miércoles, 10 de agosto de 2011

Los problemas morales

La congregación de Corinto sirve como ejemplo de la iglesia que acepta las costumbres y el comportamiento de su cultura en vez de resistir al pecado. Muchos se habían dejado llevar por la llamada sabiduría de los filósofos de Corinto. Los efectos de esto se veían en la debilidad de las convicciones morales de la iglesia. El resultado natural trajo la falta de disciplina. La congregación pasaba por alto el escándalo y Pablo se vio obligado a tratar severamente esa actitud. Como los corintios no aceptaban su responsabilidad espiritual en ese asunto, Pablo lo trató en público y los reprendió. Les advirtió que la tolerancia del pecado menoscabaría la fortaleza espiritual de la iglesia. El pecado no guarda silencio cuando se introduce dentro de un grupo de creyentes. Si no se trata, su influencia aumentará hasta abrumar a la iglesia que profesa servir a Cristo.

Comentario Bíblico

I. Se juzga la inmoralidad (1 Corintios 5:1-13)

A. Se reprende la actitud indiferente

La palabra griega que se traduce "fornicación" en el versículo uno se refiere a toda clase de inmoralidad sexual. En este caso se trataba de una relación de incesto entre un miembro de la iglesia y su madrastra. Esto lo sabían muchos en la iglesia. Pablo dijo que este pecado ni aun se nombraba entre los gentiles, ¡pero estaba dentro de la iglesia! Aunque sólo un miembro era culpable, la situación afectaba a toda la congregación porque había adoptado una actitud de indiferencia hacia el pecado que era totalmente contraria a las Escrituras. Su falta de acción demostraba que no consideraban grave ese pecado.

El incesto entre un hombre y su madrastra era una de las dos relaciones que caían bajo la pena de muerte según la Ley (Levítico 20:11,12). Otras formas de incesto se castigaban separando a los culpables de la congregación de Israel, lo que significaba la pérdida de todas las bendiciones del pacto, una condición que Dios ponía sobre los culpables (Levítico 20:17,19-21). Pablo trató el asunto directamente y con energía. Es posible que la mujer no perteneciera a la iglesia, ya que sólo se menciona al hombre.

Pregunta: ¿Cómo demostraron el orgullo los corintios?

En vez de sentir pesar por ese cáncer moral en su medio, los corintios estaban envanecidos. "Envanecidos" es una palabra que Pablo usaba con frecuencia cuando hablaba de ellos. Dijo que se enorgullecían por los líderes que admiraban y seguían (1 Corintios 4:6). Estaban envanecidos porque creían que no necesitaban la autoridad de Pablo. Tampoco querían que los volviera a visitar (4:18,19). Estaban envanecidos por su "conocimiento" (8:1). En 1 Corintios 13:4 Pablo le recordó a la congregación que los creyentes controlados por el amor no se hincharían de orgullo.

La inmoralidad que era común no les había afectado su arrogancia en nada. Los miembros de la iglesia se comportaban como si tal situación no existiera. Hasta parece que se sentían orgullosos de su tolerancia del pecado.

B. Se exige la disciplina

Si Pablo hubiera estado presente, habría reunido a la congregación, traído al hombre y juzgado el pecado, pero aunque Pablo no podía estar físicamente presente, lo estaba en espíritu y ya había decidido lo que se debía hacer. Pablo reconoció que todo juicio en la iglesia estaba bajo la autoridad del Señor Jesucristo (versículo 4). Por ser apóstol, tenía esa autoridad para actuar como lo hacía.

Pregunta: ¿Qué disciplina (o castigo) insistió Pablo en aplicar al individuo pecaminoso?

Debido al pecado de dicho hombre, Pablo decretó que el tal debía ser quitado de su medio. Así estaría sujeto a los ataques de Satanás ("entregado a Satanás") sin el apoyo y la protección de la congregación. Ya no lo acompañarían las oraciones del grupo.

La palabra griega que se traduce "carne" puede significar ya sea la naturaleza camal o el cuerpo físico. Algunos comentaristas creen que la "destrucción de la carne" significa que bajo las pruebas de Satanás, los impulsos camales del hombre serian vencidos. Sin embargo, ya que "carne" se usa en contraste con "Espíritu" en el versículo 5, parece más probable que Pablo se refería al cuerpo físico del hombre.

Debemos reconocer que esta disciplina tenía el propósito de hacer que el individuo que había pecado se arrepintiera ("a fin de que el espíritu sea salvo"). Pablo decía que si para rescatar al hombre de la condenación eterna se hacía necesario ocasionarle la enfermedad y el sufrimiento aun al punto de la muerte, eso valdría la pena.

El apóstol llamó la atención a la influencia que este miembro inmoral ejercía en toda la congregación. Usó la ilustración de la levadura, que a menudo se usa en la Biblia como símbolo del mal. En las casas de Israel no se permitía la levadura durante la Pascua y las fiestas de los panes sin levadura (Éxodo 12:15-20).

