martes, 22 de marzo de 2011

¡Misericordia quiero!

Una palabra del Señor nos ha guiado el libro del profeta Oseas, específicamente al capítulo 2. Allí nos encontramos con una historia literal, ocurrida hace una determinada cantidad de años en un determinado sitio geográfico. Si la Biblia es un libro de historia religiosa, será válido estudiar este texto desde el plano geográfico e histórico, pero no habrá necesidad de mantenerlo después. ¿Para qué nos podría servir un pasaje determinado de la Biblia si, una vez estudiado y analizado, nos arroja conclusiones concretas? Pero resulta que la misma Biblia nos dice que TODA la Escritura es apta para enseñar, redargüir e instruir en justicia. Entonces, mucho me temo que este capítulo de Oseas no está en la Biblia para ser estudiado geográfica o históricamente, sino para extraer de él, al igual que todo el resto de la Palabra, sus depósitos espirituales por revelación del Espíritu Santo.

(Oseas 2: 2)= Contended con vuestra madre, contended; porque ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos;

En lo literal, aquí, Dios llama a los individuos que forman la nación para que clamen por justicia, como los hijos cuyo hogar se ha roto por causa del adulterio. Dice: “Ella no es mi mujer”, porque sus acciones adúlteras han roto su relación matrimonial. Ojo, esto no es fruto de una mente liberal, es concreta opinión de Dios a tener muy en cuenta, antes de abrir juicios apresurados, contundentes y legalistas ante casos de divorcio. Muchos creen ver, en el divorcio, un pecado más grande que el de la blasfemia al Espíritu Santo. En los originales, en la última parte, dice: Que se quite del rostro el maquillaje de prostituta, y de entre los pechos los adornos de ramera.

Pero, teniendo en cuenta que todo lo natural tiene expresión espiritual para los hijos de Dios y, teniendo en cuenta que esto se escribió para ese pueblo, la expresión trascenderá inevitablemente a un simple consejo matrimonial y, en realidad, es Dios que está hablando claramente a los hijos de la madre, que es la iglesia, con la cual dice que deben contender, pedirle cuentas, porque tal como se está comportando, él no puede considerarla su esposa. Se ha prostituido y está en adulterio, que es entregarse a otro hombre engañando y siendo infiel al esposo natural.

(3) No sea que yo la despose y desnude, la ponga como el día en que nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la mate de sed.

Aquí queda muy evidente que, cuando la iglesia es despojada, y todas sus vergüenzas quedan al descubierto; cuando se produce en ella una regresión hacia lo primitivo y se queda seca, sin palabra, sin manifestación ni presencia de Dios, cuando todo se hace según la carnalidad de sus dirigentes (eso es tierra seca) y cuando los hijos, las ovejas, los miembros viven con permanente sed de Dios, antes de reprender un ataque del diablo, hay que reflexionar un momento sobre si no habrá motivaciones para que por allí sea Dios quien la sacuda, ya que aquí dice: Yo la despojé, no que permite que Satanás lo haga. Satanás jamás prevalecerá contra la iglesia. Dice que las puertas del Hades no prevalecen contra ella. Pero habla de la iglesia, eh? No de un montón de gente que dispone hacerse llamar así. Dios es quien conmueve y remueve lo conmovible y removible.

(4) Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución.

¿Quiere usted algo más desvalido, discriminado, agredido, vituperado y marginado que el hijo de una prostituta? Imagínelo en la escuela, con sus amigos, crueles en su niñez frontal, atacándolo cada vez que se pelean con la vida de su mamá. Dios dice: misericordia. Pero no habla de seres humanos, habla de hijos de una iglesia que ejerce la prostitución. ¿Y qué es la prostitución? Si hemos de tomar a una mujer que la ejerce, para encontrar el símbolo que tiene relación con esa iglesia, deberemos tomar nota de diez características de una prostituta que hablan por sí solas: 1)= No se compromete con nada y con nadie. 2)= No ama, sólo simula amar. 3)= Se vende por cosas materiales, dinero por ejemplo. 4)= Es calculadora y manipuladora. 5)= No pertenece a nadie, sólo a sí misma. 6)= Está dispuesta a cualquier cosa con tal de no perder sus beneficios o privilegios. 7)= Se ocupa exclusivamente de su aspecto exterior. 8)= Finge una alegría que no tiene. 9)= Cree que todas las demás son iguales. 10)= No cree en nada y en nadie, sólo en lo que es capaz de hacer ella misma. ¿Ha visto usted alguna iglesia funcionando con estos principios? No se sienta mal ni piense que hay irreverencia; piense que Dios, además de amor, también es justicia y, la justicia divina, tiene claros y oscuros. Claros cuando el hombre favorece al reino de Dios y oscuros cuando se le opone. Pero jamás deja de actuar y jamás deja de ser justicia.

