lunes, 27 de diciembre de 2010

Del pesebre a la cruz!!!

Jesús nació con un propósito, acercarnos al Padre y darnos nueva vida con Su muerte y resurrección.
Por: Pastor Rodolfo Mendoza, diciembre 26, 2010
Del pesebre a la cruz

En época de navidad, el mundo celebra con fiestas y regalos, pero no siempre se reflexiona lo que la Biblia dice al respecto. Es importante hacerlo para comprender y agradecer el gran regalo que recibimos con la venida de nuestro Señor.

En esa tiempo, los imperios empadronaban a sus súbitos para cobrar impuestos y también para saber cuántas personas podían formar parte de sus ejércitos o convertirse en enemigos. Entonces, sucedió que durante el primer empadronamiento ordenado por el Impero Romano, María, esposa de José, dio a luz a su primer hijo varón Lucas 2: 1-18). A José se le recuerdan como un humilde carpintero, pero la carpintería era un oficio bien pagado, equivalente a la ingeniería actual. Además, es importante notar que la Palabra enfatiza su linaje como descendiente de la realeza, es decir, heredero del trono del rey David.

Otro detalle importante que se descubre al leer sobre el nacimiento de Jesús en la Biblia, es que el verso: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres” (Lucas 2: 14), suele escribirse al revés en tarjetas y mensajes navideños donde se lee: “…paz a los hombres de buena voluntad”. Notamos que hay un gran error porque en el original, Dios tiene paz y buena voluntad para todos, buenos y malos porque Su mensaje es de arrepentimiento y amor...

La primera lección que aprendemos del nacimiento de Jesús es que Él no se acomplejó por el lugar donde nación. María dio a luz en un pesebre pero Jesús nunca se creyó un animal. No importa donde naciste, cuál es tu apellido o raza; no importa si vienes de una familia pobre o adinerada, no vale la pena que le des importancia al contexto de donde vengas, porque tu vida no la determina el pesebre sino el trono donde el Señor quiere sentarte. Tu pasado no define tu identidad. Te determina quién crees que eres delante de Dios. Lo importante no es dónde inicias sino dónde terminas. Lo que viene es mejor que lo pasado. La promesa de Dios es mayor que tu circunstancia.

La segunda lección es que Dios tiene un plan pero no los impone. Jesús nació con un plan de salvación para nosotros. Su venida al mundo no fue casualidad. Puedes decir que estás en el mundo por accidente, pero no es verdad, el día de tu nacimiento estaba predicho. Dios tiene preparadas cosas grandes y buenas para ti, solamente debes ser obediente como Jesús quien dijo: “Señor, no se haga Mi voluntad sino la Tuya”. Toma la decisión y vive para cumplir Su plan, aunque requiera sacrifico y aflicción porque sabes que detrás de la cruz viene el trono.

La tercera enseñanza es que recordamos Su nacimiento, debido a Su muerte. Es decir que es digno de ser celebrado porque fue un hombre capaz de cumplir Su propósito y con ello, nos dio el regalo más grande: la vida eterna. Él es nuestro Salvador por morir en la cruz y resucitar, no por nacer en un pesebre. Realmente debemos festejar que murió y resucitó para darnos nueva vida. Su nacimiento puede inspirarnos y es importante celebrarlo, pero es Su muerte la que nos salva.

Lo importante no es el día de tu nacimiento, sino cómo vives el resto de tus días. Imita a Jesús, vive de tal manera que al morir, las personas agradezcan a Dios porque naciste.Dios te permitió nacer, estás vivo y tienes la responsabilidad de hacer de tu vida algo que valga la pena y sea recordado con alegría. Vivir de forma que la gente siempre agradezca por tu existencia, sólo se logra reconociendo que naciste con un propósito y plan de Dios.

El nacimiento de Jesús marcó una gran diferencia en nuestra relación con el Padre. Al principio, Dios nos creó a Su imagen y semejanza, pero al pecar, perdimos Su imagen. Entonces, Él asumió otra estrategia y envió a Su Hijo para que naciera a nuestra imagen y semejanza. ¿Te das cuenta de Su gran amor? ¡Lo primero fue hacernos como Él y luego, hacerse como nosotros! Ahora, cuando le dices: “Señor, ya no aguanto la tentación, ayúdame”. Jesús le dice: “Yo también fui tentado, sé lo difícil que es, ayúdalo para que no caiga en pecado”. Cuando le dices: “Señor, no tengo dinero ni siquiera para pagar la renta, estoy enfermo, no aguanto”. Jesús le dice: “Yo me hice pobre y por Mi herida son sanados, envíales ayuda”. Jesús se puso en nuestros zapatos, por eso celebro su nacimiento.

Acércate a Dios que te comprende y sabe lo que se siente ser juzgado y abandonado por los hombres. Pídele que nazca en ti como Señor y Salvador, entrégale tu corazón para que perdone tus pecados, te dé una nueva vida llena de Su Espíritu consolador.

Fuente: cashluna.org



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