Son muchísimos los intentos que se han hecho a través de la historia por desacreditar la autenticidad de la Biblia-para despojarla de su autoridad y su poder. Muchos han abusado de las Escrituras, las han adulterado, las han torcido y las han relegado al nivel de todos los demás escritos religiosos del mundo, Las conclusiones que se han lanzado al público son que no existe tal cosa como inspiración divina, que no hay en la Biblia autoridad ni poder y que no se puede aceptar la existencia de absolutos o de normas universales de conducta. La gente ha dicho que la Biblia contiene un lenguaje noble, poesía muy bella y dichos muy sabios, pero no se cree que contenga un mensaje vivo y autoritativo de parte de Dios.
Sostenemos que la Biblia es el cauce por el cual Dios se comunica con la humanidad. Dios se reveló a sí mismo a través del mensaje comunicado por los profetas (Hebreos 1:1; 2 Pedro 1:21); El ha hablado por medio de las Escrituras (2 Timoteo 3:15-17); y finalmente Dios se comunicó con los hombres por medio de su Hijo (Hebreos 1:2).
En Juan capítulo 5, cuando los judíos rehusaron escuchar a Jesús, El mencionó a cuatro testigos de que es el Hijo de Dios. Primero, Juan el Bautista había dado testimonio acerca de Jesús. Luego se refirió a que los milagros que realizaba eran una prueba aun más contundente de que El había sido enviado de Dios. Por otra parte, Dios mismo había dado testimonio acerca de su Hijo. Finalmente, Jesús dijo: "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Juan 5:391.
Cuando los tesalonicenses escucharon la predicación del apóstol Pablo, sus oídos espirituales fueron abiertos y así pudieron saber que la Palabra de Dios daba testimonio de la realidad de nuestro Señor Jesucristo.
Exposición Bíblica
I. El poder de la Palabra de Dios (1 Tesalonicenses 2:13)
A. La palabra recibida
En el artículo primero de las declaraciones de Chicago sobre la ausencia de errores de la Biblia, en la sección titulada "Afirmaciones y negaciones" se establece lo siguiente:
"Nosotros afirmamos que las Sagradas Escrituras deben ser recibidas como la palabra autorizada de Dios.
"Negamos que las Escrituras reciban su autoridad de parte de la iglesia, la tradición o de cualquier otra fuente humana."
Se ha observado que uno de los mayores campos de batalla entre los evangélicos del día de hoy es el que tiene que ver con la autoridad de las Sagradas Escrituras.
Pregunta: ¿Por qué es que hay muchos personas que no quieren aceptar la autoridad de la Palabra de Dios?
Muchas personas se parecen a aquella tribu primitiva a la que los misioneros llevaron el mensaje del evangelio de Jesucristo. Para lograr que los nativos entendieran el mensaje que se les anunciaba, los misioneros dibujaron un cuadro en el cual se presentaba a un hombre que por haber aceptado a Cristo se encontraba en camino hacia el cielo. Por otra parte se mostraba cómo un hombre que había rechazado a Cristo se encontraba rumbo al infierno. El mensaje que presentaba dicho cuadro disgustó tanto a los nativos que optaron por quemarlo y así deshacerse de él.
De igual manera, la gente de hoy no está nada satisfecha con el mensaje que enseña la Biblia como la Palabra de Dios al hombre. Tampoco quieren los hombres de hoy aceptar las enseñanzas bíblicas como la norma infalible y autorizada de fe y conducta para la vida cristiana. Por eso es que esta gente se esfuerza por interpretar la Biblia a su manera a fin de que sus enseñanzas se adapten a sus filosofías humanas. Cuando el pueblo cristiano empieza a rechazar la autoridad de la Palabra de Dios se le está abriendo un camino ancho a Satanás para que introduzca en la iglesia falsas doctrinas por medio de las cuales él engaña fácilmente a los hombres (Efesios 4:14).
Pablo se expresa de una manera muy especial a favor de la actitud de los creyentes de Tesalónica. Una de las cosas por las que se sentía profundamente conmovido era que ellos no lo habían escuchado a él simplemente; los tesalonicenses habían escuchado la palabra autorizada de Dios a través del mensaje que el Señor había inspirado en el corazón de Pablo.
Pregunta: ¿Puede haber diferencias en la actitud con la que escuchemos un mensaje?
Hay mucha verdad en el dicho de que cuando un predicador está exponiendo un mensaje, realmente está predicando tres sermones en uno: (1) el sermón que él predica, (2) el sermón que cree qué predicó, y (3) el sermón que la gente escuchó. La gente escucha los sermones en la iglesia por distintas razones y con distintas actitudes. Algunas veces estas actitudes o motivaciones son negativas y dañinas. Puede ocurrir que la gente ponga más atención en el hombre que está predicando que en el mismo mensaje. A menos que los cristianos acudan a la presencia e Dios con el corazón abierto, el efecto del mensaje de la Palabra será de muy poco efecto y duración.