(5) Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida.

Dice en el original que esa madre que se prostituyó es “una sinvergüenza” que no vacila en irse detrás de sus amantes. ¿Qué es un amante, en términos espirituales? Alguien ocasional, que no pertenece a la familia. Un extraño que busca agradar. Alguien entretenido, divertido y captador de las emociones ajenas. Una doctrina humanista, por ejemplo, que esgrime principios útiles para producir agrado en la sociedad y captar las emociones de los que sin saberlo viven por el alma. Que hace ver como que todo se está haciendo bien, que los que tienen que arrepentirse son sólo los muy malos que están allí afuera de los templos. Un engaño satánico que adormece y anestesia a la iglesia llevándola a una soberbia estructural que la lleva cada vez más lejos del propósito de Dios. Dice que esos amantes le dan pan: Un alimento falso; agua, que es una vida ficticia; lana y lino, que es una presencia externa figurativa y simulada; aceite, que es una unción espúrea que no viene de Dios y bebida, vino, que habla de una falsa revelación, que hace errar el camino y el blanco: Pecado.

(6) Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su camino, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos.

Es evidente que Dios despliega su misericordia mientras trata, por todos los medios, de retener a ese pueblo junto a sí. Es curioso esto, porque todos nosotros nos hemos convencido que, cuando tenemos un contratiempo que nos impide conseguir lo que deseamos (y digo lo que “deseamos”, no lo que “necesitamos”), comenzamos a batallar contra Satanás diablo inmundo que me estás atacando.

Obvio es que Satanás y sus demonios van a atacar ferozmente a todos aquellos hijos de Dios que comprometen su poder mediante su santidad, su obediencia, su alabanza, su adoración y su oración, y que en razón de ello se libra una tremenda batalla. Pero atención: es ingenuo suponer por nuestra parte que vamos a ser blancos de importantísimos ataques del enemigo sólo por el hecho de ir cada domingo a sentarnos en un banco a oír un sermón, eh?. Satanás odia toda la creación de dios, es verdad, pero no gasta demasiada munición en gente que no lo molesta demasiado y que sólo es creyente en lo nominal.

Sin embargo, y cuando las cosas no andan como Dios quiere, esta palabra dice que, por amor, misericordia y deseo de restauración, es Dios el que rodea de espinos nuestros caminos, nos pone un cerco alrededor para que no encontremos nuestros caminos. En el libro de Job 3:23, esto está muy claro: ¿Por qué se da vida al hombre que no sabe por donde ha de ir, y a quien Dios ha encerrado?

(7) Seguirá a sus amantes, y no los alcanzará; los buscará y no los hallará. Entonces dirá: iré y me volveré a mi primer marido; porque mejor me iba entonces que ahora...

En lo literal, esto se refiere a Israel. En la tipología, tiene que ver decididamente con la iglesia, pero tiene vinculación, referencia y comprobación en la vida cotidiana de las personas. Hay muchos casos en que una mujer (por seguir con la misma figura), deslumbrada por la atracción y la seducción de un hombre joven y aparentemente codiciable, no ha vacilado en abandonar a un marido fiel, que la ama, (e incluso en muchos casos también a sus hijos), para correr “con ardor”, dice en los originales, a los brazos de este superhombre que va a darle una felicidad desconocida y completa que ella se merece. Meses después, muchas de estas mujeres han regresado a sus hogares humilladas, heridas, lastimadas y envilecidas, en búsqueda de su anterior marido con el cual, pese a todo, “le iba mucho mejor”. La iglesia, mi estimado hermano, ha cometido muchas veces pecado de adulterio y, en otras tantas, ha terminado haciendo lo mismo que la mujer del ejemplo.

(8) Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal.

Primero, por si hay alguien que todavía lo ignora, habrá que aclarar quién es Baal. La palabra Ba’al, y significa literalmente “señor” o “amo”. También quiere decir poseedor, esposo o una persona que obtiene algo. Algunas veces los israelitas se contaminaron con el culto a una falsa deidad que los cananeos llamaban Baal. Como quedó dicho, Ba’al, también era la palabra común para “esposo” o “amo” y se utilizaba a través del Antiguo Testamento para designar a los maridos o a los dueños de alguna propiedad. Ahora, debido a que se empleaba para referirse a las deidades cananeas y a que implicaba una posesión más que una relación, Dios se disoció, se distanció del término Ba’al y pidió que se le llamara ISHI, que quiere decir: “Mi esposo”.

