viernes, 22 de julio de 2011

Libre de prejuicios

Muchas iglesias tienen programas que incluyen visitar barrios para alcanzar a la gente que no asiste a la iglesia. Generalmente los miembros que participan visitan a barrios como los donde ellos viven. Muchos no se sentirían cómodos al hablarle a gente que es de un nivel social más alto o más bajo.

Hasta este punto en la historia de la Iglesia Primitiva, los creyentes en su mayoría eran judíos que nunca antes habían dado su testimonio a los gentiles. Sabían que Jesús les había dicho que el evangelio debía ser predicado en todo el mundo, pero hasta ahora, se habían quedado muy cómodos en su propio mundo. Antes de que la Iglesia pudiera llevar a cabo la Gran Comisión, sus miembros tenían que quedar libres de sus prejuicios y captar la visión del amor de Dios por todos.

Comentario Bíblico

1. El problema del prejuicio (Hechos 10:1-16 A. Una visita angelical)

Cornelio no era un judío convertido, pero se describe como un hombre generoso, piadoso, que temía a Dios. Al vivir entre el pueblo judío, él evidentemente se había convencido de que Dios es el Dios verdadero. Al vivir rectamente y tener una vida de oración, estaba haciendo todo lo posible para tener una relación con Dios. Cornelio era la clase de persona que se aprovechaba de toda la revelación de la luz espiritual que había en ese tiempo. A esta clase de persona el Espíritu Santo los dirige a donde hay más luz.

Hasta cierto punto Cornelio seguía el ejemplo de los judíos en cuanto a las actividades religiosas. Su tiempo para orar era a las 3 de la tarde, la misma hora del sacrificio judío de la tarde. Un día, cuando Cornelio estaba orando, vio a un ángel parado delante de él.

Pregunta: ¿Por qué les parece que el ángel no explicó el plan de salvación a Cornelio?

No lo hizo simplemente porque Dios nos ha dado a nosotros la responsabilidad de hacerlo. Ningún ángel ha tenido una experiencia de conversión. El deber de los ángeles era darle a Cornelio el nombre y la dirección del creyente que podía hablarle de cómo ser salvo. En este caso fue Pedro. Qué privilegio tienen los discípulos de Cristo de presentar el testimonio que los mismos ángeles no pueden dar.

B. Una visión rara

Pedro igualmente tenía que ser preparado para la reunión con Cometió. En casos como éstos. Dios siempre trabaja en aquellos que están para ser usados. Si Él da instrucciones a una persona para otro, El siempre lo confirmará en esa persona. Cornelio no perdió tiempo en enviar a dos de sus criados y a uno de sus soldados para traer a Pedro desde Jope. En Jope pronto se desarrollaría otro drama, uno que cambiaría la historia de la Iglesia Primitiva y del mundo.

Nadie estaba más orgulloso de su herencia judía que Pedro. Era un seguidor de Jesús, pero todavía retenía muchas de las enseñanzas de la ley y sus tradiciones. Sin embargo, Pedro era el mensajero que Dios usaría para abrir el camino de la fe a los gentiles.

Luego de levantar a Dorcas, Pedro "se quedó muchos días en Jope". (Hechos 9:43). Era el huésped de un curtidor, un trabajo que los judíos normalmente despreciaban por el contacto que la persona tenía con animales muertos. Tal vez el Señor ya estaba preparando a Pedro para que abandonara sus prejuicios.

Es importante notar que Dios habló a Cornelio y a Pedro mientras estaban orando. Sus experiencias enfatizan que Dios trata con cada persona de acuerdo con su necesidad. La visión de Cornelio le enseñó el camino hacia la salvación. La visión de Pedro trató con la eliminación de sus prejuicios.

Aparentemente Pedro necesitaba una revelación especial de parte de Dios para traer un cambio radical en cuanto a sus convicciones de toda una vida. Mientras oraba, de repente le dio mucha hambre ya que era casi el mediodía. Dios usó el hambre para preparar a Pedro para la visión.

Pregunta: ¿Qué significado tuvo el éxtasis de Pedro?

El éxtasis que tuvo Pedro en la azotea no es el mismo al que los ocultistas se refieren. La palabra griega también se traduce "espanto" (Marcos 5:42) y "asombro" (Hechos 3:10). Pedro estaba tan absorto en la visión que no se daba cuenta de lo que le rodeaba. Este éxtasis fue una visión de Dios, no de Satanás.

