jueves, 16 de junio de 2011

Estado de shock

Si fuéramos a hablar de lo que es la idea central de lo que Dios está haciendo en el mundo, hoy, tendríamos que decir que la palabra fundamental, globalizada, gravitacional y clave, es cambio.

Todos los sistemas del mundo están atravesando cambios en el día de hoy: el gobierno, la economía, la política, la iglesia, el sistema educativo, la medicina. Esto en el plano internacional, general. En mi país, las cosas se están precipitando. Los creyentes no parecen haber entendido, todavía, que una vez se pusieron medianamente de acuerdo y se organizaron para orar de una manera más... “violenta”, las barbaridades, corrupciones y demás especímenes de las miserias humanas han comenzado a salir a la luz. Lenta, paulatinamente, pero con firmeza y dirección precisa, Todo afronta cambios; este es el epicentro del mover de Dios, hoy. Cualquier mover de Dios que no produzca un cambio en la gente, no es un mover de Dios.

Sin embargo, hace bastante ya que venimos viendo que la palabra que realmente captura todo lo relativo a este tiempo, no es necesariamente cambio, sino reforma. Porque cambio es sólo una palabra genérica, pero reforma incluye el destruir todo lo que no es de Dios deliberadamente, que es justamente lo que mucha gente no termina de aceptar.

Y la mejor prueba de que no lo acepta es que, cuando aparecen hombres o mujeres con una palabra fresca y fuerte de Dios para este tiempo, y se meten en un templo y allí, desde la Biblia, se lo dan vuelta patas par arriba, lo primero que preguntan, (Antes de plantearse o escudriñar si eso es así o no es así) es: ¿Con qué autoridad estos hacen lo que hacen, o dicen lo que dicen? ¿Quién les ha dado tal autoridad? Sin embargo, mal que les pese, eso es lo que Dios anda haciendo en algunos hombres hoy. Para poder movernos con Dios en estos días de cambio, es necesario saber cómo se mueve, cómo opera Dios en estas condiciones.

(Isaías 43: 18)= No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.

Estos son versículos muy populares, de los cuales hemos hablado por siglos en la iglesia. Se han predicado cientos, miles de veces desde un prisma evangelístico, pero en este trabajo vamos a tratar de verlos desde un prisma apostólico, es decir: mas dirigido a la Iglesia.

(19) He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿No la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto y ríos en la soledad.

(20) Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.

(Isaías 48: 3)= Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió, lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad.
(4) Por cuanto conozco que eres duro, (Esto significa: terco, porfiado, obcecado) y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

A veces, Dios nos profetiza las cosas simplemente para que, cuando ocurran, usted pueda entender que fue Él quien lo hizo, y no usted o sus ídolos falsos.

(Verso 6)= Lo oíste, y lo viste todo; ¿Y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, (Atención con esto: cuando la Biblia dice AHORA, este término siempre significa: “Tiempo presente”) pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.

(7) Ahora han sido creadas, (Esto le está diciendo que hay momentos en su día, Hoy, que Dios está diciendo cosas. Dios es Creador, ¿No es así? Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, ¿Verdad? Entonces: ¿Podría Dios estar creando algo nuevo, Hoy? Y si creara algo nuevo, hoy, usted: ¿Lo sabría antes? Entonces: ¿Por qué será que a todo lo que no conocemos lo tomamos como que no es de Dios? Lo que no entendemos, automáticamente, decidimos que no es de Dios. Escuche: no podemos introducir a Dios adentro de una caja denominacional. Eso fue, precisamente, lo que hizo en el Antiguo Testamento: salir de la caja. Se cansó de vivir en la caja y se lanzó a la calle para ser Dios. Entonces, ahora está en la calle y se metió adentro de gente que, a su vez, de manera insólita, busca volver a meterlo adentro de una caja.
En Isaías capítulo 43, encontramos principios muy importantes. El verso 18, allí, es un mandamiento: No os acordéis de las cosas pasadas. Preste atención; no es una sugerencia, está escrito en forma de mandato. Se cree y se obedece o se lo ignora y se lo desobedece. No hay otra opción.

En el verso 20, dice: Daré aguas en el desierto. Y esta palabra, AGUAS, aquí, representa el factor que es esencial para la vida. Sea lo que fuere esencial para la vida de la Iglesia, hoy, eso es agua en este texto. Es la necesidad de la vida.