B. La palabra creída
En 1 Tesalonicenses 2:13 se da a entender que los oyentes de Pablo en Tesalónica recibieron el mensaje del evangelio de dos maneras: primero escucharon físicamente con sus oídos lo que Dios les decía por medio del apóstol. Luego recibieron en su corazón el mensaje de Dios y lo aceptaron con certidumbre de fe.
Pregunta: ¿Qué relación existe entre la fe y la Palabra de Dios?
Aquí vemos la interacción de la Palabra de Dios y la fe, porque "la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). Los tesalonicenses escucharon el mensaje. La fe fue estimulada en lo interno de sus corazones y entonces ellos aceptaron la Palabra como realmente es, como la poderosa verdad que Dios revela a los hombres por medio de su gracia salvadora.
Muchas personas aceptan la Biblia intelectualmente, pero se niegan a aceptarla espiritualmente. La Palabra de Dios actúa poderosamente sólo cuando se une a la fe en el corazón del oyente.
Enseñanza práctica
Pregunta: ¿Cómo recibe usted la Palabra de Dios?
Para poder recibir la Palabra de Dios, dicha Palabra tiene primeramente que ser escuchada. El hombre puede aceptar o rechazar el mensaje de Dios solamente cuando éste le ha sido presentado, ya sea a través de la lectura bíblica, por medio de un sermón, a través de un testimonio, o por medio de un repaso mental de algún pasaje aprendido de memoria anteriormente. ¿Con qué frecuencia y regularidad exponemos nuestro corazón a la Palabra de Dios? Esto basta para determinar cuál es la forma en que la recibimos cuando el mensaje nos es presentado. Es una experiencia común que cuando una persona descuida la lectura de la Palabra de Dios, su andar con el Señor también decae de manera notable. Esto lo notan los demás por medio de las actitudes y las acciones del creyente. Solamente cuando tratamos de mantener una estrecha relación con Dios por medio de su Palabra pueden manifestarse en nuestra vida la semejanza de Cristo y los valores de su gracia.
Los cristianos tesalonicenses recibieron el mensaje del evangelio como la Palabra de Dios. Ellos daban lugar a que la Palabra obrara en su vida de una manera práctica. Estos creyentes seguían el ejemplo del salmista cuando dijo: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti."
II. La oposición a la Palabra de Dios (1 Tesalonicenses 2:14-16).
A. La fe provoca oposición
Los tesalonicenses experimentaron oposición tanto de parte de sus amigos como de sus familiares inmediatamente después de que aceptaron a Cristo. Sin embargo, la persecución no fue algo que les sucediera a ellos solamente. Pablo también era perseguido por los de su país. Jesús fue crucificado por su propio pueblo. Todo lo que estaban sufriendo los hermanos de Tesalónica era algo que ya otros habían experimentado.
Pregunta: ¿Cuál es el resultado positivo de las persecuciones del cristiano?
Pablo, en su carta a los cristianos de Roma les dice que "la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romanos 5:3-5).
Cuando un creyente nuevo se enfrenta a la oposición de sus enemigos, sus amigos, y quizá hasta sus seres queridos, la experiencia le puede ser muy dura. Es en esa forma y en ese momento cuando él pasa por la primera prueba de su fe cristiana. Demos esperar tales experiencias antagónicas cuando decidimos recibir a Cristo en el corazón. No obstante, pase lo que pase, debemos permanecer firmes en el Señor y en postura que hemos adoptado por El, así como lo hicieron los creyentes de Tesalónica.
La persecución por la que pasaron los cristianos de Judea de parte de los judíos que se oponían a Cristo no fue un secreto para los demás creyentes. Esto era algo conocido por doquier. Por esa razón los creyentes de todo lugar, como los tesalonicenses, decidieron imitar a los valientes cristianos de Judea que se habían enfrentado a los ataques de sus conciudadanos. Su fe en Dios es algo que nosotros debemos imitar hoy. Nosotros estamos rodeados de gente que nos está observando día tras día. Ellos están al tanto de nuestras actitudes y de nuestra conducta. Nos observan en la casa, en el trabajo, en la calle, en todas partes. Les interesa darse cuenta de la forma en que vivimos y cómo nos enfrentamos a las circunstancias difíciles. Por eso es tan importante que en todo lo que hagamos o digamos manifestemos nuestra fe y mostremos a Cristo Jesús día tras día.