Si se le poma levadura a la masa fresca, la levadura se extendería y terminaría leudando toda la masa. Pablo advirtió que este pecado se extendería por toda la iglesia si no se corregía rápidamente. La levadura del mal no se quedaría en una sola persona. La identidad de la congregación como el cuerpo puro de Cristo estaba en peligro por causa de un hombre.

Pablo ya les había dicho de antemano a los corintios que no se asociaran con las personas inmorales. Ahora les aclaraba eso para que supieran que no se refería a sus asociaciones con los de fuera de la iglesia. De otra manera, no podrían llevar a cabo las actividades diarias que incluían a los pecadores, pues si un supuesto cristiano cometía el pecado abiertamente, los demás debían desecharlo. No debían ni sentarse a comer con tal persona (versículos 9-11). Pablo declaró que los cristianos no eran responsables de juzgar a los que están fuera de la iglesia, pero insistió que la iglesia debe juzgar a sus propios miembros (versículos 12,13).

En estos días de decadencia moral, los creyentes deben permanecer firmes en su conducta según la Biblia. Si la Iglesia ha de tener el poder del Espíritu, debe permanecer pura. Los cristianos no deben atreverse a creer que los pecados sexuales no invadirán su medio. La presión de la inmoralidad sexual viene de todos lados. La sociedad da la impresión que la perversidad sexual no es tan seria como Dios dice. Los creyentes están en terreno peligroso cuando comienzan a pasar por alto lo que Dios piensa del pecado. El siguiente paso puede ser cometer los pecados que Dios aborrece. Jamás deben olvidar las palabras de Jesús: "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:8). Pablo les escribió claramente a los tesalonicenses: "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación" (1 Tesalonicenses 4:3). La iglesia no puede comprometer las claras y-permanentes normas de Dios. El llama a su pueblo a vivir sana y santamente para que testifique del poder salvador de Dios en Jesucristo.

II. Se extiende el perdón (2 Corintios 2:1-11)

A. El corazón pastoral

En 2 Corintios Pablo contesta a sus críticos que lo acusaban de no regresar a Corinto. Pablo dijo que si regresaba en ese momento, tendría que tratar severamente a la iglesia, incluso el problema moral de 1 Corintios 5. Esto hubiera ocasionado tensión y tristeza en la iglesia. También hubiera entristecido a Pablo, porque como persona con un verdadero corazón de pastor, se gozaba de ministrarles, y no quería hacerles daño.

Todo el que hoy crea que Pablo fue muy severo al exigir que la iglesia juzgara al culpable de incesto, debe leer cuidadosamente 2 Corintios 2:4. Pablo no se proponía castigar a alguien sólo por la satisfacción de demostrar su autoridad. Su corazón se había entristecido cuando escribió esas palabras. No reprendió a la congregación para lastimarla sino para demostrarle que la amaba. Pablo era como un padre que ama mucho a su hijo pero que sabe que hay que disciplinarlo para que haya un cambio necesario.

B. Un equilibrio entre el amor y la disciplina

Pregunta: ¿Cómo es que al demorar su visita, Pablo pensaba en lo mejor para los corintios?

En 2 Corintios 2:5 Pablo comenzó una defensa de la acusación de que había sido muy severo en la disciplina de un hermano que se le oponía. Pablo les recordó a los corintios que el hombre no sólo lo había ofendido a él sino a toda la congregación. La ofensa no era personal, pues había afectado a todos lo que tenían que ver con la iglesia. La orden de disciplinar a ese individuo no expresaba su enojo. La solidaridad de la iglesia estaba en peligro, y las órdenes que le causaron agonía a Pablo al aplicar la disciplina eran una necesidad inevitable.

Preguntas: ¿Es posible sobrepasarse en la disciplina? ¿Cuáles son los resultados negativos cuando una iglesia se sobrepasa en la disciplina?

En este pasaje se ve claro que la iglesia de Corinto había respondido positivamente a la orden de Pablo. Había puesto en disciplina al ofensor. Sin embargo. Pablo temía que tratarían de compensar por su indiferencia del pasado llevando el castigo más allá de lo necesario. El propósito de la disciplina era restaurar al pecador, no echarlo fuera para siempre. Por las palabras de Pablo se ve que la persona había demostrado el arrepentimiento genuino. Pablo ahora animaba a la iglesia a demostrarle su amor perdonándolo y aceptándolo de nuevo en la hermandad.

La clave de todo el asunto era el arrepentimiento genuino del pecador. Si se hubiera negado a reconocer que había hecho algo malo, o si hubiera tratado de justificarse y no demostrar ningún remordimiento, la iglesia no hubiera tenido otro recurso que excomulgarlo. No hubiera habido manera alguna de restaurarlo a la comunión cristiana. El arrepentimiento del ofensor es imprescindible para que haya restauración.

Pablo le aseguró a la iglesia en Corinto que si ellos perdonaban al hombre, él también lo perdonaría. El apóstol dijo muy claro que extendía su perdón en el nombre de Cristo (versículo 10).

