viernes, 22 de julio de 2011

La Ley De Dios

Casi toda la generación de aquellos con quienes Dios había establecido su pacto en el Monte Horeb (Sinaí) había muerto. Como el líder espiritual de Israel, Moisés vio la necesidad de unidad espiritual en el grupo de fíeles por todas las generaciones. Cada generación subsiguiente de Israel necesitaría afirmar su lealtad y obediencia a Dios.

En Deuteronomio 5 Moisés reunió al pueblo de Israel. Moisés nuevamente debía recitar para los israelitas los mandatos escritos que ellos debían aprender, guardar y "ponerlos por obra" (v. 1). La lista de estatutos, los Diez Mandamientos, debería guiar a los israelitas en ser fieles a su Dios. Y así Israel seguiría siendo el pueblo de Dios.

COMENTARIO BÍBLICO

I. Se proclama la ley de Dios. Deuteronomio 5:1-6

A. El Dios del pacto

Prestar atención a la Palabra de Dios es un tema muy popular en el Nuevo Testamento. El verdadero miembro del Reino de Dios no sólo oye las palabras de Cristo, sino que las hace (Lucas 6:46-49). El ejemplo que Jesús usó de una casa puesta sobre una roca enseña que la obediencia no viene por los momentos en que uno siente cierta obligación por hacer algo. Más bien, debemos hacer la obediencia a los mandatos de Dios parte del fundamento de nuestra vida para poder sobrevivir las tormentas cuando vengan.

Pregunta: La obediencia a tos mandamientos de Dios ¿representa una carga o trae libertad a Su pueblo? ¿Por qué?

Los Diez Mandamientos fueron establecidos por Dios para dar más felicidad y libertad a Su pueblo. No se dieron con el fin de arruinar la vida de los israelitas. Más bien, se dieron para traer bendición. Ahora, al igual que aquella época mientras uno obedece Sus mandamientos. El se hace más real en su vida. Y, más se fortalece la fe de uno.

B. El Dios de amor

Dios no proclamó sus leyes a través de un poder impersonal. Deuteronomio 5:4 dice: "Cara a cara habló Jehová con vosotros." A pesar de que los israelitas temían lo que oían, y Moisés servía como mediador entre Dios y ellos para entregar sus mandamientos. Dios todavía cuidaba de ellos. El versículo 6 recuerda a Israel las obras que Dios había hecho a favor de ellos, obras sobresalientes que lo presentaron como un Dios lleno de amor.

Los israelitas podían recordar el tiempo cuando habían sido esclavos a la autoridad de Faraón. Ahora eran libres porque Dios los había librado. Ahora gozaban de una autoridad nueva, la de Dios. Esta nueva autoridad había obrado por amor, y por lo tanto, sus mandamientos reflejaban su amor.

Los Diez Mandamientos eran para los redimidos; no fueron diseñados para redimir a la gente. Estas leyes eran el fundamento para una relación dentro del pacto, porque conducían al pueblo a una relación saludable con Dios y con otros.

La liberación de Israel de Egipto por la mano poderosa de Dios fue el fundamento para el pacto. En el nacimiento de Cristo, Dios una vez más se manifestó como el Señor que tendría misericordia de la humanidad. Con esta segunda redención vino una nueva ética, una ética basada en la primera, pero una que reflejó la plenitud de la gracia de Dios.

Pregunta: ¿Cuánto más exige la "Ley" de Cristo en comparación con los Diez Mandamientos? ¿Por qué?

Como Pablo indicó en Gálatas 3:19-29, la Ley sirvió un propósito muy importante en conexión con la redención que Cristo trajo. La Ley sirvió de ayo, enseñándole a la humanidad que necesitaba redención, y mostrándole que nadie puede vivir una vida perfecta para Dios por sí mismo. Al aceptar a Cristo como nuestro Salvador, sabemos que podemos confiar en Él para que nos ayude a vivir para Dios. Lo que Cristo dice de la Ley nos hace ver la vida santa que debemos llevar, una santidad que sólo Él puede producir en nosotros.