Mientras estaba bajo este éxtasis, Pedro vio una visión. Algo así como una enorme sábana llena de animales y aves que bajaba del cielo. Una voz le dijo: "Mata y come." La devoción de Pedro a las leyes judías en cuanto a los alimentos produjo una respuesta inmediata. El no podía comer nada común o inmundo. La palabra griega traducida "común" significa impuro. La voz le rearguyó con estas palabras: "Lo que Dios limpió, no lo llames tú común."

La escena se repitió dos veces más. Dios estaba enfatizando claramente lo que quería que Pedro hiciera.

II. Venciendo el prejuicio (Hechos 10:17-35)

A. Recibiendo a visitantes gentiles

Este pasaje es un ejemplo de cómo Dios dirige a su pueblo a adquirir entendimiento espiritual un paso a la vez. Aun después de la visión, Pedro no estaba completamente seguro de lo que el Señor le estaba enseñando. Sin embargo, en ese momento, los hombres enviados por Cornelio estaban a la puerta preguntando por él. El Espíritu Santo le habló a Pedro, informándole de la presencia de estos hombres. Ellos explicaron la experiencia de Cornelio y por qué habían venido.

Pregunta: ¿Da alguna indicación el versículo 23 de que el prejuicio de Pedro estaba deshaciéndose?

Pedro invitó a estos gentiles a quedarse la noche, algo que un judío nunca haría. Pero era demasiado tarde para regresar a Cesárea, así que esperaron hasta el día siguiente. Pedro sabiamente escogió a seis judíos para acompañarlo en su viaje (11:12), tal vez anticipando que alguna controversia podría producirse entre los líderes de la Iglesia por su misión a los gentiles.

B. Confesando prejuicios pasados Para su sorpresa, ¡una gran congregación le esperaba a Pedro en el hogar de Cornelio! Cornelio había reunido a su familia, sus criados, sus amigos más cercanos, y probablemente hasta algunos soldados. Esto muestra que Cornelio deseaba que otros escucharan las buenas nuevas que Pedro les contaría. El no quería ser el único que disfrutaría de la bendición de escuchar el plan de salvación.

Pregunta: ¿Por qué reaccionó Pedro de cierta manera ante la demostración de reverenda de parte de Cornelio?

Ya que el ángel de Dios le había dicho a Cornelio que enviara buscar a Pedro, él sintió que el apóstol era digno de tal reverencia. Sin embargo, Pedro rechazó este homenaje. No quería dar una mala impresión. Cornelio tenía que reconocer que Pedro era un humilde mensajero de Dios. Toda la atención de Cornelio debía dirigirse a Jesús, el Salvador y Señor.

Luego de entrar en la casa, Pedro se dirigió a los que estaban reunidos allí. Confesó abiertamente los prejuicios que había tenido. Ellos conocían las restricciones judías en cuanto a asociarse con los gentiles, tal como indica lo afirmado por Pedro (10:28). Estar en la misma casa con tales personas era repugnante para la mayoría de los judíos. Hasta ahora, Pedro había pensado igual.

Lo que Pedro acababa de comprender es un principio eterno. Cuando Dios limpia al individuo, éste ya no es una persona común, sea cual sea su raza, cultura o posición social. Esa persona es un hermano o una hermana de todos los que han sido limpiados por la sangre de Jesús.

Cornelio habló de su propia visión, repitiendo detalladamente lo que sus criados habían relatado anteriormente. Su humildad y sumisión a Dios se ven claramente en el versículo 33. Para parafrasear sus comentarios: "Pedro, estamos listos para escuchar todo lo que Dios te ha dado para decimos, así que comienza a hablar."

Lo primero que Pedro dijo era tal vez tanto para él mismo como para sus oyentes: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas." El reconoció que el Señor ama a la gente de todas las naciones. La Iglesia nunca deberá ser una institución exclusivista. La cruz ha derribado toda barrera. Dios ofrece salvación a "toda nación" (v. 35).

III. El Evangelio es para todos (Hechos 10:36-48)

A. Predicando a Cristo

El mensaje de Pedro fue inspirado por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo siempre se concentra en la verdad fundamental del evangelio, "Jesucristo; éste es Señor de todos" (v. 36).