Ahora bien; ¿cuál será, entonces, el agua en nuestra situación como cuerpo de Cristo en la tierra? A eso, lo sabe mucho mejor usted que nadie, conforme adónde esté usted involucrado. El agua, (Que es la necesidad), es lo que entonces nos mantiene vivos durante la transición. Es –concretamente- lo que necesitamos para movernos al próximo nivel con Dios.

Él está diciendo ahora: “Oye; por favor; no te acuerdes más de las cosas pasadas, yo voy a hacer un cambio grande aquí. Vamos a transicionar, sabes?” Y lo primero que le da, es: Agua. ¿Para qué? Simple. Para poder llegar al otro lado.

Aquí vemos que Él quiebra los patrones de aquello que es pecado. Nadie espera agua en el desierto, ni ríos en la soledad. Él está diciendo aquí algo muy importante: está diciendo que la tecnología de la transición, los factores esenciales, es decir; aquello que necesitamos para llegar a nuestro próximo nivel con Dios, está fuera del contexto entendido y tradicional. Nadie dice que esto sea negativo y perjudicial, sólo le digo que es incompleto. La forma que nos va a llevar del oro lado es a través de lo no esperado: agua en el desierto, ríos en la soledad.

¡Así no se hacen las cosas! ¿Quién lo dice? ¡Lo digo yo que soy el que manda aquí! No me interesa. Usted no sabe cómo tienen que hacerse las cosas, porque Él, AHORA, lo va a hacer de la forma en que nadie se lo espera. Es lo inusual. Él dice que lo va a llevar a usted del otro lado, pero que lo va a hacer de una manera que está total y absolutamente fuera del contexto tradicional. Va a traer agua en el desierto. ¿Sabe? Nadie busca agua en el desierto. Entonces, Dios se está moviendo donde nadie lo está buscando. Quiero que entienda bien los factores esenciales para el cambio.

La conclusión, entonces, de este primer principio, es: Aquello que se necesita para transicionar, se deriva más allá de la actividad tradicional.

Por ejemplo: el presente mover de Dios no se está administrando por la imposición de manos. Cuidado que no le estoy diciendo que no haya que creer en la imposición de manos, no se equivoque. Lo que le estoy diciendo es que el presente mover de Dios, no se está operando por la imposición de manos, es decir: por ministración personal y gente cayendo bajo el poder. Entiéndame bien: todo eso, efectivamente, es Dios, sí, pero no es el epicentro de lo que Dios hace AHORA. Que haya multitudes, allí, buscando y viviendo eso, no significa que eso sea lo que Dios está haciendo hoy.

Dios está trabajando dentro de las naciones, no en la ministración personal. Eso fue el mover carismático de la década del noventa que ya terminó y que dejó lugar a algo nuevo por parte de Dios. Entonces; ¿Esto quiere decir que ya no se tienen que imponer más las manos? No. ¡Sí que se imponen! Pero sólo cuando sea necesario, no como fin de fiesta obligatorio. No es el epicentro de nuestra actividad, hoy. No es como se construye hoy. No es el énfasis presente. En la siega se trabaja con multitudes y, con multitudes, no se imponen manos, se decreta. Eso quedó, en todo caso, para aquellas pequeñas congregaciones de cuarenta o cincuenta miembros, pero es imposible para ministrar a las naciones. Allí se deposita una palabra que hace todo lo que las manos hacían. Eso sí: si la obedece.

En segundo término, tenemos que El camino hacia el agua es no considerar lo antiguo. No os acordéis de las cosas pasadas. Esa es la tecnología para encontrar el agua, que es lo que lo va a llevar a usted del otro lado. Lo que tiene que hacer es no acordarse de las posiciones anteriores que usted tenía. No recordar de “Cómo se hacía en mis tiempos”. Si usted sigue recordando, incluso añorando eso, no encuentra el agua.

No os acordéis... La palabra ACORDAR, aquí, es la palabra ZAKAR. Es un memorial en su mente. Es un pilar, una suerte de columna mental. Dios le está diciendo: remueve el memorial. Remueve el altar que has hecho de las cosas pasadas.

