lunes, 8 de noviembre de 2010

Entre la culpa y el perdón!!!


La inseguridad en México, es ya una característica innegable en todos los rincones de este país, es sencillo encontrar víctimas de algún delito. La nación mexicana está en tensión permanente.

En la actualidad, no sólo el crimen organizado en bandas, ha tomado el control de las principales zonas del país, sino que alrededor de todo esto, existen quienes ejecutan crímenes lacerantes como el secuestro, en sus diferentes modalidades.

A la fecha, México ocupa un vergonzoso segundo lugar de inseguridad en esta materia, sólo superado por Colombia, lo cual de ninguna manera es un orgullo para cualquiera de las dos naciones, sin embargo, en los últimos cinco años, el miedo al secuestro es un fantasma que ronda la vida de buena parte de los mexicanos, pues no sólo los ciudadanos con alto poder económico son blanco de este crimen, ya que para mayor vergüenza de esta nación, somos los inventores del secuestro express, que afecta a la población de cualquier estrato social y que se ha exportado a otros países, convirtiéndose en un grave problema para la seguridad pública de las principales ciudades de América...

En este contexto, la periodista y escritora Carmen Arias, publicó la novela “Crónica de un Secuestro Express, entre la culpa y el perdón” que narra el antes, el durante y sobre todo el después de un secuestro rápido, dejando al descubierto el dolor, la angustia y sobre todo las heridas que provoca esta actividad delictiva.

Basado en un caso real, la historia se desarrolla, primero, en la Ciudad de México y posteriormente en Aguascalientes; mediante una narrativa clara, cruda, sencilla a la lectura, pero profunda, llevando al lector, desde el primer momento, a no dejar el texto hasta terminarlo, pues no sólo está bien contada, sino que ofrece escenas y cuadros tan claros, que tal parece que uno mismo es testigo presencial de los hechos.

En exclusiva, Carmen Arias, explicó el motivo de su obra, pero sobre todo compartió la intimidad que requiere detallar un relato que aborda un tema tan actual, como el día en que sucedieron los acontecimientos que cuenta.

Luis Jershon – ¿Qué motiva a una periodista a escribir una novela como “Crónica de un Secuestro Express, entre la culpa y el perdón”?

Carmen Arias – Lo actual del tema, es porque en este momento, nuestro país está secuestrado y los victimarios exigen una gran recompensa por liberarnos. Mientras esto sucede, es importante que estemos conscientes de la situación que enfrentamos como ciudadanos mexicanos, pues la inseguridad y el crimen, nos han obligado a transformar nuestros comportamientos, a cuidarnos más, pero así como cambiamos en actitud para protegernos, los criminales también idean nuevas formas de dañarnos y aunque el delito del secuestro se encuentra ampliamente tipificado en las leyes mexicanas y contempla diferentes penas en relación con las posibles variantes del crimen, el problema de la proliferación del plagio en México no es culpa de la legislación; la seguridad social se ve comprometida por aspectos externos como la posible mala administración de la justicia o la ineficacia de los cuerpos policíacos y su relación directa con estas lucrativas prácticas ilegales.

Además, debemos entender que durante el plagio, ya sea de corto tiempo o express, la víctima enfrenta un ambiente extremo de estrés e incertidumbre, pero el verdadero secuestro se vive con la liberación, pues es hasta entonces cuando se da cuenta que junto con lo que le robaron, perdió totalmente la paz, la seguridad en sí misma, la credibilidad en todo e incluso las ganas de vivir y es cuando vienen cuadros graves de depresiones extremas que la sumergen bajo una gran carga de sentimientos, principalmente de “culpa”, además de que es sometida a una gran tortura, al tener que enfrentar la burocracia de las investigaciones y la procuración de justicia de este país.

Luis Jershon – ¿Cuándo y cómo surge la idea de relatar esta obra, que por las características del tema, más pareciera material para un reportaje o una entrevista, que para una novela, sobre todo viniendo de una periodista con su trayectoria?