El versículo 37 indica que estos gentiles estaban conscientes del mensaje del evangelio. También sugiere que ellos sabían del ministerio de Juan el Bautista. Oír de la predicación de Juan y el ministerio de Jesús debe haber conmovido el hambre espiritual en esta gente. Estos no comprendían el plan de salvación, pero el tema de la obra de Jesús no les era totalmente desconocido.

La referencia de Pedro a la unción de Jesús, nos recuerda cuando nuestro Señor leyó las palabras de Isaías en la sinagoga de Nazaret: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido" (Lucas 4:18). "Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia" (Lucas 3:22).

Mientras Jesús iba haciendo el bien, libraba a muchos de la esclavitud de Satanás. Pedro describió esta liberación como una obra de sanidad. Por cierto lo era, porque el pecado es la más mortal de todas las enfermedades. Pedro y muchos otros podían dar testimonio de los resultados positivos del ministerio de Jesús. Ellos habían visto sus milagros y actos de misericordia. Sobre todo, Pedro y más de quinientas personas habían presenciado la resurrección de Jesús. Los profetas del Antiguo Testamento también dieron testimonio de su venida y de su obra.

Pregunta: ¿Qué significado tienen las últimas palabras del mensaje de Pedro (lea el versículo 44): "Mientras aún hablaba Pedro estas palabras..."?

Lo dicho por Pedro en el versículo 48 resume el mensaje del evangelio: todos los que creen en Jesús recibirán remisión de pecados.

B. El derramamiento del Espíritu Santo

Las maneras en que Dios trata con las personas no siguen un estereotipo. El sermón de Pedro fue interrumpido cuando Cometió y los demás comenzaron a hablar en lenguas como los creyentes en el Día de Pentecostés. Si a Pedro le quedaban algunas dudas, pronto desaparecieron. Ya que Dios había dado el Espíritu a los gentiles, ¿cómo podían los creyentes judíos negarse a confraternizar con ellos? Pedro no perdió tiempo en bautizar a los nuevos conversos. La evidencia física inicial de hablar en otras lenguas era una prueba inequívoca para él y sus compañeros judíos de que los gentiles al igual que ellos habían recibido el Espíritu Santo.

Pregunta: Ya que la salvación debe preceder al bautismo en el Espíritu Santo, ¿cuándo fueron salvos estos gentiles?

Todas las experiencias de esta gente fueron diferentes al orden normal. Su bautismo en agua siguió a su bautismo en el Espíritu más bien que a la inversa. Sólo unos pocos segundos deben haber transcurrido entre su aceptación de Jesús como Salvador y el bautismo en el Espíritu. Dios conoce cada corazón y vio cuándo estos gentiles recibieron a Jesús.

Aplicación

Sabemos que Dios ama a todo el mundo y que Jesús murió por todos. Pero, ¿será que inconscientemente cerramos nuestro corazón a quienes son diferentes? Si los creyentes que habían estado con Jesús y lo vieron después de su resurrección tenían problemas con el prejuicio, no debemos pensar que nosotros no los tenemos. La salvación no quita automáticamente todas nuestras ideas del pasado. Es posible que desde nuestra niñez alguien nos haya llenado la cabeza con ideas acerca de ciertas personas que nos hagan aislarnos de ellas. Este era el caso con los judíos, aun con los que se convirtieron en discípulos de Jesús. Los prejuicios hacia los gentiles amenazaban el alcance evangelístico de la Iglesia Primitiva.

Podemos estar agradecidos porque una vez que el Señor le mostró a Pedro dónde estaba equivocado, éste pronto cambió su actitud, aun a riesgo de ser criticado por sus más íntimos amigos. ¿Puede el temor de lo que opinan otros hacer que no estemos dispuestos a alcanzar a todos con el evangelio?

Cuando Pedro quedó libre de sus prejuicios, debe de haber sentido que se deshacía de un gran peso. Quizá sea difícil reconocerlo, pero los prejuicios pueden ser una carga pesada. Si nos impiden testificar de Cristo, se vuelven un problema serio. Nuestro deseo es que Dios abra la puerta de nuestro corazón así como lo hizo con Pedro cuando éste reconoció que Dios ama a la gente de toda raza y cultura aun si es diferente a la nuestra. En nuestros barrios hay oportunidades para alcanzar a los que necesitan a Cristo aun si son diferentes.



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