La ciencia le dice que algo que está memorizado, hace una especie de implante en su cerebro, porque la repetición de veintiuna veces de algo, llega a grabarse como las líneas de un disco en su cerebro y, cada vez que le pasa la púa, una aguja, (Aunque esto ya sea una antigüedad) después por allí se acuerda de eso y lo hace automáticamente. Dios le está diciendo a usted hoy: “pásale papel de lija a eso.”

A alguna gente le cuesta mucho trabajo esto porque se dan cuenta que algunas de las cosas que hay que eliminar son cosas en las que ellos creían ser bien buenos. “Eso era lo que yo hacía; si yo no hago eso, no tengo otra cosa por hacer”. Entonces, sienten que esas cosas se están eliminando y esa es la misma gente que lo puede matar a usted por el cambio. Dependían de una posición. Entonces, cuando ven que esa posición otrora muy prestigiosa va perdiendo valor y está llamada a desaparecer, lo matan. Prefieren matarlo a usted y a toda la iglesia antes que moverse para donde Dios dice. Entienda esto: nadie, por experto que sea en guerra espiritual, sabe muy bien lo que es un demonio desatado hasta que un religioso se enoja.

Dice: Tampoco consideres. La palabra CONSIDERES, se escribe BYL y se pronuncia más o menos como BAÍO, y significa “Asunto de percepción y discernimiento, entendimiento o revelación.” Es decir: suéltese o desátese de lo esperado por medio de su previo discernimiento. Desátese de lo que usted esperaba a través de su previa interpretación, para que pueda ver el agua.

¡Hermano! ¡Voy a una tremenda conferencia! Y usted ya tiene en su mente ciertas expectativas previas, muy definidas, con respecto a lo que esa conferencia le va a dejar. Dios dice: ¡Desátate! ¡Desátate de eso para que veas el agua de esta conferencia! De otro modo, van a decirle algo nuevo y usted seguirá interpretándolo como lo que ya conocía anteriormente.

Por eso digo que a veces, en la ministración, se le va a uno la mitad de la conferencia, destruyendo lo que usted esperaba para depositar lo que uno trae. Es un trabajo. Usted no sabe la actividad mental que es predicar. “¡Pero no, hermano!”, Le dicen; “¡Si usted predica por el Espíritu!” Eso es cierto; pero cuando Él le dice que el pueblo es duro de cerviz y barra de bronce, que no le quepan dudas que es así, y que no está hablando de historias antiguas, precisamente.

Recuerde: lo que era desierto, ya no es desierto porque ahora hay agua. Y lo que era soledad ya no lo es porque ahora hay río. Lo que la previa interpretación esperaba, ya no es. Es relativo porque cambió. Ya no es desierto, ahora hay agua. No te acuerdes y no consideres, para que encuentres el agua, que es la necesidad esencial que lo lleva a usted a la vida. Y la vida, aquí, es el próximo nivel con Dios.

Como tercer aspecto, él dijo que No puede usted moverse hacia lo nuevo mientras se encuentre aferrado a lo viejo. Son factores del cambio. Si usted es Josué y todavía depende de Moisés, no cruza. Si usted es Samuel y todavía anda enamorado de Elí, se fastidia. Y además de fastidiarse, no entra. Si usted es David y quiere serle fiel a Saúl, no es rey. Si es usted Juan el Bautista y no se quiere morir ni declinar para que Cristo llegue, Cristo no llega. En toda la Biblia desaparece lo primero para establecer lo último. Hebreos 10 dice: Quita lo primero para establecer lo sagrado. Hebreos 8:8 dice que lo segundo no se puede manifestar mientras lo primero esté en pie. La verdad es que lo nuevo, viene a través de la fragmentación de lo viejo.

Los evangelios le dicen a usted que un pedazo de tela nueva no puede ser adherida a una ropa vieja porque rompe todo, y que nunca el vino nuevo puede introducirse alegremente en odres viejos. Dios pone el vino; nosotros tenemos que preparar el odre.

En cuarto lugar, señala que Lo nuevo se levanta de en medio de la muerte y la ineficacia de lo viejo. Es decir que: la razón por la cual hay cambio, no es porque alguien tenga caprichos soñadores, sino porque lo viejo se muestra ya ineficaz y no suficiente.