II. Se demanda fidelidad. Deuteronomio 5:7-10

A. El Dios único

El primer mandamiento de Dios trata del asunto primordial de la relación del pacto: el pueblo era responsable de fidelidad hacia Dios. Una ejemplo clave de esta clase de fidelidad se ve en un matrimonio piadoso. Aunque no se menciona específicamente en este mandato, a través del Antiguo Testamento la relación entre Dios e Israel se compara a la relación entre el marido y su esposa.

El mandato de Dios al profeta Oseas de tomar por esposa a una ramera es el ejemplo más sobresaliente de esta metáfora. Aquí Dios condenó la infidelidad de Israel y anhelaba el día cuando Él podría decir: "Te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia" (Oseas 2:19).

Había la tremenda tentación para el pueblo de Israel de servir a otros dioses. Pero ellos no debían unir su lealtad a los dioses de Egipto o a los dioses de los cananeos. El mandato es final e indisputable: Dios no compartirá con otros dioses el amor de los que El ha redimido.

Este mandato no era una declaración teológica de las formas correctas para adorar a Dios. El mandato de servir a Dios exclusivamente afectaría cada aspecto de la vida de los israelitas. Ellos habían vivido muchos años como errantes en el desierto. Al entrar en Canaán, aprenderían un nuevo oficio: el cultivo de la tierra. Dios había suplido fielmente sus necesidades en el desierto, pero ¿seguiría siendo fiel en este nuevo lugar? Los cananeos creían que las buenas cosechas eran el resultado de la ayuda de los dioses de la fertilidad tanto como del trabajo duro del labrador. Los israelitas podían ser tentados a pedir ayuda a los mismos dioses falsos.

El futuro requeriría una dedicación aun más profunda de parte del pueblo de Dios. El mandato afectaría cada aspecto de sus vidas. ¿Podían confiar en Dios? Aunque la experiencia que les esperaba sería nueva, Dios ya había probado su fidelidad.

B. El Dios celoso

El segundo mandamiento es una continuación natural del primer mandamiento. Sólo Dios debe ser adorado. Es más, ningún objeto hecho por manos de hombres será adorado. Esto claramente prohibe la adoración a ídolos que son representantes de otros dioses. También elimina la posibilidad de hacer imágenes de Dios y luego adorarlo por medio de ellas. Este mandamiento representa a dos peligros posibles:

(1) Mientras buscan ser fieles a Dios, la gente podría adaptar estas formas e imágenes de las religiones de sus vecinos a su adoración para extraviarse y adorar a dioses falsos;

(2) al tratar de hacer tales imágenes para la adoración, la gente le pondría límites a los atributos de Dios de omnipresencia y omnipotencia. Cualquier intento de representar a Dios sería insuficiente y prohibido.

El peligro principal con las imágenes religiosas es que el objeto que sólo debe representar el objeto de adoración, se vuelva el objeto de la adoración. Con esta acción se rompe el pacto de fidelidad. Al ser traicionado, Dios no tiene otra opción que traer juicio.

Pregunta: ¿Qué nos dicen los versículos 9 y 10 acerca del papel que la familia juega en perpetuar la fe de generación a generación?

Una vez más se ve la importancia de la familia en el contexto de la adoración. Nadie puede funcionar a solas dentro de la comunidad de los fíeles. Todo lo que se hace afecta a otras personas de alguna manera. Cuando existe la infidelidad dentro del pacto, los hijos y nietos no son instruidos justamente. Como resultado, ellos también cometen los mismos pecados que sus padres y sigue el ciclo de la infidelidad y el juicio.

A cambio, los que son fíeles a Dios disfrutan del favor y la misericordia del Señor. Aunque no se dice específicamente aquí, la implicación es que en los hogares donde existe la verdadera adoración, la fidelidad a Dios se aprende y se pasa de generación a generación.

III. Se requiere reverencia. Deuteronomio 5:11-15

A. El nombre santo de Dios

Pregunta: ¿De qué otras formas, además de maldecir, se puede tomar el nombre de Dios en vano?