Ahora bien: dice que la iglesia no se dio cuenta que era Dios mismo quien le proporcionaba el alimento espiritual, la revelación de la palabra y la unción del Espíritu, y eligió suponer que eso era mérito de algunos hombres “especiales” o jerarquías nominales a las cuales le daba, puntualmente, toda la plata y el oro, (los bienes, las ofrendas), que Dios le había multiplicado. ¿Qué quiere decir esto?

Quiere decir que debo hacerle una pregunta: ¿Adónde lleva usted sus diezmos? ¿Adónde invierte con su ofrenda? Es muy simple. El final de Deuteronomio 16:16 dice que Ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías, y el principio de Malaquías 3:10, dice: Traed los diezmos al alfolí; y haya alimento en mi casa. Entonces, a mi pregunta, usted, seguramente, me responde: ¿Cómo que adónde llevo mis diezmos y mis ofrendas? ¡A mi iglesia, como debe ser! Y sí, claro, así debe ser, así nos enseñaron que es y así es lo correcto. Ahora: pregunto: ¿En su iglesia hay presencia de Dios?¿Se mueve el Espíritu Santo con libertad?

Porque dice que nadie se presentará con las manos vacías delante de Jehová. Pero eso no significa de ninguna manera que por una especie de decreto-rutina Dios está presente en cada templo que se dice cristiano. Entonces, si hay presencia de Dios y poder del Espíritu Santo en ese lugar, ni se atreva a presentarse sin ofrenda. Ahora, si no lo hay... eso es otra cosa.

Con respecto a Malaquías y sus diezmos, el tema es similar. El verso de Malaquías tiene dos fases: la primera es para el pueblo: Traed los diezmos al alfolí; la segunda para los líderes: Y haya alimento en mi casa. Esto significa que nuestros diezmos tienen que ser llevados a nuestro alfolí. ¿Y qué es un alfolí? Un alfolí es un granero, un lugar donde guarda usted sus alimentos, la alacena de la cocina, la despensita del fondo, hasta el freezer si quieres. Allí va su diezmo. Pregunto: ¿Diezma? ¡Bárbaro! ¡Así me gusta! Porque ya no es por ley, ahora es por promesa. Porque la ley fue, pero la promesa queda. ¿Adónde diezma? ¿Hay alimento espiritual, allí? ¿Sí? Está correcto con Dios. ¿No lo hay? ¿Y entonces de qué se alimenta? ¿Adónde se alimenta? Mire: donde quiera que sea que se alimenta, ese es su alfolí. ¡Pero a mí me enseñaron que tengo que traerlo a mi iglesia! Naturalmente. Porque se supone que es allí donde usted se alimenta espiritualmente. En ese caso ni se discute. Es lo que Dios dispone para mantener a sus ministerios ungidos. Pero si va al culto de una iglesia para cumplir, ofrendar y diezmar, pero después tiene que irse a otros lugares o hacer cualquier cosa para poder recibir algo de Dios, eso es bien diferente. Lo primero es obediencia, lo segundo: ofrenda a Baal, entiende?

(9) Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez.

Dios es quien se está moviendo y zamarreando amorosamente pero con firmeza a su iglesia. Déjese de reprender al diablo. El diablo no toca la iglesia, no tiene autoridad. Ojo: si es iglesia, eh? Si es un montón religioso, por más importante que se crean, por más que se pavoneen con títulos y honores, están sin cobertura divina, eh? Si dios no envía poder, revelación y unción, ¿De qué iglesia hablaríamos? ¿Social? ¿Humanista?

(10) Y ahora descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y nadie la librará de mi mano.

La palabra LOCURA, que se utiliza aquí, no tiene que ver con demencia o insanía, sino con falta de modestia, o falta de pudor, que es como decir: soberbia y desvergüenza. La expresión está muy clara en la Nueva Versión Internacional del pasaje de Ezequiel 16:37 donde dice: Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda.