Pregunta: ¿Cómo se podría aprovechar Satanás de la disciplina de la iglesia?

Pablo reconocía el constante deseo de Satanás de ser estorbo a la iglesia. La "maquinación" de Satanás (versículo 11) tenía el propósito de esclavizar al hombre en el pecado. Ahora que el pecador se había arrepentido, Satanás trataría por otros medios de vencer al creyente. Pablo sabía que si la iglesia seguía acusando al hombre de su ofensa, el diablo podía usar la situación para vencerlo con la depresión y el desánimo. Satanás podría convencer al hombre que no tenía más esperanza y persuadirlo a abandonar su fe por completo. Esto hubiera destruido todo el propósito de la disciplina que había recibido.

Nunca se prueba más el carácter de una iglesia que cuando se pone en disciplina a un miembro que ha caído en el pecado. El pecado debe tratarse dentro de la congregación de creyentes. Si no se hace así, la causa de Cristo sufre las consecuencias. Sin embargo, si la disciplina se lleva a cabo con venganza, es muy probable que el pecador se pierda en vez de ser restaurado. La disciplina exige mucha oración y sabiduría. La iglesia local debe ver que la disciplina se administre con amor y gracia.

III. Animo para vivir en santidad (2 Corintios 6:14-7:1)

A. Exhortación a vivir separados.

Pregunta: ¿Cómo pueden contraer "yugos desiguales" los cristianos hoy?

Es probable que Pablo pensara en Deuteronomio 22:10 cuando se refirió al yugo desigual. Es obvio que los cristianos tienen que asociarse con los pecadores en sus actividades diarias. Pablo dijo que el hijo de Dios no debe unirse o asociarse con los incrédulos que le pueden llevar a transigir sus valores. Este principio bíblico general abarca muchos aspectos de la vida.

Fíjese en las palabras que usó Pablo para mostrar el contraste entre la vida de los cristianos y la de los que no lo son: La justicia, la injusticia; la luz, las tinieblas; Cristo, Belial; el creyente, el impío; el templo de Dios, los ídolos. No hay nada en común. El creyente debe ser tan diferente del incrédulo como la luz de las tinieblas, Cristo de Satanás, el templo de Dios del de los ídolos.

B. La responsabilidad personal

Pregunta: ¿Qué debe hacer el creyente para llevar una vida limpia si Dios es el único que puede ofrecer la limpieza espiritual?

Solamente Dios le puede dar al creyente el poder para vivir una vida santa; sin embargo Pablo les advirtió: "Limpiémonos" (7:1). Todo cristiano tiene la responsabilidad de permanecer cerca del Señor, resistiendo y rechazando las tentaciones de Satanás. "Perfeccionando la santidad" quiere decir madurar en la manera santa de vivir. El motivo mayor para tal madurez es la reverencia a Dios.

La limpieza de lo que Pablo llamó "contaminación" debe tener un efecto en la conducta, los pensamientos y las obras. Los pecados de la carne, externos, se notan fácilmente, pero los del espíritu, internos, son más sutiles. Esos pecados invisibles son contrarios a lo que Dios desea para el creyente. Algunas de las manifestaciones más comunes de la contaminación del espíritu son la ira, los celos, la avaricia, la codicia, la crítica y los pensamientos lujuriosos. Los creyentes tienen la responsabilidad de tratar de ser cada vez más como Cristo. El cristiano debe pedirle a Dios diariamente que le purifique la vida de toda maldad.

Aplicación

Es maravilloso cuando el cristiano confiesa su pecado, es perdonado y restaurado. Es mucho mejor cuando se entrega a una vida santa de manera que jamás peque. Los cristianos no deben desconocer la realidad sino reconocer que viven en un mundo saturado de maldad y tentaciones. La insensatez más grande que pueden cometer es creer que son demasiado fuertes para caer en el pecado. La victoria del creyente depende de su relación con Dios a través de la oración, la lectura diaria de la Biblia y sus principios y la comunión constante con el Cuerpo de Cristo.

Muchos cristianos tienen una lista de cosas de las que se separan, pero nunca es suficiente desarrollar listas de lo que se debe o no hacer. Ninguna lista hecha por el hombre abarcaría todo. En vez de eso, el creyente debe estar listo a recibir la influencia del Espíritu Santo para tener su guía en cualquier circunstancia. Pablo dijo que los cristianos deben apartarse completamente de todo lo que los separa de Cristo. "Salid... apartaos" (6:17) es lo que Dios manda. Los cristianos no deben jugar con el mal sino apartarse de él. Esto es posible sólo con la ayuda del Espíritu.

El tiempo de parar la decadencia moral es cuando comienza, o mejor aun, antes que comience. Si un cristiano se da cuenta que está dejando los pensamientos, actitudes u obras de Cristo, necesita pedirle perdón al Señor, y su limpieza y ayuda para vencer la tentación.



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