El amor de Dios

Muchas veces pensamos en las ocurrencias de la vida, en los aconteceres de los tiempos, dependiendo de cómo sean en nuestras vidas; si han ocurrido cosas o momentos difíciles en la cuales nos vemos obligados a tomar decisiones extremas o hemos perdido algo o alguien, nos llega muchas veces la siguiente pregunta: Donde está Dios en este momento?

La mayoría de las veces, no podemos notar la presencia de Dios, porque Dios así lo ha querido, talvez para corregirnos de manera ardua o para ver simplemente como actuamos en esos momentos de silencio.

Lamentablemente a veces no elegimos bien, no pensamos con exactitud ni podemos en esa forma tomar decisiones correctas.
Es entonces cuando nos viene la tribulación, el desierto o la prueba, y es en donde tenemos que estar lo mas sobrio posible para así poder elegir de forma correcta y no caer en desgracias.

Dios, aun no podemos presenciarlo, aun cuando no podemos sentir su apoyo, es cuando mas trabaja, es cuando mas está restaurando nuestras vidas, pero a veces por no sentirlo creemos que nos ha abandonado o nos ha dado la espalda entonces empezamos a divulgar o a exigirle y aun hasta maldecirle y nos viene e quebranto.

Porque conocer a Cristo en los momentos difíciles?
Dios es amor, pero también es fuego consumidor, y esto es algo que no se predica casualmente o seguidamente; y es un tema el cual deberíamos conocer hasta el fondo.
Porque Dios cuando nos hace el llamado o cuando nos quiere corregir algo, primero lo hace con amor con paciencia y tranquilidad. Como dice la palabra que padre que su hijo le pida un pan y el padre le de una piedra, que su hijo le pida un pescado y que su hijo le de una serpiente; así si nosotros sabemos dar de buena manera, cuanto mas nuestro padre celestial que esta en los cielos…



Esta claro que Dios, nos amo tanto, que dio a su único hijo, Cristo, para que todo aquel que en él crea no se pierda más tenga vida eterna. Es demasiado amor ofrecido por Cristo, aun cuando no lo merecemos, él esta siempre presente y fiel. Pero que le damos nosotros a EL?

Debemos saber y entender que Cristo necesita que le demos todo nuestro ser, lo prioritario, no lo que nos sobre, lo mejor, no lo peor, lo primero no lo ultimo ni lo segundo, lo mas preciado no lo que nos sobre, la perla mas bella no la que tenemos arrinconada llena de polvo, nuestras mejores dadivas no las peores y aun mas, nuestro mejor tiempo, no el que nos sobre…

Así como le queremos dar lo mejor a nuestra familia, hijos o amigos, tenemos que entender que Cristo es sobre todas la cosas, dice la palabra que el que ama mas a su pare o madre hijo o hija mas que a Cristo, entonces no es digno de EL.
Mas que claro lo dice ese anterior versículo, Cristo nos exige lo mejor de lo mejor para el.

Entonces la pregunta es: Que le das tú a Dios?
Estas conciente de que le sirves en espíritu y verdad?
Como esta tu relación con Cristo ahora mismo?

La palabra de Dios, no se basa solamente en cumplir los diez mandamientos o de entregarse por todo a una iglesia.
Claro, todo eso es parte de la buena doctrina y entrega a Cristo, pero lo primordial es darle todo de todo a Dios, entregarse por completo, negarse a si mismo para seguir las leyes de Dios.
Dentro de las cuales, la mas importante es amar a Dios sobre todas la cosas con toda nuestra fuerza mente y corazón. Luego es amar al prójimo como a ti mismo, por otro lado la palabra dice que no debemos hacer a nuestro prójimo lo que no nos gustaría que no hicieran a nosotros. Cristo es demasiado claro en estas palabras, amor sobre todas las cosas.


Esa es la palabra clave, si mostramos amor, mostramos que Cristo esta sobre nosotros, porque Cristo es amor. Ahora si no respondemos en el llamado con amor, entonces tendremos que aceptar el llamado por amonestaciones. Por que Dios es amor pero también es fuego consumidor. Cristo nos quiere y como dice su palabra, al que Dios quiere, amonesta o disciplina.

Hagamos conciencia y un autoexamen interior, y busquemos a Cristo con nuestro corazón y alma, en espíritu y verdad, dando frutos de arrepentimiento y buscando la presencia y el rostro de Cristo a tiempo y fuera de tiempo. Esa es la mayor bendición que cualquiera pueda recibir en este mundo y el venidero.

¡ Dios te bendiga!

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