(Hebreos 7: 18)= Queda, pies, abrogado el mandamiento anterior a causa de la debilidad e ineficacia.

(Hebreos 8: 13)= Al decir: nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.

¿Cuándo queda obsoleto el viejo? ¿Cuándo comienza el Nuevo? No. Es AL DECIR que viene el Nuevo, que el viejo queda obsoleto. Cuando el decreto de lo nuevo se manifiesta, el decreto determina obsoleto lo que existe para abrirle camino al Nuevo. Al decir Nuevo, el viejo es obsoleto. Para que entre el Nuevo, primero usted va a tener que romper el viejo. Por eso, hay mucha gente que está operando en un sistema obsoleto no puede ver ningún fruto, ningún resultado, porque ya se ha dicho que el nuevo sistema está. Esa declaración, ese decreto, ha dado por viejo al anterior.

(Hebreos 10: 1)= Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

(2) De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. (Aquí puede notar usted con claridad que, efectivamente, era una sombra)

(Hebreos 9: 8)= Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.

Preste atención que aquí se deja en evidencia que no podemos manifestar lo nuevo hasta que lo viejo se caiga, se fragmente. En su mente, principalmente, no tanto en las prácticas. Esto no es un problema ritual, es un problema mental. Ritualmente hubo muchísima renovación, pero mentalmente, hay tanta o más religiosidad que antes.

No considerar las cosas viejas. Las fortalezas que se construyen, deben ser destruidas. Nadie habla de destruir templos ni ministerios, sino su expectativa de ellos para que se muevan con Dios. Cuando usted accede a la verdad interna, ya no hay nada externo que pueda atraerle. Yo amaba las fiestas y celebraciones en el templo. Hoy sé que si no hay Palabra fresca y pura, no hay fiesta alguna, sólo ruido.

En quinto término vemos que Aquello que era reconocido anteriormente, ya no es la atracción del Espíritu.

(Hebreos 7: 14)= Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

El mover anterior del levita era el que causaba atracción al Espíritu, pero ahora Dios está haciendo algo a través de la tribu de Judá de la cual nadie había dicho nada. Sin embargo, allí está hoy centralizada toda la atención del Espíritu. El día de la crucifixión de Cristo, el sacerdote entró al templo a sacrificar su cordero como siempre, pero ese día Dios no estaba en el templo. Todavía siguen yendo al templo. Mucha gente va a Jerusalén y trae agua porque cree que es bendita, o piedras que cree que son santas. Pero la gente necesita algo para idolatrar. Mío. Muy mío. Sólo mío. ¡Y no me vaya a tocar mi demonio mascota!

Algo para tener muy en cuenta: Cuando Dios transiciona hacia una nueva posición, esa posición siempre es superior en poder a la anterior, nunca peor o menor.

Esto debe producir paz en su espíritu, no conflicto. Cuando salió de Elí se introdujo en Samuel y Samuel fue mejor. Cuando salió de Saúl se introdujo en David y David fue mejor. Cuando salió de Moisés se introdujo en Josué; Josué repartió la herencia, Moisés no. Cuando salió de Elías, se introdujo en Eliseo. Eliseo hizo el doble. Cuando salió de Jesús, (Y aquí es donde normalmente aparecen los espíritus religiosos haciéndonos torcer la boca) se introdujo en la iglesia y ahora la iglesia lo tiene que hacer mejor y terminarlo.

Es mejor Cristo en nosotros que en Jesús. Por eso Él dijo: “Es mejor que yo me vaya, porque si no me voy, no se puede introducir en ustedes. Y cuando se introduzca en ustedes, mayores cosas que yo harán”.

Salió de la tienda personal y se introdujo en el tabernáculo. Salió del tabernáculo y se introdujo en el templo. Salió del templo y se introdujo en Jesús. Salió de Jesús y se introdujo en la Iglesia. Salió de la Iglesia y... ¿Se fue al cielo? No. Se equivocó. La Iglesia es el final. Si la Iglesia tuviera que ir al cielo se hubiera quedado donde comenzó; si allá estaba...

