viernes, 22 de julio de 2011

Albores de la historia

Cuál es la diferencia entre "teoría" y "realidad"? La "teoría" tiene que ver con hipótesis y especulación; la "realidad" tiene que ver con la verdad.

La extendida aceptación de la evolución en nuestra época parece haber hecho indistintas las definiciones de estos términos. Lo que muchos educadores y científicos afirman como un hecho —la evolución— es en realidad una teoría. Incluso Carlos Darwin, el padre de la evolución, reconoció que sus ideas eran sólo una teoría. En realidad, se ha dicho que, en los últimos años de su vida, Carlos Darwin se hizo cristiano y aceptó el relato de la creación bíblica.

Los creyentes tienen más que palabras y definiciones de que depender para formar creencias acerca de la creación. Tenemos la Biblia, la Palabra de Dios. Nada más tenemos que leer Génesis para descubrir cómo comenzó la vida. Compárese el relato de Génesis con lo que pueden probar los científicos en cuanto a la creación, y es evidente que la Biblia nos da la verdad, no una teoría.

Esta lección examina el relato de la creación de Génesis. Este relato responde a las preguntas del hombre acerca del origen y del sentido de la vida.

Comentario Bíblico

I. La palabra creadora de Dios (Génesis 1:1)

A. Creador de la vida

Pregunta: ¿De dónde vino la raza humana?

Esta pregunta ha invitado a reflexionar a la humanidad a través de los siglos. Los partidarios de la evolución responden a esa pregunta con teorías acerca de la "selección natural" y la evolución progresiva de los seres vivientes. Sin embargo, con toda su especulación, no tienen una explicación adecuada para el principio exacto de todas las cosas. Hablan de imprecisas formas de vida primitiva, pero no pueden explicar lo que hizo que esas formas sean el punto de partida de la evolución. En el mejor de los casos, sólo pueden proponer teorías adicionales, como la teoría de "la gran explosión", para explicar la creación.

Pregunta: ¿Por qué es Génesis 1 un fundamento sólido para explicar el punto de partida de la creación?

Génesis 1:1 presenta una explicación mucho más precisa acerca de cómo comenzó a existir nuestro mundo. Las primeras cinco palabras de la Biblia "En el principio creó Dios" presentan una clara explicación del origen de este mundo. Sólo tenemos que leer Génesis 1:1 para encontrar al Creador. Dios es eterno; Él ha existido siempre, y siempre existirá.

Pregunta: ¿Qué mejor explicación de la creación podemos hallar que la de un Creador que no tiene principio ni fin?

La teoría de la evolución palidece comparada con la sencilla explicación bíblica del origen de la creación: "Creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1).

B. Las obras creadoras de Dios

Según la teoría de la evolución, la vida se desarrolló lentamente durante siglos mediante un proceso que Darwin llamó "selección natural". Durante el transcurso de los siglos, los animales abandonaron las características que no daban resultado en su ambiente. Las serpientes que comenzaron a arrastrarse en vez de caminar, por ejemplo, con el tiempo tuvieron descendientes sin patas. Según la evolución, fue ese proceso el que dio por resultado los reptiles sin patas de la actualidad.

Pero ¿dónde comenzó todo ese proceso? Los que abrazan la evolución pueden proponer teorías o hablar del "enigma" de la vida, pero en definitiva no saben cómo explicar el origen de la vida.

Pregunta: ¿En qué se diferencia el relato bíblico de la creación del relato de la evolución?

Compare las enseñanzas de la evolución con el relato de la creación de Génesis y surge un panorama distinto. Según la Biblia, todo tiene su origen en Dios. Génesis 1:2 describe una tierra "desordenada y vacía". El mundo estaba vacío y oscuro, esperando que se le llenara. La única vida presente en los primeros instantes de la creación era Dios, que se movía sobre su creación por medio de su Espíritu.

La siguiente obra creadora de Dios fue disipar las tinieblas [v. 3). Dios vio que su primer acto creador fue bueno, perfectamente idóneo para sus propósitos. La luz beneficiaría a todo lo que Dios creara. Entonces Dios "separó la luz y las tinieblas", creando así el primer día (vv. 4,5).

Los versículos 2-5 contradicen la explicación propuesta por la mayoría de los evolucionistas para el origen del universo: la teoría de "la gran explosión".

Esta teoría no atribuye la creación a Dios y su palabra creadora, sino a una explosión de lo que algunos llaman una "masa primitiva". Su explicación no aclara dónde se originó esa masa.

La persona que acepta el relato de la creación de Génesis no ve ningún misterio, ni enigma ni teoría en los albores de la historia. La historia bíblica da respuestas que eluden quienes aceptan la teoría evolucionista. Dios habló, y por su palabra llegó a existir el universo. Ese universo, que incluye la tierra en que vivimos es creación suya.

