La iglesia evangélica Jesucristo es la Roca, en el barrio La Luz y las iglesias Misión Sión, en La Victoria, son las congregaciones de las que más personas se quejan por producir demasiado ruido en la comunidad, según publica el diario El Heraldo de Colombia.
La pastora Ibeth González, de la Iglesia Evangélica de Cristo, en El Silencio, dice que “El diablo no quiere que prediquen la palabra”, argumenta por qué algunos vecinos se han quejado en ciertas ocasiones del ruido que generan durante los cultos con sus equipos de amplificación.
“Solo una vez al año, cuando hacemos campaña (tres noches consecutivas), se sube un poco el volumen, pero es moderado y con permiso de la Policía. Una vez llegó una patrulla, después de que alguien llamó a quejarse, y nos pidió que le bajáramos, no porque estaba muy alto, sino para no entrar en controversia con el vecino”, expresa la pastora.
Damab, Humberto Mendoza, director del Departamento Administrativo del Medio Ambiente de Barranquilla, dice que “el tema de las iglesias evangélicas se ha convertido en un fenómeno porque hay pastores que confunden el culto con el escándalo, y eso no debe ser así. Debe haber respeto hacia los vecinos, quienes muchas veces no comparten sus creencias religiosas”.
El funcionario señala que la mayoría de tutelas que ingresan a la autoridad ambiental están relacionadas con quejas sobre iglesias evangélicas. “De 50 visitadas el año pasado y 15 en lo que va de éste, todas tienen medidas preventivas por contaminación sonora”, indica Orlando Carpio, coordinador del área operativa de la entidad.
De ésas, según el funcionario, hay dos que persisten en las quejas: las iglesias Misión Sión, en La Victoria, y Jesucristo es la roca, en La Luz.
Informa que en el día los decibeles máximos permitidos son 65, y en la noche 55. Sin embargo, han detectado templos religiosos que durante sus celebraciones superan los 100 decibeles, al igual que en los estaderos y bares.
“Nosotros somos muy cuidadosos cuando hacemos procedimientos en las iglesias. La idea no es incautarles los parlantes a la fuerza, sino buscar la manera de que el pastor o líder se comprometa, a través de unas obligaciones impuestas, a hacer las correcciones acústicas, para que no tengan inconvenientes con la autoridad ambiental”, comenta Carpio.
En un 95% de las iglesias visitadas se aplicaron medidas preventivas con requerimientos de tipo acústico: cambio de ventanas, instalación de altavoces en el techo, cambio de parlantes grandes por pequeños y se les recomendó que, preferiblemente, todas sus actividades fueran cerradas, señala el Director del Damab.
Para contrarrestar la contaminación sonora, desde el pasado 1º de junio el Damab, cuenta con 120 caminantes ambientales que realizan un censo de iglesias por barrios, para hacer actividades pedagógicas en los templos.
Augusto Velasco, pastor de la iglesia evangélica Arca del Pacto, en San Felipe, hace un llamado a la prudencia a los líderes de grupos religiosos. “Exhorto a los pastores a que tengan una buena relación con los vecinos, pues no todas las personas están de acuerdo con nuestro culto, ya que hay diversificación de doctrinas”. Los invito a respetar los parámetros de sonido establecidos por la autoridad ambiental, para no perturbar a la comunidad. Sacar las amplificaciones a la calle no es prudente”, dice el religioso de 69 años.
Foto: La iglesia evangélica Jesucristo es la roca, en el barrio La Luz, es una de las que más quejas genera en la comunidad.
lunes, 20 de junio de 2011
Persecución Cristiana excesiva!!!
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