sábado, 24 de abril de 2010

Regala una Biblia al asesino de su esposa: "Léela, salvará tu alma"

Sandra Pumarejo, dependienta de una joyería en Manhattan, perdió la vida asesinada por las puñaladas de David Andrango, compañero de trabajo que estaba robando joyas valoradas en diez mil dólares. Condenado a cadena perpetua por el tribunal, recibió como regalo una Biblia de parte del viudo, Noel Pumarejo, que invitó al condenado a leerla porque «salvará tu alma».
El asesino ha sido condenado a cadena perpetua en la Corte Criminal de Manhattan, un juicio al que asistió el viudo de la asesinada Sandra, Noel Pumarejo.

Noel, aunque deshecho durante el juicio, en vez de asumir la tradicional actitud de otros familiares de víctimas, que llegan a insultar o a intentar agredir a los sentenciados en las cortes, regaló la Biblia al asesino de su mujer.

«Acabo de leer esta Biblia que te estoy dando, este libro salvará tu alma. Dios te bendiga David», le dijo el viudo de la víctima al asesino ante el asombro de todos los presentes, incluido el propio juez que le impuso la condena al reo.

ASESINO ARREPENTIDO
David Andrango la recibió entre sollozos incontenibles, y humillado delante de todos en un ambiente de silencio indescriptible.

Luego de escuchar la sentencia, el asesino dijo que es consciente de que nada le devolverá la vida a su víctima y señaló que no lo pensó antes de actuar. «He perdido a mis hijos y mi familia, pero yo también la tendré por siempre en mis oraciones», dijo el agresor. Todos lloraban desconsoladamente en la corte.

«No puedo mirarlos a la cara, porque me da vergüenza», añadió. «Gracias por la Biblia, la leeré todo el tiempo y la llevaré conmigo» finalizó Andrango.

HISTORIA DE UNA TRAGEDIA
Fue hace tres años cuando el ecuatoriano David Andrango, de 32 años de edad, asesinó brutalmente a puñaladas a su compatriota Sandra Pumarejo, después que ella le sorprendiese robando orfebrería en oro valorada en 10.000 dólares en la joyería en la que ambos trabajaban.

El ahora condenado trabajaba como mensajero en el mismo establecimiento que la mujer, que al darse cuenta de la sustracción, y ante la imposibilidad de devolver ya las joyas, le pidió a su compañero que devolviera el dinero. Le propuso que lo hiciera a plazos y que ella mientras no delataría el hueco en la contabilidad, sin denunciarlo a la policía, siempre que fuese cubriendo su “deuda”. Después de pagar 400 de los 10.000 dólares robados, Andrango decidió asesinarla.

UN MENSAJE DE PERDÓN
Sandra y Noel Pumarejo estuvieron casados por 19 años y tienen una hija. El trabajaba en la limpieza de un hospital de Bronx; mientras que su esposa ejercía como contable en la joyería Michael Dawkins de la calle 65, el lugar donde fue asesinada.

Pumarejo contó también su historia, sobre cómo «Dios me había tocado» y había creído en el mensaje del Evangelio. «Sentí un dolor punzante e irreparable en mi corazón el día de su muerte, pero Dios me envió una señal diciéndome que ella está en el cielo y que un día volveremos a estar juntos».

Por otra parte, explicó que no le importa la condena contra el asesino, sino que éste «también se convierta y sea salvo por Dios».

Fuente: P. Primicias. Edición: ProtestanteDigital.com.



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