Por Paul Yonggi Cho
Los secretos del crecimiento extraordinario de la iglesia mas grande en el mundo
Estamos en la era del Espíritu Santo. Jesús dijo a sus discípulos que resultaba indispensableque Él se fuera a fin de que viniese el Espíritu Santo; y en el día de pentecostés, el Espíritudescendió sobre 120 fieles que esperaban en Jerusalén y los llenó. Así se cumplió la profecíade Juan el Bautista. En el bautismo de Jesús, el Espíritu Santo lo simbolizó una paloma;y la causa de ello es el carácter y la personalidad del Espíritu.
Las palomas son tiernas, como también lo es la tercera persona de la trinidad. Solamenteconocemos el carácter del Espíritu Santo si tenemos comunión con Él. En elantiguo testamento no vemos al Espíritu como una personalidad distintiva, y en elNuevo, Él mismo habla tanto de Cristo que podríamos perdernos la rica naturaleza de latercera persona de la Trinidad. ¿Como podemos conocer al Espíritu Santo? Solo tomamos conciencia de su carácter al comenzaruna vida de oración.
Entre todos los evangelios, aquel según San Juan es el que más referencias contiene sobreel Espíritu Santo. En el capitulo 14 se llama a éste el Espíritu de verdad y el Consolador.Es el Espíritu de verdad porque puede tomar las palabras de Cristo y revelar la profundidaddel significado de la Palabra, y el Consolador debido a que trae a nuestro corazón una pazque el mundo no puede dar, ya que éste solo conoce lo que es el resultado del cese de lashostilidades. Sin embargo, el Espíritu Santo trae paz sea cuales fueran las circunstancias.Por lo tanto, al aprender a andar en el Espíritu, empezamos a hacerlo en verdad y paz.Si la verdad no opera en nuestra vida, sino caminamos en la paz de Dios, lo másprobable es que no estemos en el Espíritu Santo.
La oración abre la puerta al Espíritu Santo
El Espíritu Santo puede bendecirle cuando lee las escrituras; dirigirle al testificar de Cristo; ungirle al predicar y enseñar la Palabra de Dios; pero si desea tener una comunión intima con Él, necesitausted orar. Comprendí por primera vez esta verdad al principio de mi ministerio; cuando trataba con ahínco de llevar gente a Cristo, pero sin muchos resultados. Un día cuando estaba orando, el Señor me habloal corazón, y me dijo: "¿Cuantas codornices hubiera cazado Israel de haber salido a cazarlasen el desierto?". "No muchas Señor" respondí. "¿Como fueron cazadas?" siguió preguntándo.Entonces comprendí que Dios había enviado el viento que trajo las codornices. El Señor estaba tratandode hacerme ver las diferencias ir tras las almas sin la estrategia del Espíritu, y el cooperar con éste.Luego me dijo algo que cambio completamente mi vida: "¡Debes llegar a conocer al Espíritu y trabajar con Él!".
Grande es el señor!!!Solo confia en él.
martes, 16 de marzo de 2010
El Espíritu Santo y la oración (1/2)
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