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La boda póstuma sólo ha servido para convertir a Magali en una viuda a ojos de la legislación. Vestida con traje de novia blanco, acompañada por sus amigos y familiares y con una foto de su pareja presidiendo la ceremonia, esta francesa culminó su boda en el ayuntamiento de Dommary-Baroncourt, en el este de Francia.
Esta joven viuda no celebrará el enlace, según comentó a los periodistas: "voy a tomarme un café y dar las gracias a aquellos que me han apoyado".
Una boda permitida por la ley...
Christopeh Caput, el alcalde que ofició la ceremonia aseguró que la petición de Magali era "sólida". Según la legislación gala, las bodas póstumas son posibles siempre que existan evidencias claras de que el fallecido tenía intención de contraer matrimonio con esa persona mientras estaba viva. Magali y Jonathan acudieron al ayuntamiento para pedir cita para su casamiento dos días antes de que el joven falleciera.
Aunque infrecuente, se celebran docenas de ellas cada año en Francia, según el Gobierno.
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