(11) Haré cesar todo tu gozo, (Se acabaron los congresos y los gritos enardecidos de victoria, y los puños cerrados y revoleados por el aire porque la realidad dice lo contrario) sus fiestas, (Bandas, recitales, shows de colores, danzas, coreografías cristianas) sus nuevas lunas y sus días de reposo, (Las tradiciones) y todas sus festividades. (El día del pastor, el día de la Biblia, el día del aniversario de la fundación de la iglesia, de la denominación, el día del diácono, de la sociedad de mujeres, de la sociedad de jóvenes)

No podemos olvidarnos de que así como fue en lo antiguo, es hoy en lo actual: Dios es quien establece sus fiestas, de manera que el pueblo pueda recordar, en ellas, las bendiciones que recibe de él. Ahora: sin este elemento (Y Dios dice que lo sacará) esas fiestas perderían todo significado y deberían cesar para que no se conviertan en herejía idólatra.

(12) Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales dijo: mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo.

Las vidas son el pueblo y las higueras, la fuente del remanente. Talar no es destrozar o liquidar, es purificar, recortar, disciplinar. Salario dado por los amantes. ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué hay algún sector del pueblo sobornado por el dinero de otro poder? Un matorral no tiene raíces, no tiene resistencia, es hojarasca. Es fuerte, eh?

(13) Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, (Se dedicaba a sus actividades humanistas, científicas, sociales, políticas) y se adornará de sus zarcillos y de sus joyeles (Preocupación prioritaria por la imagen exterior) y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová.

(14) Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. (Aquí, desierto, no equivale a prueba, castigo o disciplina, como es en otros textos, aquí desierto es privacidad, tiene ese sentido en los originales.)

(15) Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.

Lo de Acor, aquí, no es casual ni circunstancial. Acor significa DIFICULTAD y fue el escenario del pecado de Acán, que puedes ver en Josué 7:26. Lo que ocurre es que Dios modifica los escenarios y hace nacer la esperanza allí mismo donde hasta recién hubo problemas.

La palabra ESPERANZA, en este texto, es la palabra TIQVAH y significa: Expectativa, algo deseado y que se anticipa ansiosamente, algo por lo cual uno aguarda. TIQVAH viene del verbo CAVA, que significa esperar, aguardar. Su significado original en “estirar como una soga”. El contenido sostiene que, en el marco muy irregular que venimos viendo, Dios se glorificará transformando todo eso en puerta de esperanza.

(16) En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás Baali.

Según las traducciones, Baali significa “propiedad” o “posesión”, mientras que Ishi comunica el afecto de una relación familiar. En función y razón de esto es que, en la Nueva Versión Internacional, que es una traducción directa de los originales al español, sin pasar por otros idiomas, el texto dice: En aquel día, -afirma el Señor-, ya no me llamarás “mi señor”, sino que me dirás “esposo mío”.

(17) Porque quitaré de sus bocas el nombre de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres.

Aquí hay una decisión de Dios que, al decir de los abogados, sienta jurisprudencia divina: el perdón. Por medio de la trágica historia de Oseas y Gomer. Dios nos revela tanto la profundidad como el poder de: número uno: de su amor por Israel; y número dos: del vínculo marital. Dios describe su dolor y la humillación que sufre debido a la infidelidad de Israel. En obediencia a Dios, Oseas padece el mismo dolor y humillación por la infidelidad de su esposa. Pero Dios muestra como puede salvarse un matrimonio, mediante el sufrimiento y el perdón, previo arrepentimiento, claro está.

De paso le digo que esta es una de las más profundas revelaciones acerca del matrimonio que podamos encontrar en lugar alguno de la Escritura. El matrimonio exitoso no es un asunto de gente perfecta, que vive perfectamente, mediante principios perfectos. El matrimonio es, más bien, un estado en que gente muy imperfecta se hiere y se humilla entre sí muy a menudo. Pero si hay arrepentimiento genuino, no circunstancial ni conveniente, van a encontrar la gracia divina para perdonarse el uno al otro, y permitir así que el poder redentor de Dios transforme su matrimonio. Ahora bien, usted querrá saber qué pasa cuando no hay arrepentimiento, verdad? Yo no voy a decir absolutamente nada que pueda destapar reacciones, polémicas, debates u ofensas. Simplemente me voy a limitar a sugerirle que lea en su Biblia, cuál ha sido por los tiempos de los tiempos, la actitud de Dios ante la falta de arrepentimiento. Esa es la única doctrina válida con respecto a este tema. Todo lo demás, es de hombres. (18) En aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura.