Enseñanza práctica
Pregunta: ¿En qué circunstancias necesitamos poner en práctica la Palabra de Dios?
¿Ha cerrado con violencia una puerta en un arrebato de ira? ¿A veces se ve usted tentado a gritarles a sus niños en la casa? ¿Ha estado usted a punto de explotar por alguna cosa que ya no puede soportar? ¿Siente usted a veces que a nadie le importa su vida y que nadie se preocupa por usted? ¿Se ha sentido a veces como que es "una carga" para los suyos? ¿Se siente aburrido e insatisfecho de la vida? ¿Ha pensado que alguien se está aprovechando de usted, o que lo bueno que usted hace no es considerado ni se le muestra aprecio por nada?
Todas estas circunstancias tienen algo en común. Son oportunidades para recibir con gozo la Palabra de Dios en nuestro corazón. Estos son momentos en que debemos poner en práctica lo que leemos en el salmo que dice: "Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca" (Salmo 84:1).
En todo momento y en cualquier circunstancia de nuestra vida podemos escuchar y poner en práctica las enseñanzas de la Palabra de nuestro Dios. Debemos ser siempre imitadores de los cristianos tesalonicenses, quienes recibieron "la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo" (1 Tesalonicenses 1:6).
B. La oposición produce juicio
En dos versículos (15, 16) señala el apóstol los errores y pecados de los judíos: ellos dieron muerte al Señor Jesús, y también lo habían hecho así con los profetas; habían perseguido a los cristianos; no trataban de agradar a Dios; eran unos obstinados opositores de todos los hombres; y manifestaban una actitud de prejuicio y exclusivismo en contra de los gentiles.
Los judíos buscaban la manera de hacer callar la predicación de Jesucristo, crucificándolo en el Calvario. También en nuestros tiempos ha habido algunos interesados y empeñados en destruir el mensaje de la cruz persiguiendo y asesinando a sus mensajeros.
La Iglesia ha caído muchas veces en el error de querer agradar a los hombres más que a Dios. A menudo lo que dicen los hombres recibe más atención e importancia que lo que dice Dios en su palabra.
La Iglesia, igual que como lo hicieron los ,judíos, se ha considerado como un pueblo escogido para disfrutar de privilegios más bien que para servir a Dios y a los hombres. La Iglesia ha buscado sus derechos pero ha ignorado sus responsabilidades. Cuando sucede esto nos oponemos a Dios.
Una de las peores manifestaciones de la incredulidad y de los prejuicios exclusivistas es el esfuerzo por frustrar la salvación de otros. Los enemigos de Pablo no sólo estaban en contra de su ministerio entre los judíos sino que también trataban de estorbar su trabajo entre los gentiles. Es de temerle a la religión que trata de separar a un hombre de sus conciudadanos. Si una persona ama en verdad a su Dios, tiene que amar también a sus semejantes.
Si alguien dice que anda en la luz pero aborrece a sus hermanos o a sus semejantes, su testimonio es nulo (1 Juan 2:9-11; 8:10). Los privilegios de la vida cristiana no son exclusivos. No han sido conferidos para retenerlos egoístamente, sino para que sean compartidos con los que tienen necesidades. Jesucristo mismo estableció ejemplo de esto cuando dijo: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45).
Pregunta: ¿Cuál fue el resultado de la conducta de los judíos?
Ellos rechazaron a su Mesías y lo crucificaron diciendo: "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos" (Mateo 27:25). Además habían rechazado el testimonio de los apóstoles y ahora estaban en contra de que se predicara el evangelio a los gentiles. Esta era ya la última gota, la cual había hecho que la copa rebosara.
La "ira hasta el extremo" que se dice en el versículo 16 que se derramó sobre ellos es el juicio o castigo de parte de Dios, que es lo que siempre se entiende por "ira" en la Biblia. Ahora los judíos estaban ya para experimentar el juicio de Dios sobre sus cabezas y sobre las de sus hijos. Podía decirse que el castigo era inmediato y futuro en lo referente a la inminente destrucción de Jerusalén y el futuro día del juicio.
La fe de los tesalonicenses no falló en el momento de la prueba. No debemos temer enfrentarnos a la oposición y la persecución de parte de nuestros enemigos. La desobediencia y el rechazo del evangelio, tarde o temprano les acarreará el juicio de Dios. Pero gracias a Dios que mientras los enemigos del evangelio están reservados para el juicio y el derramamiento de la ira de Dios (versículo 16) los santos que esperan fielmente a su Hijo serán librados por Jesús de esta ira venidera (1 Tesalonicenses 1:10)
III. El regocijo presente y futuro (1 Tesalonicenses 2:17-20).
A. En busca de comunión
El dicho "ojos que no ven, corazón que no siente" no halló lugar en el corazón de Pablo en cuanto a su amor por los creyentes de Tesalónica. El les aseguró que aunque estaban separados en el cuerpo, no lo estaban en cuanto al amor: "Separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro" (versículo 17).
