viernes, 19 de febrero de 2010

Descifrando Pasajes Difíciles: 1 Timoteo 5: 23


Hace unos días recibí un correo de un estimado hermano en Cristo, quien es, además, un gran apoyo para este blog, con respecto a una duda acerca de un consejo que Pablo le brinda a Timoteo en la primera carta pastoral.

Cuando leí el correo me pareció muy interesante analizar este pasaje, pues en él tengo la posibilidad de romper mitos que existen entre los cristianos y además brindar una adecuada interpretación del consejo del apóstol Pablo al joven Timoteo.

El correo me pareció bastante honesto en cuanto a la preocupación del hermano, pues desde el punto de vista científico, el consejo de Pablo parecería algo contradictorio, y quizás hasta equivocado, pero como veremos más adelante, no es así.


Parte del mensaje decía así,

“El asunto es que desde el conocimiento médico, sabemos que la ingesta de alcohol es, invariablemente, una condición que agrava cualquier proceso digestivo, ya se trate de gastroesofágico ó de las vías biliares.

Hasta donde sé, de ninguna manera el alcohol podría tener un efecto terapéutico o profiláctico sobre alguna patología digestiva. Pablo señala que el agua le caía mal a Timoteo. Pero, así y todo, no encuentro razón al consejo de tomar vino.”

Como dije anteriormente, esta es una excelente pregunta, y quizás algo que nos hemos cuestionado muchos cuando hemos leído el pasaje de 1 Timoteo. Pero veamos cual es el consejo que Pablo le da a su discípulo,

“Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.” 1 Timoteo 5: 23

Antes que nada, debemos hacer mención de que Timoteo se encuentra en la iglesia de Efeso, en representación de Pablo, e intentando poner las cosas en orden para que volvieran a como eran antes. Como vemos en Hechos 20, que ocurre siete u ocho años antes, Pablo estuvo en esa iglesia reunido con los ancianos enseñándoles la manera correcta enla que debían actuar.

En los próximos años luego de esa visita, la iglesia se tornó en un caos, con ancianos corruptos, por lo tanto, una de las responsabilidades de Timoteo era restablecer pastores adecuados y piadosos, que temieran a Dios. Es por eso que en los versículos 17 al 25 vemos a Pablo enseñándole a Timoteo como poner la perspectiva adecuada al postorado, en el cual se debe mantener una gran pureza espiritual. De ahí que vemos a Pablo diciendo,

“17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. 18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario. 19 Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. 20 A los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás también teman. 21 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad. 22 No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.” 1 Timoteo 5: 17-22

Entonces veamos lo que viene escribiéndole el apóstol a Timoteo:

1.
Los ancianos piadosos deben ser tenidos por dignos
2.
Establecer adecuado juicio sobre los ancianos que son acusados
3.
Reprender a los que continúan pecando
4.
Hacer todas las cosas con transparencia
5.
Investigar bien la reputación de una persona antes de establecerlo como un anciano
6.
Necesidad de conservarse puro


Ahora, en el verso 23, Pablo hace de su enseñanza acerca de la pureza algo más personal, y le dice a Timoteo, ““Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades” (1 Timoteo 5: 23).


En la mente de Pablo, mantenerse puro n o incluía mantener un rígido ascetismo que podría dañar la salud de Timoteo, y debido a que quizás le llegaron noticias de lo que estaba haciendo Timoteo, o quizás lo que sabía personalmente que hacía su discípulo para mantenerse puro.

Pablo, hace una pausa en cuanto a lo que está escribiendo con respecto a la pureza de aquellos que desean ser pastores, y le escribe unas cuantas palabras muy personales. Timoteo había tomado un voto de abstinencia del vino. Quizás Timoteo no quería ser una piedra de tropieza para los hermanos débiles y hasta quizás quería tomar un voto espiritual como el voto Nazareno que vemos en el Antiguo Testamento (Números 6).



Timoteo quería ser un modelo de virtud. No quería que alguna persona lo probara y cayera en pecado, además que sabía que el pastor no debe ser “dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro” (1 Timoteo 3: 3). Pablo no quería que Timoteo cambiara esta actitud, que demostraba su amor por la iglesia de Efeso, pero le dice que no beba solamente agua, sino que también debido a sus enfermedades debe tomar un poco de vino. Pablo no quería que ese voto de mantenerse puro y que llegaba hasta ser abstemio, le causara problemas en su salud. Juan Calvino escribe,