Dios dice que, cuando su iglesia se arrepienta de sus fornicaciones y de sus adulterios, y Él por gracia pueda perdonarla, erradicará para siempre la guerra, la batalla, la tremenda lucha que hoy vivimos, y de la que todavía insistimos porfiadamente en echarle la culpa al diablo, cuando lo que él hace, apenas, es aprovechar nuestro fruto de desobediencia. Es el mismo pacto final de paz del que se habla en Job 5:23, Isaías 11:6-9, salmo 48:9 y Ezequiel 34:25 que no incluyo aquí porque no me dan los espacios gráficos.

(19) Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.

(20) Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.

Fíjese que Dios está renovando su pacto con Israel bajo la forma, el símbolo, de votos matrimoniales. Promete, porque puede hacerse, una relación caracterizada por: 1)= Su permanencia. Será para siempre. 2)= Por normas estrictas. Esto habla del respeto del uno por el otro, de complemento, no de competencia. 3)= Un trato justo. Sin egoísmos ni intereses personales. 4)= Amor perseverante. Hay uno solo: el amor de Cristo, es el único que nunca deja de ser. El amor humano, de hecho que sí deja de ser. 5)= Ternura. El mundo está lleno de familias o pseudo-familias que viven agrediéndose. 6)= Seguridad. La seguridad íntima, matrimonial depende esencialmente de la fidelidad. Si Dios es fiel sus hijos también tendrán que serlo. Si el marido es fiel, la esposa también tendrá que serlo y viceversa. 7)= Continua revelación de sí mismo por el Espíritu Santo. Siete aspectos. Siete es el número de lo perfecto, de lo completo, el número de Dios.

(21) En aquel tiempo, (Estamos hablando del tiempo final, del tercer día de Dios, de este tiempo) responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos. (Esto significa que la respuesta de Dios sale de su boca y marcha a inundar su ámbito, su jurisdicción, su trono majestuoso llamado cielo) y ellos responderán a la tierra, es decir que quien responde al hombre, (eso es la tierra) es el cielo, el ámbito, la jurisdicción. Dios tiene una organización que supera a cualquier organización humana.)

(22) Y la tierra responderá al trigo (La respuesta del hombre será para con los verdaderos hijos de Dios, el trigo, no para la cizaña y, fundamentalmente, para con el alimento espiritual) al vino (A la revelación, no a la intelectualidad doctoral) y el aceite (La unción) y ellos responderán a Jezreel. (Cabe aclarar que, en hebreo, Jezreel significa: “Dios siembra”. Hombre, parábola, sembrados, cosecha, míes)

(23) Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-Ruhama; y diré a Lo-Ammi: tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.

Primero: Lo-Ruhama, significa “Indigna de compasión”. Allí actúa la misericordia divina, cuando no hay mérito humano alguno. Lo-Ammi, mientras tanto, quiere decir “Pueblo ajeno” y a ese pueblo será al que Dios transformará en SU pueblo y, los que con todo denuedo lo llaman: Dios mío.

En cuanto al término “Tendré misericordia”, la palabra que se usa aquí es la palabra RACHAM, que significa sentir o mostrar compasión, que no es lástima, no se confunda. Es amar profundamente, mostrar pena o misericordia, tratar a alguien de manera cariñosa, amar cariñosamente, (como una madre y un padre aman a sus hijos) . De Racham, fíjese que proviene la palabra hebrea Rechem, que significa “útero”, ¿Se da cuenta? En Isaías 49:15, Dios pregunta: ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de (Racham) compadecerse del hijo de su (Rachem) vientre?

Los progenitores también deben mostrar este sentimiento para con su progenie. Con su descendencia. Lo dice el salmo 103:13: Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Dios desea padres y madres que amen con ternura a sus hijos y se muestren compasivos hacia los débiles e indefensos. Dios da el ejemplo mediante su constante compasión por los desamparados, y aun por aquellos que no merecen compasión alguna.

(Isaías 54: 8)= Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu redentor. (9) Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. (10) Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de mí mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.

Es un tiempo muy duro y muy difícil de vivir. Es un tiempo donde los odios, las agresiones, la oposición y los ataques sacudirán al pueblo de Dios. Es un tiempo donde toda esa batalla no ingresará por las puertas o las ventanas de los templos, sino que ya estarán acomodadas en los bancos, en las sillas, en las butacas de las congregaciones. Es el tiempo de la agitación de la cizaña, de la manifestación satánica de Babilonia. Por todo esto, es un tiempo de enorme misericordia, porque no hemos de ser nosotros los segadores, sino los ángeles del Padre. Nosotros deberemos bregar por la restauración y recordar la antigua pero vigente expresión: hijos... ¡Misericordia Quiero!



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