martes, 15 de junio de 2010

Quinta etapa del matrimonio


Esta etapa es la del amor transcendente, es de los 36 años en adelante.

Uno de los pasos importantes en esta etapa es prepararse para la jubilación, sin embargo incluye mucho más que simplemente planes financieros incluye también la preparación sicológica.

Deben celebrar las nuevas oportunidades y procesar el dolor de las limitaciones inevitables y acéptelas. Enmiende su sueño, si es necesario, según las circunstancias lo requieran. Tiene que ser flexible o nunca llegará a ninguna parte.

Es necesario estar preparado mentalmente para los golpes y sobresaltos. Una promesa y mito muy dañino es que dos personas, que han estado juntas por décadas, pueden pasar suavemente y sin fricción a los años de jubilación. Muchos sicólogos dicen que el cambio de vida producido por la jubilación es tan grande como el de la pubertad o del matrimonio mismo.

Las personas que no han resuelto las cuestiones de control y de individualización versus unión de las primeras etapas van a chocar aquí en la jubilación con esos problemas no resueltos. Tal vez hayan sido capaces de sobrellevar por 20 0 30 años el enfrentarse a ciertas cuestiones, pero cuando uno de los dos llega a la jubilación no habrá escape al problema. El control y los límites personales son dos factores muy grandes en los ajustes del retiro.

Qué clase de estilo de vida tiene como visión para su jubilación? Tal vez prefiera reducir en cierto grado su forma de vida así como su presupuesto de gastos. Ahora es una buena oportunidad para simplificar su existencia. Tómelo con calma, reduzca los quehaceres domésticos, las tareas, los deberes, las necesidades y las complejidades de la vida moderna. Fije con firmeza en su mente lo que usted y su cónyuge esperan y quieren. Algo de suma importancia es que dialoguen acerca de esto, que se pregunten como vivirán, si viajarán, si trabajarán, en que ocuparán su tiempo.

Cada persona necesita su propio espacio. Debe también haber uno neutral para estar contentos con la cantidad aumentada de proximidad física y residencia. Estos espacios pueden estar dentro o fuera de la casa, pero deben existir. Cada esposo debe estar dispuesto a respetar el territorio del otro y el tiempo, ningún esposo debe sentirse encadenado, negocien como dividirán su tiempo. Apóyense a diario mutuamente.

El crecimiento espiritual debe continuar hasta la muerte, así como crece la sabiduría temporal. No sólo que no hay que descuidar la dimensión espiritual, sino que este es el tiempo de su vida en que hay que nutrirla. Determinen tener juntos un tiempo de oración.

Observe los cambios en esta quinta etapa como otra red de adioses y olas, de algo bueno ligado a lo malo. Aunque esta es una manera cómoda de mirar a la vida en general y a su matrimonio en particular, durante cualquier etapa, ahora en estos días postreros es cuando la filosofía paga ricos dividendos. He aquí, también una espléndida oportunidad para profundizar la intimidad, a medida que usted y su cónyuge los exploran y dialogan sobre ellos. Esto conduce a una coexistencia pacífica durante estos últimos años: Continuar el Amor Renovado, a pesar de tantas razones para no hacerlo.

Poderosos impedimentos obstaculizan el cumplimiento de esta tarea. El puro estancamiento conocido llega a ser a menudo uno de los mayores culpables. Es tan fácil dejarse arrastrar y distanciarse, encerrarse en uno mismo, hacer las mismas cosas conocidas, dar por sentado las usuales. En verdad muchos ancianos se equivocan al confundir el estancamiento con la paz. Las personas que se estancan dejan de crecer, el deterioro físico estimula y se suma al estancamiento. Por fortuna, a estas alturas la pareja también tiene muchas cosas que les ayudarán a seguir avanzando en la tarea. Su larga historia juntos forma un vínculo poderoso. El amor trascendente es una perspectiva profunda y pacífica de su cónyuge y de la vida.

Cada etapa configura nuevas condiciones en el interior y exterior del matrimonio a las que resulta difícil adaptarse. Depende de cada pareja el conducirlas hacia el enriquecimiento o hacia el quebrantamiento y la disolución.

Experimentamos cambios externos a la voluntad de la pareja, los cónyuges dependen más el uno del otro y enfrentan el mismo entorno. Tal vez, el exceso de dependencia puede causar algunos problemas por cuanto cada uno quiere ser independiente pero que el otro sí dependa de él. Si ocurre la muerte de alguno, se convierte en un suceso especialmente triste porque involucra no sólo el quedar solo sino el depender de una tercera persona.

El punto hasta el cual tenga problemas para admitir mi propia muerte puede reflejar, de una manera significativa, que no he aceptado algunos de los aspectos pasados o presentes de la vida. Los problemas incluyen temor, depresión, ira y amargura. Aun más, si tengo mucho temor, ira o negación exageradas acerca de mis pérdidas y adioses inevitables, eso me dirá que he fracasado en hacer las paces (en aceptar) con algún aspecto de mi vida.

Indiscutiblemente la PRESENCIA DE DIOS en nuestras vidas y en nuestras familias, va a llevarnos con toda seguridad a mejorar el área de las relaciones familiares. El creó al hombre y a la naturaleza con un diseño muy particular: una pareja inicial, hijos que se agregan, familia extensiva, y luego una gama de personas que se suman en distintos momentos de nuestra vida.

Cuando nuestra relación personal con Dios es continua y de amor, estaremos en condiciones de extendernos en sanas relaciones con los demás, en especial con nuestra pareja. Si permitimos que Jesús sea el centro de nuestras vidas entonces el constituirá el centro de nuestro hogar.

Fuente: cashluna.org



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