II. Dios crea a los seres humanos (Génesis 1:26,27).

A. Hecho a la imagen de Dios

La teoría de la evolución presenta al mono como el antepasado del hombre. Según el evolucionista, las manos, los pies, un cerebro más grande y los rasgos faciales del hombre sugieren un vínculo evidente con los gorilas y los monos. Los evolucionistas especulan que un animal con semejanza de mono, ya sea que viviera en los árboles o en el suelo hace millones de años, también andaba erguido.

Varios millones de años después, dicen los evolucionistas, aparecieron los bípedos. Esos animales caminaban erguidos, pero tenían los rasgos faciales de los monos. Con el tiempo, dicen algunos evolucionistas, esos animales que andaban erguidos desarrollaron herramientas de piedra.

Esos animales evolucionaron hasta convertirse en "el hombre mono" que, según creen los evolucionistas, anduvo por la tierra durante más de cien mil años. Estas especies descubrieron el fuego y aprendieron a cocinar los alimentos. Los evolucionistas afirman que esos animales tenían una apariencia más humana que sus predecesores.

A través de los siglos "el hombre mono" evolucionó hasta llegar a ser el hombre de neandertal. Dibujos de lo que consideran los evolucionistas que parecía ese animal lo muestran erguido como el hombre, pero con la apariencia ignorante de un mono. Algunos evolucionistas enseñan que la etapa siguiente en el desarrollo evolutivo fue una forma primitiva de seres humanos. En opinión de los evolucionistas, esos seres vivientes fueron nuestros antepasados directos.

Pero Génesis 1:26,27 presenta una descripción totalmente distinta del origen del hombre. El relato bíblico de la creación habla de días no de siglos. No hubo proceso evolutivo alguno, sino que más bien el hombre fue creado a "semejanza" de Dios (v. 26), y siempre se distinguió de los animales que ocupaban la tierra con él.

Pregunta: ¿De qué manera fue creado el hombre a semejanza de Dios?

El versículo 26 no deifica al hombre, sino que lo presenta como creado a la "imagen" de Dios. Se puede ver la semejanza del hombre con Dios en sus atributos: su carácter íntimo y su capacidad para conocer directamente a Dios. Eso separa por completo a la raza humana de los mamíferos, que los evolucionistas están convencidos de que evolucionaron hasta convertirse en seres humanos.

Tres veces en Génesis 1:27 Moisés empleó la palabra "creó". El concepto de un proceso evolutivo que abarca millones de años está sencillamente ausente del relato bíblico de la creación. También están ausentes las explicaciones imprecisas de cómo ocurrieron los cambios evolutivos. El relato de Génesis nos presenta no como primos del mono, sino como seres extraordinarios creados a la imagen de Dios.

B. Bendecido con una compañera

Pregunta: ¿Cómo refuta el relato bíblico de la creación de Adán y Eva las enseñanzas de la evolución?

Los pormenores de la creación del hombre están en conflicto con las enseñanzas de la evolución. En vez de nuestra evolución, Génesis 2:7 describe al hombre como creado directamente por Dios.

La palabra traducida "creó" describe la obra de un artista. El primer hombre no fue resultado de millones de años de evolución, sino la obra perfecta de Dios. El hombre no es el resultado de la selección natural sino que es la obra maestra de Dios.

La diferencia entre el hombre y los monos es también evidente en la compañera que Dios le dio a Adán. Se le describe en el versículo 18 como "ayuda idónea para él". Eva convenía a las necesidades de Adán, y Adán a las de ella. Lo que le-faltaba a uno lo tenía el otro.

Se describe más esa relación entre esposo y esposa en 2:21-25. Además, la evolución no es parte de ese proceso. La mujer, como el hombre, fue la creación de Dios (vv. 21,22). El hombre reconoció a su compañera en términos afectuosos (v. 23). Se describe la relación producida por su unión en que un hombre deja a sus padres para unirse con su esposa (v. 24). Esa nueva pareja se siente cómoda y feliz en su nueva unión (v. 25).

Esto se diferencia mucho de los animales de los que dicen los evolucionistas que evolucionamos nosotros. El apareamiento entre los animales es cuestión de instinto. Aun entre los animales que hacen pareja para toda la vida, el apareamiento sigue siendo sólo cuestión de instinto. Sin embargo, para la mayoría de los animales cada nueva temporada de apareamiento significa un nuevo compañero. La inmensa mayoría de los animales se aparean con muchos de su especie durante su vida.

De toda la creación, el hombre y la mujer son excepcionales. Nuestra característica excepcional no es resultado de la evolución sino de la creación. Somos creados por Dios para que tengamos comunión con Él.

III. Dios establece la elección moral (Génesis 2:8,9).

A. Seres de elección moral

Pregunta: ¿En qué se diferencian los animales y las personas respecto a la elección moral?

