miércoles, 22 de junio de 2011

Acercándome a Dios – Parte I

Constantemente escuchamos que tenemos que “pasar tiempo con Dios”, solo que por alguna razón (que espero que encontremos) no es algo que hacemos.

- Puede ser conveniente, si son poquitos, comenzar haciéndoles la preguntas: ¿Se están acercando solos en sus casas con Dios? ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? Etc.

La presencia de Dios

El famoso termino “la presencia de Dios”, es simplemente el titulo que tiene el encuentro o la reunión de Dios y una persona. Cuando hablamos de estar en su presencia es simplemente eso: estar donde el esta. Lamentablemente mucho buscan la presencia de Dios como buscando algún tipo de emoción, o “un poco de adrenalina espiritual”, o asumen que SU presencia siempre tiene algún tipo de “energía que eleva tu ‘ki’ y te lleva a otro nivel”; lo cual los hace más propensos a desanimarse, porque Dios no va a permitir que lo usemos para un poco de entretenimiento.

Claro está que todo el tema tiene una connotación sobrenatural: Dios junto al humano; y partiendo de ahí ¡que no puede suceder! Pero la razón por la cual nos acercamos a Dios es para escuchar su voz sin distracciones, es para humillarnos reconociendo quien es el, alabando y adorándole; es cuando entendemos su voluntad y obtenemos la fuerza (gracia) de Su Espíritu para llevarla a cabo, es el momento en donde puedes dejar que Dios te toque y ese toque te cambia. En la Biblia vemos que un momento en Su presencia, un solo toque del Señor cambiaba todo, revela la realidad de tu corazón, te cambia la perspectiva. (ej.: El joven rico, moisés, Elías, Pedro, Fariseos, Pablo, etc.). Esto es sobrenatural.

¡Es que ya no siento a Dios! Bueno, ¡mejor!, porque ahora estas realmente caminando por pura fe, que es lo que sostiene nuestra relación. Yo sigo a Dios porque creo en el no porque lo siento o no. Pero sabe que el no tardara en presentarse a tu vida a medida que le buscas. Y es a partir de nuestra FE que nuestra entrada a su presencia se hace realidad.

¿Donde comenzar?

Quizás porque no sabemos como, por donde comenzar, de que se trata, etc. De todas formas, ¿Cómo puedo estar con alguien a quien no puedo ver? ¿O como hablar con alguien que no puedo escuchar? Creo que nos frustramos cuando oramos porque parece que no llegamos a ningún lado, porque sabemos que Dios está en todos lados, pero parece que justo se fue de donde estamos nosotros.

Sin embargo la Biblia nos insta buscarle, a estar en su presencia, por lo tanto si lo dice es porque es algo que tú y yo PODEMOS y DEBEMOS hacer.

Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le ahí, y que es galardonador de los que le buscan.”
Santiago 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”
Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Efesios 2: 18 “porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.”
Salmos 73.28 “Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras. “
Lamentaciones 3.55-57 “Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda; Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros. Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas

Dios nos dice que nos acerquemos a él, porque vivimos vidas inherentemente separadas de él. Lo que llamamos “normal” son vidas sin Dios (Romanos 3.23). Por eso es todo un gran tema, porque nos hemos acostumbrado, y nos han criado para vivir sin Dios. Esto tiene que cambiar. A veces nuestra relación es como una cita con alguien en un centro comercial, en donde tu estas en una punta y la otra persona al otro extremo del gran edificio. La puedes ver haciendo gestos con las manos, gritándote y a veces logras como adivinar lo que esta diciéndote. Tratas de adivinar que significa los gestos y las señas con las manos, y aunque tratas de callar todo el ruido de la gente pasando no puedes distinguir exactamente lo que te está diciendo. Ambos llegaron a hora, están los dos, pero hay un gran problema; y tiene que acercarse para realmente encontrarse.

Un montón de cristianos parecen tener este tipo de relación con Dios. Ahí están, según ellos creen, pero mantienen a Dios lo suficientemente lejos para que ante cualquier situación puedan decir “es que yo no sabía, a mi Dios no me dijo nada”, pero si necesitan algo todavía pueden hacer señas con las manos.

Hay una gran diferencia en conocer de una persona a tenerla cara a cara. Y de esto se trata buscar y acercarme a la presencia de Dios, de que nosotros estemos con el, donde el esta. Es ese momento específico, que tu apartas para hablar con Dios, escucharlo a través de su Palabra, y adorarle con tu gratitud, donde dedicas tiempo en silencio esperándole, escuchándole.

La diferencia de encontrarme con una persona cualquiera es que ambas tenemos que ponernos de acuerdo en un lugar y hora específica. Con Dios esto cambia un poco, porque no tiene limitaciones de tiempo ni espacio, por esto es que somos NOSOTROS LOS QUE TENEMOS QUE ACERCARNOS, los que tenemos que buscar, e ir donde el esta.

Podemos comprarlo a una onda de radio que esta siempre sonando en el aire por todos lados, pero yo soy el que tengo que prender la radio y buscarla en el sintonizador. Soy yo que tengo que iniciar esa conexión (stgo. 4:8), y no estamos hablando de un trance o un éxtasis o algo raro y extraño, sino de un enfoque en Dios, poniéndole pausa a todo lo demás que tenesmo que hacer y todo lo que pasa por nuestra cabeza para darle lugar a Él.

La predica no ha terminado, la conclusión será publicada en 7 días



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