Carmen Arias – Mi relación con este caso, surge el mismo día en el que mis personajes principales fueron secuestradas, sin embargo, poder enfrentar la hoja en blanco, para escribir la primera frase del libro, me llevó mucho tiempo y tuve que prepararme para ese momento, tanto en el terreno personal, como en el espiritual y literario y fue una noche, luego de orar a Dios para que me guiara en ese camino, cuando me senté frente a la computadora y comencé a escribir durante la madrugada y aproximadamente a las siete de la mañana lo terminé, pero para que este momento tuvieron que pasar muchos años de entendimiento de las cosas y así lograr lo que ahora es este libro.

Luis Jershon – ¿A qué se va a enfrentar el lector cuando comience su encuentro con “Crónica de un Secuestro Express, entre la culpa y el perdón”?

Carmen Arias – Un gran número de personas que han leído el libro, coinciden en que una vez que inician su lectura, no quieren dejarla hasta terminar, porque la novela está llena de detalles, contados por Rebeca, que es el personaje principal y es quien lleva el mayor peso narrativo, pues es una de las víctimas del secuestro junto con su prima, pero además es quien desmenuza no solo el caso, sino que describe al resto de los personajes, que se van entrelazando y a medida como avanza la crónica, entendemos todos los elementos que están alrededor de una situación así y eso es lo que la hace atractiva para cualquier lector, pues no necesariamente necesita ser víctima de algún crimen o abuso, para identificarse con los personajes.

Sin embargo, debo decirte que en realidad, el plagio es sólo un elemento para revelar a la gente el verdadero motivo de la obra, porque queda al descubierto el poder del “perdón”, como herramienta para ser libres de cualquier cautividad.

Luis Jershon – ¿Qué ha pasado con este trabajo, desde su publicación?

Carmen Arias – Afortunadamente, la aceptación del libro ha sido excelente, muchos lectores me han escrito para agradecer el trabajo, diciéndome que les ha ayudado a superar muchas situaciones que los tenían atrapados.

Esto ha provocado que constantemente me inviten a dictar conferencias sobre el poder del perdón, principalmente con grupos vulnerables, con mujeres víctimas de violencia, en escuelas para llevar el mensaje a padres y estudiantes.

Esto es una de mis mayores satisfacciones, porque quizá como ciudadana común no pueda hacer mucho para que la inseguridad disminuya, pero como periodista y escritora, ahora tengo una poderosa herramienta que me regaló Dios, para llevar un mensaje de esperanza a aquellas personas que lo perdieron todo, principalmente porque entiendo enteramente lo que viven, porque Rebeca, el personaje principal de mi novela, en realidad soy Yo misma, porque yo fui la protagonista de ese secuestro en la Ciudad de México.

La escritora y periodista, adelanta que ya prepara una segunda obra y al mismo tiempo espera la segunda edición de “Crónica de un Secuestro Express, entre la culpa y el perdón”, para continuar con su labor de apoyo a las víctimas de violencia y a los grupos vulnerables que requieren de un mensaje de esperanza para gozar de su libertad como seres humanos.

Luis Jershon – ¿Qué se requiere para que este país comience a superar la crisis de inseguridad que enfrenta y sobre todo para que la gente, las víctimas dejen de serlo?

Carmen Arias – Lo primero que debemos considerar es que hasta el peor de los criminales, algunas vez fueron recién nacidos, con una madre, un padre, una familia. Seguramente que a lo largo de los años de su vida, tuvieron que sufrir situaciones que los fueron marcando, como abandonos, abusos, violencia, desamor, desprecios, etc. y eso desarrolló un rencor que se enquistó en su corazón y los llevó a delinquir y a cometer crímenes, como una forma de revelarse por lo que aprendieron en su vida, así que ellos mismo son sus primeras víctimas y entender eso, me ha llevado a asegurar que además de todo lo que los gobiernos intentan para aminorar la crisis delincuencial, debemos, todos, acercarnos a una total sanidad personal, mediante el perdón como herramienta y comenzar a sanarnos individualmente, para sanar familias y como piedra en el agua comenzar la recuperación de todo el país.

Todo esto pareciera una utopía, pero siempre he sostenido que, si comenzamos ahora, el dolor será menos cada día y así lograremos tener un país sano, comenzando por cada ciudadano.

Fuente: noticiacristiana.com



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