Salió de las enseñanzas de Jesús y se introdujo en las enseñanzas de Pablo. Las enseñanzas de Pablo fueron más profundas que las de Jesús. Pero salió de Pablo y ahora las estamos interpretando, hoy. Somos mucho más profundos que Pablo. Hoy sabemos más, estamos dos mil años más cerca. Entendemos lo que a Pablo se le profetizó. Claro que si usted tiene una mentalidad religiosa, esta alternativa le barrena el piso. Pero no le hace; sigue siendo cierto. Lo que estoy tratando de decirle con esto, es: no tenga usted temor; para donde vamos, es mejor, porque es en el patrón bíblico.

Aquí es donde entra otra concepción contundente y concreta: Si su justicia no supera a la de los fariseos, usted no entra.

En Mateo 5, vemos las bienaventuranzas. Siempre las hemos leído con ojos evangelísticos. No está mal, sirve, ayuda, aporta, bendice. Sin embargo, las bienaventuranzas son mandamientos, no sugerencias.

(Mateo 5: 17)= No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.

(18) Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

(19) De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños (¿Qué mandamientos? Las bienaventuranzas, estas, que acaba de mencionar) y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

(20) Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis al reino de los cielos.

Y ahora el señor comienza a introducir reforma, cambio; y lo hace a través de palabras sencillas y prácticas. No vamos a leer puntillosamente todo, sino simplemente a rescatar el espíritu, el epicentro de esas modificaciones, mire:

Oísteis que fue dicho a los antiguos: no matarás, y cualquiera que matare será culpable de juicio. (22) pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

(Verso 27)= Oísteis que fue dicho: no cometerás adulterio, (28) pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

(Verso 31)= También fue dicho: cualquiera que repudie a su mujer, déle carta de divorcio. (32) Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
(33) Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: no perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. (34) Pero yo os digo: no juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; (35) ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey.

(Verso 38)= Oísteis que fue dicho: ojo por ojo, y diente por diente. (39) Pero yo os digo: no resistan al que es malo, antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

(Verso 43)= Oísteis que fue dicho: amarás a tu prójimo, o aborrecerás a tu enemigo. (44) Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen.

(Verso 48)= Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro padre que está en los cielos es perfecto.

Note que el fin de todas las bienaventuranzas es perfeccionarlo a usted. No hacerlo sentir bien; perfeccionarlo. Él dice que no rompa ninguno de estos mandamientos. El principio, entonces, que salta a la vista aquí es que: si su justicia no excede a la de los fariseos, usted no entra.

Los fariseos, aquí, representan el standard previo de fe. La posición presente que estaba siendo cambiada. La relación, el nivel de relación, el standard de la carga que traían, el entendimiento que tenían, todo lo que era presente en el tiempo del fariseo, eso estaba siendo cambiado por el tiempo de Jesús. Porque Jesús llega a tiempo de cambio y le dice a la gente: “Si ustedes no exceden el modelo fariseo, no entran.” En el tiempo de cambio, el que se quede en la estación anterior, no llega a destino.

(Mateo 7: 28)= Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Note que el resultado es un cambio de gobierno, un cambio de presión en la Palabra de Dios, una mayor demanda y expectativa a través de la Palabra. El standard presente, dijo: “Este hombre predica diferente a nosotros...”

Es decir: eso es lo que Dios quiere: promoverlo a usted, introducirle a mayor autoridad. A una demanda superior en la palabra. Estaban atónitos. Se quedaron admirados. La palabra ADMIRADO tiene que ver con la palabra ATÓNITO. En estado de shock. La gente no cambia nada sin que primero no haya un shock en su corazón. Hay veces que hay que ofender la mente para alimentar el corazón.

Sin autoridad, la gente no cambia. Cuando se le sugieren cosas a la gente, la gente le da su opinión y todas las opiniones son ciertas, pero ninguna es verdad. Y sólo la verdad le libera. Y la verdad no se sugiere, la verdad se imparte.

Entonces hay que traer al pueblo a un estado de shock para que evalúe a donde está. Porque por allí le juran que están terminando la obra. Hay que permitir que el shock de la Palabra les haga ver que todavía no lo saben todo.

Hay mucho más para decir, créame. El problema, a veces, es que no hay a quien dárselo. Se atragantan. Y cuando se atragantan por hambre vieja, no le cargan las culpas al que los tuvo sin comer; se las cargan al que les trajo el primer bocado consistente. Dios tiene todavía muchas cosas para compartir, pero apenas tenemos preparado el odre para recibirlo.
Texto secundario



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