YO.

Si deseamos crecer en el reino, el camino para subir, es bajar. Pero en este “siglo malo”, no es así. El mundo nos dice: “Llega primero, consigue más.” O sino: “El que muere con más cosas, gana”. Algunos nos dicen que la meta es la independencia económica; de esa forma no tendremos que trabajar para otro. Esa afirmación, en realidad significa: “No tendremos que servir a otro”. En el reino de Dios, es lo opuesto. Si deseas vivir, mueres. Si deseas recibir, das. Si deseas subir, bajas. Es la regla por la cual opera el reino de Dios. Lamentablemente, muy pocos quieren servir y muchos quieren ser servidos. Esa es la esencia del orgullo.

Un anciano sabio solía decir que hay dos ocupaciones en las que se puede comenzar desde arriba. Cavar tumbas y cavar pozos. En todas las demás, se comienza desde abajo. Y eso es cierto en el reino de Dios: se comienza por el final. Si a las personas se les da autoridad y se las expone a la gente demasiado pronto, abusarán de su autoridad. Siempre, y eso se aplica en todos los niveles de autoridad pastoral. Primero el hombre debe ser probado. Luego se lo puede integrar al liderazgo. Cuando hemos sido librados de nosotros mismos, encontramos libertad en el servicio. Cuando no hemos muerto al YO, confundimos lo que Dios ha preparado para promovernos con lo que nosotros planeamos.

El tercer beneficio es la libertad de tener que promovernos a nosotros mismos. En su segunda carta a los Corintios, 4:5, Pablo dice: Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, y a nosotros, como vuestros siervos por amor de Jesús. Pablo predicaba a Cristo donde quiera que fuera. Podría haberse hecho de un nombre importante, pero no lo hizo. Con un ministerio tan exitoso, Pablo podría haberse formado su propio grupo de seguidores, pero no lo hizo. No se predicaba a sí mismo, sino a Cristo. Cuando andamos en la libertad de tener que promovernos a nosotros mismos, le damos a Dios grandes oportunidades de promovernos a su tiempo. Cuando nos promovemos, luchamos por quitarle a Dios el control de la bendición y finalmente la perdemos.

El cuarto beneficio de ser liberados del YO, es ser libres de tener que probar que tenemos la razón. Cuando morimos a nosotros mismos, no tenemos que tener la razón siempre. Un creyente que actúa a la defensiva demuestra que no ha crucificado el YO. Pero al ejecutar la carne, abrimos la puerta para escuchar lo que Dios nos dice, sea cual sea la forma que elija para hablarnos.

¿Alguna vez ha notado que aunque todos admiten que nadie es perfecto, a nadie le gusta admitir que él no lo es tampoco? Al ponernos a la defensiva en relación con nuestras debilidades, nos apartamos de los medios que Dios utiliza para moldearnos y conformarnos como los hombres y mujeres que él quiere que seamos.

Cuando recibimos una palabra que creemos que es de Dios, durante un culto en la iglesia, ¿Estamos dispuestos a dejar que esa palabra sea probada por el cuerpo y por los líderes de la iglesia? Si no es así, es evidencia de que no hemos muerto a nosotros mismos. Nadie es incuestionable. No hay nada que de más poder a una congregación que cuando una persona se pone de pie y reconoce humildemente que la palabra que dio no era en un cien por cien correcta. En lugar de arruinar los dones, esa humildad da a las personas la confianza para salir a expresarse, sabiendo que pueden hacerlo en un ambiente seguro y auténtico.

Es una gran burla para la iglesia que los creyentes luchen unos entre otros, tratando de probar que el otro está equivocado. Muchas veces lo importante para ellos no es la doctrina, sino probar que tienen razón. No tendríamos que pelearnos por el milenio, ni por el arrebatamiento, ni por docenas de otros temas conflictivos en el cuerpo. Lo único por lo que deberíamos pelear es por una iglesia gloriosa. Pronto descubriremos quién se quedó atrás en el arrebatamiento. Lo único por lo que vale la pena luchar, es para ser una iglesia gloriosa, preparada para nuestro esposo Jesucristo, y nuestro enemigo no es otro creyente; es Satanás.


Fuente Oficial: tiempodevictoria.com.ar
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Se estan muriendo!!!


Es el nuevo trabajo video musical del ministerio Propiedad de Dios, jovenes que le han dicho NO al pecado y SI a Jesucristo, y que ahora estan predicando el evangelio a travez del hip hop cristiano.

Esta buenisimo el trabajo que hicieron en este video. Sin mas preambulos miren ustedes mismos.




A Dios la gloria!!!

Bendiciones para este ministerio.
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Y donde esta el amor de Dios?

León, Toluca y Torreón, son las ciudades con más intolerancia religiosa, la discriminación por creencias se mantiene como un problema social en ciudades y comunidades, principalmente indígenas, donde algunos católicos consideran que se debe reubicar a los protestantes.
La discriminación religiosa en México se mantiene como uno de los problemas sociales que afectan la convivencia en las ciudades, pero también en comunidades principalmente indígenas, donde la mayoría afirma ser de religión católica y considera que se debe reubicar a los evangélicos y únicamente defender los derechos de los católicos, según revela la Encuesta Nacional de Discriminación 2010.

Las ciudades o zonas metropolitanas donde más se percibe el rechazo, la falta de aceptación, la discriminación y la desigualdad como principal problema para las minorías religiosas son León, Guanajuato, con 52.4%; Toluca, Estado de México, con 50.5 %, y Torreón, Coahuila, con 47.4%.
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Sociedad Bíblica de Brasil alcanza la producción 100 millones de Biblias


Desde su fundación, en 1995, la Imprenta de la Biblia ha sido clave para el cumplimiento la misión de la organización, llevar la Palabra de Dios a todas las personas. Las exportaciones a más de 100 países representan un 20% de este total.

El año 2011 es clave para la Sociedad Bíblica do Brasil (SBB) porque llegará, en el primer semestre, a un volumen de producción de 100 millones de libros, Biblias (87 millones) y Nuevos Testamentos (13 millones).

Desde arrancó SBB en septiembre de 1995, con inauguración de su imprenta, ubicada en las oficinas de la SBB en Barueri (SP) hoy ha llegado a constituirse en uno de los mayores productores de Biblias en el mundo.

Para celebrar este logro, la SBB está programando un gran servicio de acción de gracias, que se celebrará el 10 de junio en el pabellón polideportivo José Correa, en el centro de Barueri, a partir de las 18:30, según publica la Biblia W eb en su página.

Ese día se celebrará, también, el 63º aniversario de la SBB. “Este es un momento especial de acción de gracias y de oración a Dios. Todos estos ejemplares se distribuyeron a millones de personas que han tenido la oportunidad de que se plantase en sus corazones la Palabra que transforma vidas”, dijo el secretario de Comunicación y Acción Social de la SBB, Erni Seibert, recordando que se trata de una celebración del Libro Sagrado y del trabajo de todas las iglesias cristianas que ayudaron a difundirlo.

En la planificación para la gran celebración están previstos testimonios de personas que han visto sus vidas transformadas por la Palabra de Dios y acción de gracias a Dios por parte de los representantes de 100 países de todas las ediciones de las Escrituras impresas en más de 2,500 idiomas.

“Esto también será una ocasión para alabar a Dios”, añade Seibert. Se invitó a grupos de música gospel para que interpretasen himnos cristianos y fomentasen la participación del público; entre ellos estará Arautos do Rei.
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