Otra gran diferencia entre el hombre y los animales, de los que presuntamente evolucionó, puede encontrarse en la esfera de la elección moral. Los animales no se enfrentan a elecciones ni a dilemas morales. Guiados por el instinto, matan para sobrevivir. Un animal más débil se convierte en presa de uno más fuerte. El apareamiento no es otra cosa que una forma de satisfacer las necesidades del instinto y mantener viva las especies.

Pero eso no es así con los seres humanos. Si un hombre mata, eso es homicidio. El homicidio viola la ley de Dios. Si no se le ha endurecido la conciencia, el homicida se sentirá culpable. A diferencia de los animales, no ha satisfecho sencillamente un instinto; ha cometido una transgresión moral y se le debe castigar por su delito.

Si uno se deja dominar por los impulsos sexuales y tiene varias relaciones ilícitas, corre muchísimos riesgos, como las enfermedades venéreas. A diferencia de los animales que se aparean por instinto, las personas son seres morales. Los animales no buscan ayuda psicológica o espiritual para resolver el problema de la culpa, pero muchísimos seres humanos, que han violado las leyes de Dios y del hombre, buscan ayuda para resolver su culpa.

La razón del carácter moral en el género humano no está en su crianza sino en su creación. Desde el principio, Dios separó a los seres humanos de los animales al crear seres vivientes de elección moral.

Dios puso a Adán en un huerto frondoso lleno de árboles fructíferos que le proporcionaban alimento (Génesis 2:8,9). Pero el alimento no era su único propósito; el huerto se volvió el sitió de la prueba moral de Adán.

B. Un árbol y una elección

Dios hizo provisiones afectuosas para Adán. Dios le dio a Adán trabajo para que ocupara su tiempo (Génesis 2:15), le suministró alimentos en abundancia (v. 16), pero también le dio límites morales (v. 17). Y Dios estableció las consecuencias por violar esos limites: la muerte (v.17).

Observe la libertad que Dios le dio a Adán. Podía trabajar, comer y tomar decisiones éticas. Y a diferencia de los animales que lo rodeaban en el huerto, el hombre tenía una obligación moral.

Aun el trabajo que Dios le dio a Adán tenía matices morales. No estaba en el huerto por casualidad; Dios lo puso allí. El trabajo que Adán realizó en el huerto fue servir a Dios.

Entre los árboles del huerto había dos muy importantes: "el árbol de vida" ...y "el árbol de la ciencia del bien y del mal" (v9).La mayor prueba moral para Adán y Eva vino mediante el árbol de la ciencia del bien y del mal. Adán y Eva se enfrentaron a una elección moral. Dios había prohibido específicamente que comieran de ese árbol. Comer del fruto del árbol implicaba una decisión de desobediencia a Dios; el no comer era obediencia a Dios

Pregunta: ¿A qué elecciones morales nos enfrentamos hoy?

En la actualidad, siglos después del Edén, seguimos enfrentándonos a elecciones morales. Algunas son relativamente insignificantes, pero tienen su aspecto moral. Algunas elecciones son más serias; el resultado puede ser un asunto de vida o muerte como la decisión a que se enfrentaron Adán y Eva.

A diferencia de otros primates, somos los únicos con capacidad para tomar decisiones éticas. De igual manera, somos los únicos a quienes se les pide cuenta por sus decisiones éticas.

Pregunta: ¿De dónde viene el carácter moral del género humano?

La respuesta es sencilla: los seres humanos no evolucionaron. Dios los creó como la corona de su creación. Dios también puso en nosotros la capacidad de distinguir entre el bien y el mal y la libertad moral para tomar esa decisión. A diferencia de los animales, vivimos en un campo moral. Sólo nosotros tenemos la capacidad de confiar en algo distinto de los instintos inmanentes para tomar nuestras decisiones; tenemos un sentido de moralidad reflejo directo del que nos hizo.

Aplicación

Tenemos que recordar que la evolución es una teoría. No es realidad sino suposición. La Biblia, por otra parte, tiene evidencia histórica que prueba su validez, además de la prueba hallada en las innumerables vidas transformadas por su enseñanza. Como la Biblia es verdadera, podemos confiar en su explicación del origen de la vida.

Un defecto importante en la teoría de la evolución es su falta de una explicación creíble respecto al propósito del género humano. Por contraste, por qué estamos aquí y qué nos sucede cuando morimos se responden con toda claridad en las páginas de la Biblia.

No somos el resultado sin sentido de la evolución, sino la obra de las manos de Dios. Y Dios nos creó para que le diéramos gloria. Pero sólo podemos darle gloria a Dios teniendo una relación personal con Él. Las personas, por mucho que se esfuercen, no pueden tener una relación con Dios con sus propios esfuerzos. Pero Dios nos ha dado un medio para tener una relación con Él por medio de su Hijo Jesucristo.



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