Mientras que tomar el nombre de Dios en vano por cierto incluye maldecir, también incluye cualquier otro intento de usar su nombre para fines egoístas.

El tercer mandamiento también prohíbe que la gente manipule a Dios según sus antojos. Era una creencia común en el medio Oriente de antaño que el nombre de un dios tuviera.poder. De esta manera, cualquier persona que usara el nombre de su dios en particular tenía acceso a su poder (véase Números 22-24).

Dios no permitiría que el pueblo de Israel usara su nombre de manera egoísta. Esto pervertiría la misericordiosa revelación de su nombre. Uno de los elementos primordiales del pacto con Dios es la exención de toda manipulación. Dios no manipuló al pueblo a que le sirviera, y ellos no debían manipularlo a Él para servir sus propios intereses egoístas.

B. El Dios de descanso

Nuestro entendimiento del cuarto mandamiento está ligado directamente al versículo 15. Este versículo atribuye al éxodo la razón principal para el mandamiento. Refleja la nueva ética que Dios reveló al sacar al pueblo de Egipto. A diferencia de los dioses de los egipcios. Dios es el Dios de los humildes y los oprimidos.

En el versículo 15, la frase "acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto" es parte de las instrucciones en cuanto al cuidado y trato de los pobres, los extranjeros, las viudas, y cualquiera que no podía cuidar de sí mismo. En cada caso, la frase le recordaba al pueblo que la base de la Ley es la compasión y el amor de Dios. La comunidad de los fieles debe exhibir la misma compasión.

La celebración del día de reposo era para proteger a los débiles y vulnerables de la opresión de sus patrones o amos. También debía ser un día de descanso físico, mental y espiritual.

Desafortunadamente, en un mundo cuya religión es acumular riquezas, muchos de los cristianos tampoco son fieles en guardar el día de reposo. A veces creemos que el mucho trabajo es mejor que hacer nada. Pero ésta no es la intención de Dios para nuestra vida. La consecuencia de tal filosofía es que hemos producido una generación de adictos al trabajo. Para aprovechar al máximo nuestros dones y talentos, debemos aprender la disciplina del reposo.

Pregunta: ¿Hay indicaciones en su vida de que ha descuidado la disciplina del reposo? ¿Qué ocurre si ignora estas señales de advertencia?

Aplicación

Muchas personas creen que los Diez Mandamientos son una lista de órdenes con el fin de poner límites ala libertad personal. Pero estos mandamientos no son para ponerle límites a ninguno; son para sacar de la esclavitud del pecado al que cree en Dios. Dios ha llamado a la comunidad de los fieles a salir de la esclavitud del pecado para conocerle más íntimamente a Él. Al obedecer estos mandatos divinos, conoceremos la libertad que viene por tener comunión con Dios.

Los Diez Mandamientos reflejan los principios básicos de cómo hemos de relacionamos con Dios y con los demás. Los cuatro mandamientos que hemos estudiado en esta lección son el fundamento de los seis mandamientos que siguen y de los principios de conducta más detallallados que encontramos en las Escrituras. Cada mandamiento de alguna manera u otra refleja la persona de Dios. A medida que aprendamos cómo relacionamos más acertadamente con nuestro Padre Celestial, Él nos guiará en las otras áreas de la vida. Debemos reafirmar nuestro compromiso con Dios y proponernos a vivir según las leyes que El ha establecido. Para mantener este compromiso en pie, tenemos que guardamos contra las influencias que buscan apartamos de Él.

Examine su vida para ver si existe algo que puede interrumpir su vida en la fe. Tales interrupciones no tienen que ser pecados necesariamente. Hasta los "buenos" planes o costumbres pueden afectar nuestra relación con Dios si se les da demasiada importancia. Permita que Dios obre en su vida, acercándose más a Él. Permita que el Espíritu Santo de Dios le recuerde la prioridad que El debe tomar en todo lo que hace.



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