miércoles, 12 de mayo de 2010

¿Cómo manejar el tiempo entre el hogar y la iglesia?

El tiempo no podemos administrarlo, el tiempo es rebelde, es implacable, solo podemos administrarnos a nosotras mismas.

Siempre debemos recordar que la familia es tu primer ministerio. Esta enseñanza bíblica debe grabarse en nuestros corazones y en nuestras mentes. Y, al mismo tiempo, la familia es más que un ministerio. Es una tarea que Dios no le da a nadie más que a nosotras. A la par de la prioridad suprema de nutrir nuestra vida espiritual con la Palabra y en la oración, tenemos la mayordomía, la administración, de nuestro matrimonio, de nuestra familia y de nuestro hogar. Que al igual que la mujer de Proverbios 31, podamos siempre considerar bien los caminos de nuestra casa Como dice Proverbios 31:27: “Está atenta a la marcha de su hogar, y el pan que come no es fruto del ocio.”

Entre el hogar y el ministerio, ¿cómo nos preparamos para lograr fielmente (con pasión y propósito) todo lo que Dios pide de nosotras, sus mujeres atareadas? La Biblia nos da la respuesta en el capítulo 5 de la carta de Pablo a los Efesios: debemos redimir el tiempo

“Mirad, pues, cómo andéis avisadamente; no como locos, sino como sabios; redimiendo el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis imprudentes, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”

Redimir el tiempo significa: recuperar, rescatar y volver a obtener.

Redimimos el tiempo cuando lo aprovechamos al máximo. Los minutos, las horas y los días de nuestra vida atareada.

Redimimos el tiempo cuando con determinación y oración le pedimos a Dios que nos dé Su sabiduría para tener idea de como recuperar, rescatar y volver a obtener los minutos, las horas y los días de nuestra vida para Dios y nuestra familia.

Amada amiga, el tiempo no podemos administrarlo, el tiempo es rebelde es implacable, solo podemos administrarnos a nosotras mismas y eso requiere una gran disciplina.

Haz una lista de tus actividades, separa las relevantes de las menos importantes, identifica aquellos momentos ociosos (puede ser una larga siesta o una telenovela), usa el teléfono para acortar distancias no para alargar conversaciones; en una mañana puedes cocinar para tres días, utiliza los servicios de una ayuda doméstica por lo menos dos veces a la semana. Pero sobre todo no dejes de tener tu tiempo con el Señor quien en comunión contigo renovará tus fuerzas y pensamientos...

La mujer cristiana moderna también esta trabajando en la iglesia activamente y me imagino que este es tu caso. No debes comprometerte a más de lo que puedes sobre llevar y cumplir con excelencia. Si eres una pastora o una líder que tiene mucho que hacer en la iglesia mi consejo, que además es el mandato de Jesucristo, es que puedas formar discípulas a quienes con confianza puedas delegar tareas importantes.

Pídele al Señor que te de sabiduría para planear cada día de tu vida, carácter y disciplina para cumplir lo que te propongas, y paz para lo que no puedas cumplir.

“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría” (Salmo 90:12)



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