Al describir la relación que mantenía con sus nuevos convertidos, Pablo les dice que los había sustentado y cuidado como lo hace una tierna y amorosa madre o "nodriza". Además de esto les hace ver que así como un padre instruye a sus hijos, él los había instruido en el Señor. hora se refería a su forzada separación como cuando los hijos quedan huérfanos; pero él esperaba que fuera "por un poco de tiempo" solamente.
Pregunta: ¿Cree usted que Pablo estaba satisfecho de encontrarse bien protegido en la ciudad de Corinto?
¿Ha recibido usted alguna vez noticias de que algún ser querido se encuentra pasando por momentos de gran dificultad? ¿Cómo se sintió al enterarse de ello? ¿No sentía deseos de dejar todo abandonado y correr para estar a su lado a fin de ayudar en algo? Si así fue entonces usted ya experimentó un poquito de lo que Pablo sufría en Corinto al saber de los tesalonicenses.
Sabemos de dos ocasiones en que Pablo intentó volver a ver a los tesalonicenses, pero las dos veces fue estorbado en sus planes. El dice claramente que fue Satanás quien se lo estorbó. En efecto, esa es la obra del diablo. El se empeña en poner siempre obstáculos en la senda del cristiano. Muchas veces estas piedras de tropiezo que el diablo pone aparecen en los momentos en que hay más deseos de socorrer a los necesitados.
Pregunta: ¿Cómo hizo Pablo para reconocer diferencia?
No se nos dice cómo hizo Pablo para detectar la diferencia entre la intervención de Dios en sus planes en Asia y los obstáculos de Satanás para que no fuera a Tesalónica. Sin embargo, podemos estar más que seguros que todo esto tenía que ver especialmente con el grado de comunión que él tenía con Dios. Jesús dijo en Juan 10:27: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen." Pablo mantenía sus oídos siempre sintonizados para oír la voz del buen Pastor. Además de ser sensible a la dirección del Espíritu Santo, Pablo también conocía muy bien las tácticas del enemigo.
Satanás hará toso lo que esté a su alcance para separar a los cristianos de la comunión con Dios, y también de la comunión con los demás hermanos. Nosotros debemos estar siempre conscientes de esto y tratar de edificarnos en nuestra "santísima fe, orando en el Espíritu Santo", (y conservándonos) "en el amor de Dios" (Judas 20, 21).
B. Mirando hacia el futuro
Una de las expresiones más tristes de la Biblia es la que se refiere a Joram, rey de Judá (2 Crónicas 21:20). Su reinado inicuo duró únicamente ocho breves años, después de los cuales dice la Biblia que "murió sin que lo desearan más". ¡Qué manera tan trágica de vivir y morir! Joram murió sin que lo desearan más, y a su muerte no hubo muestras de dolor.
Pregunta: ¿Estaba satisfecho Pablo con el hecho de ser salvo él solamente?
A juzgar por sus escritos es fácil comprender que Pablo estaba preocupado tanto por observar una vida fructífera en la obra del Señor en este mundo y poder participar de la vida eterna en el futuro. El no estaba satisfecho solamente con saber que era salvo e iba al cielo. Para él su estadía en el cielo sería mucho más agradable por la presencia de aquellos a quienes él había ayudado a encontrarse con el Señor.
Uno de los mayores gozos que se experimentarán en el cielo, después del privilegio de ver al Señor, será poder ver a los que recibieron el mensaje del evangelio por medio de nosotros, y a quienes hayamos ayudado a vivir para el Señor. Todo cristiano, sin excepción alguna, puede hablarle de Cristo a alguien de alguna manera.
Enseñanza práctica
Los cristianos tesalonicenses recibieron la Palabra de Dios con gozo, en medio de circunstancias difíciles. Ellos pusieron en práctica esta palabra y se convirtieron en ejemplo de todos los cristianos de su derredor. Este ejemplo sigue siendo de gran valor para todo cristiano.
Ya para cerrar las actividades de esta lección hágase énfasis en la actitud ejemplar de aquellos creyentes y el bien que haremos en imitarlos: Si oímos la Palabra de Dios procuremos recibirla con un corazón lleno de fe y obediencia para que este mensaje se traduzca en una vida de constante servicio a Dios para bien de los demás.
lunes, 4 de julio de 2011
La aceptación del evangelio
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