jueves, 16 de junio de 2011

Ministerio a Tiempo Completo

Por David Wilkerson

Hubo una gran persecución en los primeros años de la iglesia. El emperador romano en ese tiempo, Nerón, desterró al apóstol Juan a la Isla de Patmos. Esta isla era pequeña; un lugar desierto y deshabitado. Estaba poblada solamente por unos pocos prisioneros que habían sido desterrados allí para vivir el resto de sus vidas. Como ellos, Juan fue enviado a Patmos para morir.

El apóstol al que me estoy refiriendo fue el mismo "amado Juan" a quien Cristo tanto amó. Él fue quien se recostó en el pecho de Cristo en la última cena.

De acuerdo al criterio de cualquiera, Juan era un fracasado.

(Y en este paréntesis, añado: vemos en 3 Juan 9-10, como el apóstol Juan llegó hasta el extremo de ser rechazado por los hermanos de la iglesia, dirigidos por el líder Diótrefes !!)

Muchos cristianos de hoy le hubiesen mirado y hubiesen dicho: "Qué desperdicio. ¿Por qué Dios permitiría que uno de los hombres más ungidos de todos los tiempos estuviera aislado de esta manera?"

Ahora imagínate la reacción de los líderes de hoy. Tristemente, hubiesen medido a Juan por los criterios actuales del éxito: no tenía congregación, no tenía edificio para la iglesia, no tenía dinero para rentar o comprar una estructura.

No tenía vehículo para viajar, casa, ni un traje decente para predicar. No tenía agenda para el ministerio, no tenía programas para alcanzar la comunidad, no tenía plan para ganar las naciones. Los líderes lo hubiesen descartado, diciendo: "Este hombre no tiene nada. Está acabado.

En primer lugar, ¿por qué fue llamado al ministerio?" (Muchos hubiesen dicho que era “una higuera estéril o sin frutos”, añado nuevamente)

Cuán equivocados hubiesen estado.

A todo esto, lo único que faltaría agregarle, es la censura clásica con la cual sectores de la iglesia intentan cerrar la boca que está hablando lo que dios habla en este tiempo: “No puede hablar, no tiene derecho, no se congrega en ninguna iglesia, no tiene cobertura pastoral”.

¿Alguien ha perdido dos minutos de su tiempo tratando de hallar cual era el grupo eclesiástico en el Juan se congregaba durante su estadía en Patmos? ¿O quizás encontrar al pastor que firmó el aval para que pudiera publicarse el material que Juan había escrito estando allí?

¿Será que mientras se determina que cualquier cristiano evangélico es avalado como tal cuando tiene la “cobertura” de un líder que lo respalde, mientras que Juan cumplió al punto la palabra bíblica que dice que nuestra única cobertura es Jesucristo? Sigue…

Él escribió: "Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el Reino y en la paciencia de Jesucristo… Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor." (Apocalipsis 1 : 9-10).

En otras palabras, Juan estaba diciendo: "Sí, fui aislado de la civilización. Pero tengo una iglesia. Y ministro al Señor aquí. No tengo hermano o hermana que se una a mí. Pero estoy en el Espíritu." Te aseguro que la alabanza que Juan ofreció desde esa remota isla fue tan gloriosa para Dios como mil voces adorándole en mil diferentes idiomas.

“¡Imposible!, - dirían más de un criterioso jerarca denominacional -. Si aceptamos esto, estamos avalando que la gente , en las iglesias, haga lo que quiera”. Dicho así no puede menos que contar con nuestro respaldo. Pero…¿Y que tal si lo vemos desde el ángulo de algo revelado por el Señor mismo? Sigue…

Simplemente, Juan murió a todos sus propios planes y pensamientos del ministerio.

Hasta donde Juan sabía, su exilio en Patmos iba a ser su suerte final. Probablemente pensó: "Me han abandonado aquí para el resto de mi vida. Pero no voy a perder el fuego de Dios. Aún cuando sea el único aquí, voy a adorar al Señor.

Puede ser que no tenga congregación, ni hermanos o hermanas con quienes tener compañerismo. Pero voy a caminar en el Espíritu. Y me voy a dedicar a buscar el rostro del Señor. Ahora tengo tiempo para conocerle a él como nunca antes lo había hecho."

Este es exactamente el razonamiento de este tiempo. Porque no estamos hablando de personas que no se congregan porque se pelearon con sus pastores porque no se les permitía cantar la “cancioncilla” con la cual querían lucirse en la plataforma...