“Ahora es evidente que Timoteo no era simplemente moderado, sino austero, en su modo de vida; tanto de que no cuidaba su salud; y es cierto que esto era hecho, ni con ambición ni superstición. Por lo tanto, inferimos, que no solo estaba él muy lejos de satisfacerse en lujos, pro que, para que él estuviera mejor preparado para el trabajo del Señor, reducía una porción de su comida ordinaria; pues no era por disposición natural, sino por un deseo de moderación, que él era abstemio.” [1]



Pero que sabemos del primer siglo? El agua era en ocasiones impura; cargada de virus y bacterias que podrían ser causantes de múltiples enfermedades digestivas, desde hepatitis hasta diarreas. Timoteo era sensible a esto. Pablo no quiere que Timoteo deje su voto, simplemente que si continúa bebiendo agua y nunca toma algo de vino, no podrá obtener ayuda para sus enfermedades.



Pero, cuál era uno de los usos del vino en la antigüedad? En los papiros egipcios de Ebers (1500 a.C) el vino y algunas preparaciones a base de vino eran recomendadas para el asma, la constipación, la dispepsia, así como para el tratamiento de la epilepsia, y sorprendentemente para tratar la ictericia. Esta última puede interpretarse que debido a las malas condiciones higiénicas, las hepatitis virales podían prevenirse consumiendo un líquido que no tuviera virus en lugar de agua que estaba contaminada.



Hipócrates, el padre de la medicina, y una personalidad de la antigua cultura griega (460-370 a.C) recomendaba el vino para el tratamiento de las heridas; para el fortalecimiento de las personas desgastadas, así como diurético, purgante y sedante.



Asclepiades (124-40 a.C), el médico de Cicerón, recomendaba añadir vino a la dieta, ejercicio físico, baño, masajes, y escuchar música como refrescamiento para el organismo. En el Imperio Romano, el cirujano militar de Nerón, Dioscórides (80 d.C) recomendaba el vino para la desinfección de heridas y para prevenir la supuración de las mismas.



Arnoldo de Villanova (1234-1311 d.C), un médico catalán y profesor de la Universidad de Montpellier, escribió un libro acerca del vino llamado “Liber de vinis,” en donde recomendaba el vino para fines terapeuticos tanto para cura como prevención. Además consideraba el vino útil para la prevención de las enfermedades hepáticas, quizás por la contaminación del agua con virus de la hepatitis.



Es claro que en la antigüedad consideraban al vino como terapéutico, e inclusive, los grandes médicos del pasado lo consideraban útil para las enfermedades gastrointestinales. Quizás la causa más frecuente era, como dije antes, la contaminación de las aguas. Esto era algo común en esos tiempos.



Quizás Pablo sabía de las frecuentes enfermedades digestivas que aqujaban a Timoteo, a causa de estar bebiendo únicamente agua, y que en ocasiones estaba contaminada con virus y/o bacterias, y sabía que si tomaba vino, muchas de esas enfermedades desaparecerían, o por lo menos disminuirían de frecuencia.



Nadie, en el mundo de la medicina, niega los beneficios del uso moderado del vino sobre el aparato cardiovascular, pero en la antigüedad, dada la gran contaminación de las fuentes de agua, y a la falta de sistemas que hicieran el agua potable, el vino era un buen remedio para evitar múltiples enfermedades que eran transmitidas por el agua.



Recordemos que la Biblia no condena el uso del vino. En el mundo antiguo, Israel tomaba vino. Jesús tomaba vino. Y antes que alguien diga que Jesús tomaba jugo de uvas, les recuerdo que el vino solamente se puede hacer de una forma. De la misma manera se fabricaba en la antigüedad como ahora. La Biblia condena el abuso del vino. La Biblia condena la embriaguez. La Biblia condena a los borrachos. Pero el vino “alegra a los vivos,” dice Eclesiastés 10:19.



Debemos entender, entonces, el punto que quiere hacer Pablo con lo que le escribe a Timoteo, es decir, Pablo dice que un poco de vino es malo, y que quebranta la pureza espiritual, sino que Pablo deseaba que Timoteo se diera cuenta de la importancia de que estuviera sano, ya que la obra del Señor es difícil y Timoteo necesitaba estar al cien porciento. Pablo no está haciendo un llamado a tomar vino como algo social, sino como algo medicinal, en el caso de Timoteo.



Entonces, a pesar de que en la actualidad conocemos otras propiedades del vino, en la antigüedad el vino era medicinal y su uso evitaba múltiples enfermedades gastrointestinales debido a la contaminación del agua que existía. Es por eso que Pablo le recomienda a Timoteo su uso, por causa de las constantes enfermedades del estómago y otras que padecía el joven discípulo.

Fuente: lasteologias.wordpress.com



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