Muy por el contrario, estamos hablando de gente con el espíritu de Juan, propietaria de revelación fresca y palabra genuina que, con el simple hecho de estar presente, complica el discurso humanista y personalista de muchos.

Esa gente, entonces, resulta molesta. Y como la determinación del liderazgo no deja ningún espacio para la evaluación o el análisis, esa persona pasa a ser exonerada por rebelde, insujeta o díscola y e enviada al Patmos de la marginación. Sigue…

Juan buscó al Señor completamente en medio de su aislamiento. Se movió en el Espíritu. Y se dio a sí mismo como un sacrificio vivo. Amados, este es el corazón de mi mensaje: Ahora Juan estaba en ministerio a tiempo completo. No me refiero a esto en términos de lo que generalmente pensamos como tal ministerio.

En Patmos no había necesidad de levantar fondos, lemas o hacer campañas publicitarias. No había necesidad de competir con otros ministros o construir edificios de iglesias más grandes. Y nadie estaba cerca para alabar a Juan, felicitarle, presumir de él. Su vida estaba limitada a un sólo enfoque, un sólo ministerio: a Jesucristo solamente. Eso era todo lo que Juan tenía.

Fíjate que lo que David dice aquí, es lo que muchos otros estamos diciendo, y que nos granjea ciertas antipatías por parte de ciertos líderes. Y ni hablar si a esto lo dijera alguien que sólo ocupa un banco en el templo; alguien sin posiciones ni cargos.

Es un reconocimiento a una deformación humanista, carnal y aborrecible en la que muchos ex siervos de Dios (Ahora se apacientan a sí mismos), han caído por causa de sus egocentrismos inagotables.

Publicidad eclesiástica, (De esto hemos hablado en el Blog), competencias Inter.-ministeriales (Dios lo pensó como complemento, no como competencia. Igual a la unión entre el hombre y la mujer).

Construcción de enormes edificios de mampostería como símbolo de crecimiento “espiritual” cuando todos sabemos que Dios fue muy claro cuando aseguró desde su Palabra que Él no habitaba en templos hechos por manos de hombre.

Adulación y alabanza al líder o visitante ilustre. Todo un montaje escénico preparado para elevar la categoría, el impacto visual y la importancia ministerial del hombre o la mujer que se quieran levantar como mensajeros de este tiempo.

Alguien dijo alguna vez que no le debe importar al ministro si alguien le felicita, le alaba o le adula. Que la persona que lo hace ha sido formada así y cree que eso es correcto y bueno. Lo que sí se advierte es que esa batalla contra su ego es del ministro y él es quien debe librarla y ganarla.

Y, finalmente, David llega a la conclusión que muchos han visto muy de cerca en este tiempo: cuando se dan una serie de circunstancias que sacan a la gente de las babilónicas iglesias humanistas y religiosas, sólo les queda la mano de Jesucristo. Y de esa mano se aferran como único método válido para poder seguir adelante. Sigue…

¿Qué es el ministerio a tiempo completo?

El ministerio a tiempo completo no significa simplemente el pastorear a una iglesia. Ni es el viajar como evangelista o llevar a cabo campañas de avivamiento. El ministerio a tiempo completo no lo determina un diploma, un certificado de un colegio bíblico o la ordenación de parte de oficiales de la iglesia.

De hecho, tú puedes pastorear a una iglesia grande y exitosa y no estar en el ministerio a tiempo completo. Puedes predicar cientos de mensajes y alcanzar multitudes de miles. Pero ninguna de estas cosas te hace un ministro a tiempo completo ante los ojos de Dios.

Algunos verdaderamente creen que Dios les ha llamado al ministerio a tiempo completo. Pero a otros simplemente......les atrae la idea de recibir un salario soportable por hacer la obra de Dios.

David se atreve con dos asuntos que son casi “tabúes” en nuestro ambiente: poner en tela de juicio cierta clase de actividad “pastoral” que más que ese ministerio del Señor es una especie de “gerencia” administrativa eclesiástica, y hacer mención a un personaje del que muy pocos o ninguno se atreve a predicar: el asalariado. Sigue…

Otros están tomando parte en la obra del Señor a tiempo parcial, de hecho, en la mayor parte de los países, los ministros tienen que tener trabajos seculares porque sus congregaciones no los pueden sostener. Así que por años le han suplicado a Dios: "¿Cuándo se abrirá la puerta para mí?"

Creo que Dios desea que cada creyente tome parte en el ministerio a tiempo completo. La Escritura nos dice que todos somos llamados como sacerdotes delante del Señor. Sin embargo, primero tenemos que quitar de nuestras mentes que el ministerio a tiempo completo es una posición o profesión. A los ojos del Señor, el ministerio a tiempo completo es ministrarle a él mismo.

Este párrafo es, por sí mismo, la auténtica confirmación a una palabra que venimos proclamando desde hace más de diez años. Cada creyente debe tomar parte del ministerio. ¿Fundamento? La Palabra, que nos dice que somos todos ministros competentes. Sigue…

Dicho de manera simple, tú podrías estar como el apóstol Juan, abandonado en una isla, y puedes estar en el ministerio a tiempo completo. De hecho, considero a Juan uno de los ministros más exitosos en la Biblia. Así es como sabrás si estás listo para ser un ministro a tiempo completo:

Ya no necesitas más el aplauso humano. No necesitas una asignación, un plan o tomar parte en alguna obra grande. No necesitas el respaldo o credenciales. No necesitas una congregación o un edificio de iglesia.

No sé ni me interesa como se mueve este hombre, David, en su vida cristiana. No he rescatado su trabajo por que él es quien es, sino porque dice lo que dice. Y lo que aquí dice es otra confirmación que va a contramano con todas las críticas que seguramente él estará recibiendo y que, obvio, son las mismas que muchos de nosotros recibimos: ¡¡Necesitas congregarte!! Sigue…

Es preferible estar a solas con Jesús, alimentándole con tus alabanzas, que ser admirado como un gran ministro. Sabes que todo ministerio para otros fluye del ministerio a él. Entonces, estarás listo para lo que Dios ve como ministerio a tiempo completo.

Muchos predicadores quienes son vistos como ministros a tiempo completo hoy, no son ministros a los ojos del Señor.

Sé de pastores que reciben un salario pero que no ministran al Señor. No tienen ninguna carga de él. No le buscan diligentemente en oración. Y no obtienen sus sermones de él. En vez de esto, ellos toman prestados sus sermones de otros predicadores. Tales ministros son meros asalariados, que reciben un cheque por hacer su trabajo. Están faltos de oración, sin una palabra fresca del cielo.

También sé de personas laicas que tienen un conocimiento mucho más profundo de Cristo que los hombres que le pastorean. Estas personas no reciben ni un centavo por ministrarle al Señor. Pero son conocidos en el cielo como ministros a tiempo completo.

Son intercesores, con hambre por la verdad, sirviendo a Dios de todo corazón. Y son dados a la oración, encerrándose con Cristo. Estos son ministros verdaderos, que hace tiempo han crecido mucho más que su pastor. De hecho, su pastor puede ser un náufrago, no un ministro de Dios.

A esto, que es estricta verdad y realidad actual (En la que formamos parte, sin dudas), sólo hay que agregarle un pequeño detalle que, por ser parte protagonista de esa alternativa, puedo dar: no importa si no llega ningún cheque de alguna organización o gran congregación; cuando tú sirves al Señor sin ambiciones personales ni privadas, Dios corre con los gastos. Y es el mejor respaldo financiero que conozco. Sigue…

Volvamos a Juan en Patmos. No tenemos ninguna evidencia de que Juan tuvo contacto con nadie en la isla.

Juan no tenía a nadie con quien tener compañerismo. No tenía consejo santo, ninguna voz que le escuchara.

Cualquiera se hubiese vuelto loco en una situación como esa. Pero Juan no. En vez de eso, él aprendió a depender de la voz del Espíritu Santo. Él se aferró al Espíritu Santo para consuelo y protección.

Esto es, precisamente, lo que le falta a mucha gente que me escribe. Gente que huyó de Babilonia, pero que aún no pudo cortar con aquella ligadura del alma con esas cuatro paredes que eran su templo y esa suma humana que, supuestamente, eran sus hermanos, (Hoy desaparecidos de sus vidas porque les han enseñado que somos “hermanos apartados”. Sigue…

De hecho, en su ministerio a tiempo completo, se le dio a Juan una revelación de la gloria del Cristo exaltado.

Para nosotros hoy también se ha abierto una puerta a los cielos. Al igual que Juan, hemos sido llamados a "subir". La Escritura dice:

"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro." (Hebreos 4:16).

Este llamado para venir al trono ha sido grandemente ignorado por pastores y laicos.

Así que, ¿dónde están los ministros a tiempo completo que apagarán toda voz y programa carnal del hombre? ¿Quién se alejará de toda ambición personal para ser gobernado y dirigido tan sólo por el Espíritu Santo? ¿Quién permitirá que otros le sobrepasen según los criterios humanos, porque se han limitado a tan sólo una cosa en su ministerio: a vivir y a caminar en el Espíritu?

El aislamiento de Juan fue impuesto en él por personas impías. Pero el Señor se complace cada vez que nos sometemos voluntariamente a un "exilio" con él. Esto no significa que dejemos a un lado el ministerio externo. No significa que dejemos nuestro trabajo, nuestra familia, nuestro testimonio.

¿Estoy escuchando a los hombres o al Espíritu Santo?

Una vez que Cristo se convierte en nuestro único enfoque, podemos recibir discernimiento y dirección de lo alto. Que Dios ayude a cada pastor que predica prosperidad, a cada predicador que ha transigido, que soborna a su congregación con un evangelio hueco, carente de arrepentimiento.

Y esos ministros serán responsables ante Dios por cada alma desilusionada que se insensibiliza a sí mismo por sus falsas enseñanzas.

Si alguien todavía albergaba dudas con respecto a la dureza extrema de esta exhortación de David Wilkerson, este párrafo le despeja todas sus dudas. Es muy claro, concreto y apuntado en la dirección específica: la de los grandes corruptos que se convirtieron en los impíos que expulsan a los “juanes” a los “patmos” del aislamiento físico, pero de ninguna manera espiritual. Sigue…

Después del 11 de septiembre del 2001, la gente inundó las iglesias, pero en seis meses se habían alejado.

Muchas personas recurrieron a la iglesia después de los ataques terroristas. Pero no encontraron esperanza allí. No escucharon una palabra del cielo, ni recibieron bálsamo para sus almas heridas.

Muchos de los pastores que le predicaron eran tan ignorantes de Dios como ellos mismos. La mayoría de ellos eran hombres que no oraban, pastores mundanos, que en nada eran ministros verdaderos.

Así que la gente se alejó.

¿Qué le espera a aquellos que son ministros de Dios a tiempo completo?

"Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure" (Isaías 28 : 16).

"El que creyere, no se apresure" El significado en hebreo es: "No será avergonzado o confundido" Nada nos sacudirá, porque sabremos que nuestro Dios estará obrando. Sabremos que él estará cargándonos, como llevó a Israel por el desierto.

Esa es la promesa que nos sostiene a muchos en este tiempo. Esa es una promesa que, lamentablemente, sólo se puede ver cumplida cuando llega la tremenda crisis del exilio forzoso. Pero es una promesa que tiene cumplimiento cierto, que funciona notablemente y que, a diferencia de todos nuestros métodos humanos, nos lleva inexorablemente a ser más que vencedores. Sigue…

¿Sufrirán los cristianos en los días venideros?

Sí, sufriremos. Pero tan cierto como Satanás no pudo destruir a Juan, Dios no permitirá que el enemigo destruya a su santo remanente. Él está levantando una iglesia de ministros a tiempo completo, que se mantendrán firmes él en medio de toda tormenta.

Aquí está la otra palabra clave de confirmación espiritual. Podrá tener algunas diferencias conceptuales o visuales, porque los tiempos no son necesariamente los mismos para cada hombre; pero Wilkerson ya ha sido informado debidamente por el Espíritu Santo de Dios en revelación, que hay un remanente santo que se está levantando entre las ruinas de la iglesia tradicional, costumbrista y ritualista.

No he hablado nunca con David Wilkerson. Sólo estuve en una conferencia que él pronunció en mi argentina ciudad de Rosario, donde recuerdo que fue muy lapidario con el ministerio pastoral. Tanto, que la palabra que trajo fue que esos líderes debían dejar de lado sus inclinaciones por la pornografía y de toda forma de adulterio para con sus esposas.

Lo tremendo de aquella palabra fue que, cuando llegó el momento en que los líderes asistentes reconocieran estos pecados y dieran un paso al frente, el 80 por ciento de los presentes terminó postrado pidiendo perdón. Y no eran pocos. Era una reunión para el Centro-Norte del país y los asistentes a un gran estadio cerrado, eran más de ocho mil…

Me impacté con ese episodio, pero eso no me llevó a constituirme en un seguidor de David. Madurar en el señor es, exactamente, concluir con esa clase de seguimientos. El árbol se conoce por sus frutos y no todo lo que reluce es oro ni todo lo negro es petróleo..

Existe mucha gente que habla bonito pero que luego, en sus actos cotidianos, es como si se movieran exactamente a la inversa de lo que hablan. No sé ni me interesa ninguno de estos casos. Lo que sí me interesa, es que lo que se está diciendo, cuando viene de Dios, es auténtica y genuina confirmación. De todo lo demás, el Padre celestial es el único juez.



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